Hansi Flick y Lamine Yamal durante el entrenamiento de este martes del FC Barcelona

Hansi Flick y Lamine Yamal durante el entrenamiento de este martes del FC Barcelona EFE

Fútbol

La gestión conflictiva de Lamine Yamal: una lesión obvia y el nuevo pulso que se avecina entre Flick y la Selección

La joven estrella del FC Barcelona arrastra problemas en el pubis durante los primeros meses de la temporada y no logra rendir a su nivel.

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El domingo se volvió a escenificar en el estadio Olímpico Lluís Companys lo que se ha convertido en una constante de esta temporada azulgrana.

Lamine Yamal disputó 88 minutos contra el Elche pese a las molestias que arrastra desde hace semanas en el pubis. Marcó el primer gol del partido, participó con intensidad, pero volvió a evidenciar que no es el mismo futbolista explosivo de hace unos meses.

Cuando llegó la sustitución en el minuto 88, el encuentro ya estaba resuelto con un 3-1 favorable al Barcelona. La pregunta flotaba en el ambiente: ¿por qué seguía en el campo?

Hansi Flick ha mantenido un mensaje dual que ha caracterizado su discurso sobre Lamine durante las últimas semanas. Por un lado, este martes volvió a repetir su mantra protector. "Está trabajando bien. Lo que puedo decir es que está bien y que está apto para jugar", declaró el técnico alemán.

Por otro, deslizó una frase que ha generado un considerable revuelo: "Tiene que gestionar la situación". La responsabilidad, según Flick, recae sobre los hombros de un futbolista de 18 años que debe decidir cuándo puede o no puede jugar.

La pubalgia que sufre Lamine Yamal no es nueva. Se trata de una dolencia que le viene persiguiendo desde finales de la temporada pasada y que le provocó su primera baja significativa en septiembre, cuando estuvo 21 días apartado de los terrenos de juego.

Aquella ausencia coincidió con un enfrentamiento dialéctico entre el Barcelona y la selección española, el primero de lo que ya son varios episodios de una guerra fría que amenaza con convertirse en abierta.

Lamine Yamal, en el entrenamiento de este martes del FC Barcelona

Lamine Yamal, en el entrenamiento de este martes del FC Barcelona EFE

En aquella ocasión, el extremo había acudido a la concentración con España con molestias. Disputó dos partidos completos —73 y 79 minutos respectivamente— y regresó a Barcelona lesionado.

Flick no ocultó su malestar. Acusó directamente al cuerpo técnico de Luis de la Fuente de no cuidar al jugador, de haberle hecho jugar con analgésicos y de alinearle pese a que los partidos ya estaban decididos. "Eso no es cuidar a los jugadores", sentenció el alemán entonces.

La respuesta del seleccionador nacional tampoco se hizo esperar. De la Fuente contraatacó con dureza. "Me extrañaron sus palabras. Hansi Flick ha sido seleccionador y sabe cómo nos comportamos los seleccionadores. Pensé que tenía empatía con eso. Me sorprendió que un exseleccionador opine así", respondió.

El riojano insistió en que las molestias en el fútbol son habituales. "Yo no he jugado nunca sin molestias", afirmó, normalizando una situación que desde Barcelona se interpretó como negligencia.

El conflicto volvió a estallar en octubre. Tras el partido contra el PSG, Lamine comunicó a De la Fuente que necesitaba descanso. La postura del seleccionador era tajante: si jugaba con el Barça, podía jugar con ellos.

Cuando el director deportivo Deco intervino, se encontró con la misma intransigencia desde Las Rozas. De la Fuente convocó a Lamine para los compromisos de octubre, pero antes de viajar a la concentración, el Barcelona emitió un parte médico certificando la recaída de la pubalgia y estableciendo un período de baja de dos a tres semanas.

Lo paradójico de todo este enfrentamiento es que Flick ha seguido exprimiendo a Lamine con una intensidad similar a la que criticó en la Selección.

En El Clásico del Santiago Bernabéu, el extremo disputó los 90 minutos completos pese a estar claramente mermado físicamente. Cuatro días antes, había jugado 74 minutos ante el Olympiacos en Champions League. Y el pasado domingo, con el partido contra el Elche prácticamente sentenciado, permaneció en el césped hasta el minuto 88.

"Su lesión la debe gestionar él"

Después de ese encuentro, Flick fue claro sobre el estado de la lesión. "No puedo decir que las molestias hayan desaparecido por completo todavía", reconoció. Añadió que se trata de una dolencia que "va y viene" y que "hay que gestionar".

Pero en lugar de asumir esa gestión desde el cuerpo técnico, Flick ha trasladado la pelota al tejado del jugador. "Su lesión la debe gestionar él. Ya dije que lo estaba haciendo bien. Tiene mucha disciplina y ahora la debe mantener y seguir haciendo el tratamiento", declaró. Esta estrategia comunicativa ha generado perplejidad en el entorno del fútbol español.

Si el propio entrenador del Barcelona reconoce públicamente que Lamine no está recuperado, ¿cómo puede justificar que le haga jugar 88 minutos cuando el resultado ya está prácticamente decidido? ¿Con qué autoridad moral puede el club culé exigir a la Selección que no convoque o que cuide especialmente a un jugador al que ellos mismos están sometiendo a una carga competitiva elevada?

El calendario de esta semana será determinante. El Barcelona se enfrenta al Brujas en Champions League este miércoles y al Celta de Vigo en La Liga el domingo.

Si Lamine disputa minutos significativos en Europa, Luis de la Fuente tendrá todos los argumentos para incluirle en la convocatoria del viernes, cuando anuncie la lista para los partidos de Georgia y Turquía.

Luis de la Fuente habla con Lamine Yamal en un entrenamiento de la Selección.

Luis de la Fuente habla con Lamine Yamal en un entrenamiento de la Selección. EFE

La lógica del técnico es sencilla: si un jugador está en condiciones de disputar partidos con su club, también lo está para hacerlo con la Selección.

La realidad es que Lamine Yamal no está al cien por cien. Su rendimiento en octubre fue manifiestamente inferior al que exhibió durante el tramo inicial de la temporada. Un único gol de penalti ante el Olympiacos y una asistencia en más de 300 minutos disputados evidencian que las molestias le están limitando.

Qué es la pubalgia

La pubalgia es una lesión traicionera que no impide jugar, pero que sí condiciona drásticamente aspectos fundamentales del juego de un extremo: la explosividad en los arranques, la capacidad de cambio de ritmo, la confianza para disparar con potencia.

El tratamiento conservador que está recibiendo —fisioterapia, entrenamiento adaptado, reposo relativo— puede resultar insuficiente si la sobrecarga persiste. Los meses de invierno, con campos más pesados y mayor exigencia física, representan un riesgo añadido.

Si las molestias no remiten, la intervención quirúrgica podría convertirse en inevitable, lo que supondría una ausencia de entre ocho y doce semanas en el momento más exigente de la temporada.

Mientras tanto, la tensión entre Barcelona y la Federación continúa creciendo. El club culé se siente agraviado por lo que considera una falta de sensibilidad hacia sus jugadores. La Selección, por su parte, rechaza cualquier intento de injerencia en sus decisiones y recuerda que la obligación de los futbolistas internacionales es acudir a las convocatorias cuando están disponibles.

Esta semana se sabrá si Flick está dispuesto a dar descanso a Lamine o si, por el contrario, volverá a alinearle en ambos compromisos. En caso de que el extremo dispute minutos significativos ante el Brujas y el Celta, De la Fuente contará con él sin dudarlo. Y esta vez, el Barcelona tendrá muy complicado argumentar que la Selección no está cuidando al jugador cuando ellos mismos no lo han hecho.

La contradicción es evidente. No se puede criticar duramente a De la Fuente por hacer jugar a Lamine con molestias y, simultáneamente, alinearle 88 minutos cuando un partido ya está resuelto. No se puede exigir protección especial para un futbolista mientras el propio club le somete a una carga competitiva que él mismo reconoce que la lesión "no está acabada".

La credibilidad del discurso barcelonista se ha erosionado con cada minuto que Lamine ha permanecido sobre el césped en las últimas semanas.

Lamine Yamal, antes de El Clásico en el Santiago Bernabéu

Lamine Yamal, antes de El Clásico en el Santiago Bernabéu AFP7 / Europa Press

El parón internacional de noviembre arranca el próximo día 11 y se extiende hasta el 19. En ese período, España disputará dos partidos decisivos en un momento en el que necesita asegurar su clasificación para el Mundial.

Luis de la Fuente querrá contar con sus mejores efectivos. Lamine Yamal, cuando está al cien por cien, es uno de ellos. Pero el joven extremo no está en plenitud de condiciones. Todo el fútbol español lo sabe. La cuestión es quién asumirá la responsabilidad de decir basta.

Hansi Flick ha trasladado esa responsabilidad al propio jugador. De la Fuente, por su parte, mantiene que si un futbolista juega con su club, debe estar disponible para la Selección.

Entre ambos, Lamine Yamal, con 18 años recién cumplidos, se encuentra atrapado en un pulso institucional que excede su capacidad de decisión y que, de no resolverse con sensatez, puede poner en riesgo su desarrollo como futbolista.

El miércoles contra el Brujas y el domingo ante el Celta dirán mucho sobre las verdaderas intenciones de Flick. Si Lamine vuelve a disputar más de 70 u 80 minutos en alguno de esos partidos, el técnico alemán habrá perdido todo derecho moral a reclamarle nada a la Selección.

Y el conflicto, que lleva meses larvándose, volverá a estallar con renovada intensidad cuando el viernes De la Fuente anuncie su convocatoria y el nombre de Lamine Yamal figure, una vez más, en la lista