Joan Laporta, Aleksander Ceferin y Nasser Al-Khelaifi

Joan Laporta, Aleksander Ceferin y Nasser Al-Khelaifi Reuters

Fútbol

Laporta y sus acuerdos bajo cuerda: UEFA iba a dejar al Barça sin Champions y Miami salva la crisis del Camp Nou

El presidente azulgrana revela en la Asamblea anual del FC Barcelona cómo las negociaciones con el organismo europeo y la patronal española han salvado la situación club esta temporada.

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Joan Laporta, presidente del FC Barcelona, ha vuelto a dejar claro que su habilidad en los despachos sigue siendo el arma más efectiva del club actualmente.

Durante la Asamblea General de Socios Compromisarios, celebrada este domingo, el dirigente desveló que la UEFA intentó apartar al club de la Champions League por sus maniobras económicas con las "palancas".

Finalmente, una negociación directa entre el club y el máximo organismo del fútbol europeo redujo la sanción hasta mínimos casi simbólicos.

A la vez, el presidente justificó la celebración del Villarreal - Barça en Miami, en plena temporada, como una operación financiera estratégica que permitirá compensar las pérdidas generadas por el retraso en las obras del Spotify Camp Nou.

La necesidad de jugar partidos en recintos con poca capacidad, como el Estadio Johan Cruyff ha provocado un agujero en las cuentas que necesitan cubrir.

Todo ello, en un contexto de relaciones cada vez más estrechas entre el Barça y los organismos que dominan el fútbol europeo.

Discurso de Joan Laporta en la Asamblea del FC Barcelona

Acercamiento a UEFA

La revelación más impactante de la Asamblea llegó cuando Laporta explicó que el organismo europeo tenía preparado un castigo deportivo ejemplar.

La UEFA pretendía dejar al FC Barcelona fuera de la Champions League durante una temporada, como consecuencia del uso de las conocidas 'palancas'.

Según explicó, la clave estuvo en defender que el club, al no ser una Sociedad Anónima Deportiva, no puede realizar ampliaciones de capital como otros equipos europeos.

Por ello, la venta de activos futuros fue presentada como una fórmula alternativa y válida para inyectar capital en la institución.

La negociación permitió reducir drásticamente la sanción: de 80 millones de euros a 60, luego a 15, y finalmente sin ningún tipo de exclusión deportiva.

"Nos querían paralizar y dejarnos sin Champions esta temporada", explicó Laporta. Su relato dejó entrever que el acercamiento institucional al poder europeo fue clave para salvar la situación.

Ese mismo mes de octubre, Laporta había acudido como invitado especial a la asamblea de la European Football Clubs (EFC, ex ECA) en Roma.

Allí compartió una cena con Aleksander Ceferin, presidente de la UEFA, y fue recibido con afecto por Nasser Al-Khelaifi, presidente del PSG y de la EFC.

El presidente del Barça habló abiertamente de "volver a la familia del fútbol europeo" y de "trabajar por la pacificación".

Pero ahora, con la sanción evitada, la narrativa institucional adquiere un matiz más estratégico que ideológico.

Desde hace años, el Barça era uno de los tres grandes impulsores de la Superliga junto al Real Madrid y la Juventus.

Ahora, con Laporta acercándose a Al-Khelaifi y alejándose de Florentino Pérez, el giro parece más resultado de una negociación política que de una evolución de principios.

El negocio de Miami

En paralelo, Laporta defendió ante los socios la controvertida decisión de disputar un partido oficial en Miami, el próximo 20 de diciembre frente al Villarreal.

Una operación criticada por varios sectores del barcelonismo, incluidos jugadores como Frenkie de Jong, pero que el presidente justificó con argumentos financieros.

Cartel oficial de LaLiga para el Villarreal - Barça en Miami

Cartel oficial de LaLiga para el Villarreal - Barça en Miami

"El partido de Miami servirá para compensar las pérdidas que generamos al jugar en el Johan Cruyff, donde apenas hay ingresos por taquilla", dijo.

Añadió que "el Barça cobrará solo por ir" y que además habrá partidas adicionales no presupuestadas que reforzarán los ingresos del club.

Laporta reconoció que no podían detallar aún la cifra exacta porque depende de LaLiga, pero se mostró convencido de que será muy superior a lo que se hubiese ingresado jugando en Villarreal. "Allí no ingresamos nada", zanjó.

El Camp Nou presiona

La situación económica del club sigue marcada por el retraso en las obras del nuevo Camp Nou que sigue en pleno proceso de reforma.

Aunque el club ya tiene autorización para operar la fase 1A con 25.991 espectadores, Joan Laporta reconoció que "no es rentable abrir el estadio a ese nivel".

La fase 1C, con 62.518 localidades, está prevista para finales de 2025, pero la finalización total del estadio, incluida la nueva cubierta, no llegará hasta diciembre de 2027, según explicó la vicepresidenta Elena Fort.

Las obrsa del nuevo Camp Nou, con el césped definitivo, en agosto de 2025

Las obrsa del nuevo Camp Nou, con el césped definitivo, en agosto de 2025

Mientras tanto, el club sigue jugando en Montjuïc, pero ha tenido que disputar dos partidos en el Johan Cruyff por razones logísticas, lo que ha generado pérdidas directas por ingresos de taquilla.

Laporta dejó claro que parte de la solución está en el buen rendimiento económico de Montjuïc y, sobre todo, en "los ingresos inesperados del partido en Estados Unidos".

Trabajo en la sombra

La capacidad de Joan Laporta para tejer relaciones útiles con los centros de poder del fútbol no es nueva. Ya ocurrió en varias ocasiones con Javier Tebas, pese a sus enfrentamientos públicos.

El club ha recibido autorizaciones de LaLiga en materia de fair play financiero que otros equipos consideran injustificadas.

Ahora, el acuerdo para llevar un partido oficial a Miami -una decisión que beneficia directamente al Barça- vuelve a sembrar dudas sobre la transparencia del reparto económico y sobre si LaLiga está favoreciendo al club blaugrana en un momento crítico.

Ni LaLiga ni los clubes afectados han revelado cuánto se ingresará por este partido, ni cómo se repartirá. Pero Laporta fue claro: "El Villarreal y el Barça seremos los más beneficiados".

A esto se le suma que muchos consideran que llevar un partido de LaLiga a Miami es una decisión que altera la competición.

Pérdidas y maniobras

El balance económico del curso 2024-25 arrojó unas pérdidas de 17 millones de euros después de impuestos.

En el resultado ordinario, el club presentó un beneficio de 2 millones, pero ese dato no refleja la totalidad de los gastos extraordinarios.

Entre ellos, destacan la multa de la UEFA, la reevaluación de Barça Produccions (178 millones) y la venta de asientos VIP por 70 millones, una maniobra contable ya habitual en el mandato de Laporta.

Los socios compromisarios aprobaron las cuentas, aunque con un bloque importante de votos en contra, lo que indica que no todos en el entorno culé están convencidos de la dirección actual.

La relación con el poder

La figura de Joan Laporta, antaño adalid de la rebeldía institucional, se está transformando en un dirigente que teje alianzas silenciosas con los mismos organismos que criticó con dureza en el pasado.

Con la UEFA, con Tebas, con Al-Khelaifi… El Barça se mantiene en la élite, pero a cambio de cesiones estratégicas.

Mientras los resultados deportivos siguen siendo la prioridad para la afición, la supervivencia financiera se cocina lejos de los focos, con partidos en Estados Unidos, cenas en Roma y acuerdos que salvan el presente, pero pueden hipotecar el discurso y el futuro del club.