Iago Aspas, con el Celta de Vigo

Iago Aspas, con el Celta de Vigo Europa Press

Fútbol

Iago Aspas (38), futbolista, sobre sus inversiones: "Casi acepto un negocio loco de 300.000 €. Ví lo fácil que es perder el dinero"

El delantero del Celta de Vigo ha construido un sólido entramado empresarial en su Moaña natal lejos de los focos de la especulación financiera.

Más información: Aleix Espargaró (36), expiloto, sobre su imperio hostelero en Andorra: "Tengo 5 restaurantes y pago impuestos donde resido"

Publicada

Iago Aspas no solo es el 'Príncipe de las Bateas' por sus goles con el Celta de Vigo, sino también por una gestión patrimonial que se ha convertido en un referente de prudencia en un vestuario, el del fútbol profesional, a menudo salpicado por historias de ruina y despilfarro.

A sus 38 años, el delantero gallego ha construido un sólido entramado empresarial en su Moaña natal, lejos de los focos de la especulación financiera y muy cerca del ladrillo que conoce. Sin embargo, su trayectoria como inversor no ha estado exenta de tentaciones peligrosas, y él mismo ha querido compartir una experiencia que pudo costarle muy cara para advertir a las nuevas generaciones.

La confesión llega a través de un canal poco habitual: el prólogo de la Guía fiscal y patrimonial para futbolistas profesionales, elaborada por la firma PKF Attest y publicada en mayo de 2024. En este texto, Aspas relata en primera persona cómo estuvo a punto de caer en una trampa financiera disfrazada de oportunidad única.

"Recuerdo una propuesta de inversión que me parecía fantástica. Debía aportar aproximadamente 300.000 euros en un negocio que, al cabo de unos meses, me devolvía la aportación y me producía una rentabilidad impresionante", escribe el capitán celeste, describiendo el clásico esquema de "dinero fácil" que suele rondar a los deportistas de élite.

La operación tenía todos los ingredientes para seducir a un inversor desprevenido: promesa de altos retornos en tiempo récord y una aparente exclusividad. Aspas admite que la propuesta le atrajo inicialmente, pero fue la intervención de su círculo de confianza lo que evitó el desastre.

Iago Aspas y Óscar Mingueza celebran el gol frente al Atlético de Madrid

Iago Aspas y Óscar Mingueza celebran el gol frente al Atlético de Madrid Celta de Vigo

"Casi por casualidad salió el tema con mis asesores. Analizaron los números y fueron categóricos: invertir ahí tenía un punto de locura", revela. El análisis profesional desmontó el castillo de naipes, demostrando que detrás de esa rentabilidad "impresionante" se escondía un riesgo inasumible o, directamente, una estafa.

Esta experiencia marcó un punto de inflexión en su mentalidad. "La experiencia me sirvió para darme cuenta de lo fácil que puede llegar a ser perder cantidades importantes de dinero", concluye en el prólogo. Desde entonces, Aspas ha blindado su estrategia financiera bajo una premisa de conservadurismo extremo.

Su sociedad, Moaña Inversiones, constituida con un capital social cercano al millón de euros, se dedica casi exclusivamente a la compra y alquiler de inmuebles en su zona de confort: naves industriales, locales comerciales y viviendas en la comarca del Morrazo. Nada de criptomonedas volátiles ni negocios exóticos en paraísos fiscales.

El testimonio de Aspas en esta guía fiscal no es una anécdota menor; es una herramienta pedagógica. Al hacer pública su casi tropiezo de 300.000 euros, el internacional español pone rostro y cifras a una realidad silenciosa: el acoso que sufren los futbolistas por parte de "conseguidores" y falsos gurús financieros.

Su mensaje final es claro: en las finanzas, como en el área, la mejor jugada a veces es pararse, levantar la cabeza y buscar al compañero mejor colocado -en este caso, un asesor profesional- antes de chutar a puerta vacía.