Watzke, en el banquillo del Borussia Dortmund.

Watzke, en el banquillo del Borussia Dortmund. EFE

Bundesliga Mercado de fichajes

Watzke, el votante de Merkel que ha hecho del Dortmund un milagro sostenible

El director general, miembro de la CDU (Unión Demócrata Cristiana), llegó al club cuando estaba en quiebra y ha conseguido convertirlo en una máquina de hacer dinero y obtener resultados. Este verano, una vez más, ha comprado talento joven y vendido caro.

1 septiembre, 2017 03:19

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“El Dortmund ha aprendido de los errores que casi lo llevan a la bancarrota durante la temporada 2004/05”. Hans-Joachim Watzke, director general, volvía a recordar, en una carta, a final de temporada, las penurias de años pretéritos. Él no las olvida y tampoco quiere que lo hagan los socios, enfadados el curso pasado por la marcha de Thomas Tuchel. Él, si puede, lo recuerda siempre, por si acaso. Y es normal. Llegó al Borussia cuando estaba en quiebra y ha conseguido convertirlo, en apenas una década, en un club moderno y sostenible, que gana títulos, compra talento joven y vende caro. Y, año a año, pese a las pérdidas de jugadores, sigue en pie. Este verano, por ejemplo, tras el mercado de fichajes, ingresando 166 millones de euros e invirtiendo tan solo 81. Y, a día de hoy, sin notar las consecuencias, ganando sus dos primeros partidos de la Bundesliga contra Wolfsburgo (0-3) y Hertha de Berlín (2-0).


Watzke, Aki para los amigos, llegó al club en 2005. Antes, su vida había sido como la de cualquier otro alemán con estudios y vocación de empresario. Aprendió todo lo posible de su padre, político de la CDU (Unión Demócrata Cristiana), y se licenció en Administración y Dirección de Empresas. Montó su propia compañía (venta de ropa para trabajar), se casó, votó a Angela Merkel en las elecciones y tuvo dos hijos. Y, de buenas a primeras, le llegó una oferta del Borussia. Reinhard Rauball, presidente, quería que saneara la entidad, repleta de deudas tras la consecución de una Champions (ganada en 1997 a la Juventus), una Bundesliga y, sobre todo, la venta del antiguo Westfalen Stadium, que obligaba al Dortmund a pagar 17 millones al año por el alquiler.


Sin embargo, pese a las circunstancias, Watzke cogió el toro por los cuernos y buscó darle la vuelta a la situación. En marzo de 2005, reunió a 5.800 inversores en una terminal del Aeropuerto de Düsseldorf y les presentó un plan para hacer el club sostenible. Recibió la aprobación de la mayoría de ellos y se puso manos a la obra. “Aunque, sinceramente, hasta mediados de 2006, dudé de que fuera a funcionar”, reconocía en declaraciones a la agencia de noticias DPA. Pero lo consiguió. Entró como tesorero, “tuvo suerte” –como confesaría después– y fue nombrado director general, cargo que ocupa actualmente.


Entre las decisiones que tomó entonces, promocionar a los jugadores de la cantera, buscar talento joven e intentar vender caro. Su objetivo: reducir la deuda del club y hacerlo más sostenible. Y en toda esa estrategia jugó un papel importante Michael Zorc. El aire de cambio, las ganas de renovación y las urgencias podrían haber acabado con su figura, pero él optó por mantenerlo dentro del club como director deportivo. Quería un emblema y el centrocampista lo era: es todavía el jugador con más partidos del Borussia y el tercero que más goles ha anotado (155). Y acertó de lleno. Los fichajes corren a su cargo y, a día de hoy, pocas pegas se le pueden poner.

Watzke, Michael Zorc y  Peter Bosz, nuevo entrenador, en el banquillo.

Watzke, Michael Zorc y Peter Bosz, nuevo entrenador, en el banquillo. Reuters


La máquina empezó a funcionar con la intervención de todas sus partes. “No estamos en condiciones de gastar muchos millones. El principal objetivo es buscar jugadores jóvenes y ambiciosos”, explicó en 2009 Michael Zorc. Y, para entonces, ya habían fichado a la persona adecuada para llevar a cabo el proyecto en lo futbolístico: Jürgen Klopp. Y con todos trabajando en pos de cambiar la situación, el club volvió a crecer bajo el paraguas de un proyecto que hoy recoge sus frutos sin cambiar de filosofía: el pasado curso consiguió clasificarse por octava temporada consecutiva para Europa (en seis de esas ocasiones para la Champions League) y ha llegado los cuatro últimos años a la final de la Copa alemana, ganándola la temporada pasada.


CANTERA DE EUROPA


La estrategia del Borussia Dortmund no es novedosa –también hay otros clubes que han conseguido comprar barato y vender caro–, pero sí acertada. Ejemplos de jugadores que han llegado siendo unos desconocidos y se han marchado como auténticas estrellas hay de sobra. Esta temporada, sin ir más lejos, Dembélé, que llegó por 15 millones de euros y se ha marchado por 105 (más otros 45 en variables). Pero hay más: Mkhitaryan aterrizó por 27 kilos y se fue por 42, Gündogan lo hizo por cinco y salió por 27, Hummels costó cinco y se marchó por 35… Y suma y sigue.


En las dos últimas temporadas, sin perder en competitividad, ha invertido 202 millones en fichar y ha ganado 277. Y este verano lo ha bordado: ha ingresado 166 kilos y ha sacado del banco tan solo 81. Y, de nuevo, con la misma estrategia que años anteriores. Al Borussia han llegado Yarmolenko (25), Maximilian Philipp (20), Toprak (12), Dahoud (12), Jadon Sancho (7), que se incorpora desde el City como una de las grandes promesas de los próximos años, y, toca apuntar su nombre, Jeremy Toljan (5), el joven lateral alemán que se proclamó campeón de Europa sub-21 con Alemania. A estos hay que sumarle las incorporaciones de Guerreiro o de Alexander Isak, que llegaron el curso pasado. Y, obviamente, la incorporación de Peter Bosz, sustituto de Tuchel, que llegó al Dortmund tras ser subcampeón de la Europa League con el Ajax. En definitiva, un sistema que funciona a la perfección. Eficiencia, trabajo y productividad. El sueño (o la normalidad) alemana. Qué cosas.

Aubameyang celebra un gol con el Borussia Dortmund.

Aubameyang celebra un gol con el Borussia Dortmund. Reuters