PSG e Inter de Milan, finalistas de la Champions League

PSG e Inter de Milan, finalistas de la Champions League Diseño: Deportes EE

Fútbol

Del Balón de Oro de Dembélé a la maldición de Múnich para el Inter: los entresijos de una final de Champions vital para el PSG

El francés busca liderar a los suyos hacia su primera Copa de Europa ante un cuadro italiano que aspira a conquistar su cuarto entorchado.

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Múnich se convierte este sábado en el epicentro del fútbol mundial. Dos equipos, PSG e Inter de Milán se citan en la ciudad alemana en busca de ocupar el cetro europeo. Es el partido más importante del año. En juego está el título de la Champions League.

Por un lado, el control de los de Luis Enrique. Por otro, la solidez defensiva de los de Inzaghi. Un choque de estilos que determinará quién es el sucesor del Real Madrid. Los primeros buscan su primera Champions. Los otros su cuarta. Pero la ambición es la misma.

El PSG quiere poner al fin la guinda a su proyecto. El gran dominador del fútbol francés se ha quedado siempre a las puertas de levantar la Orejona y este año tiene una oportunidad única. Ha llegado por fin con un bloque de futbolistas y no con una colección de estrellas.

Inzaghi y Luis Enrique en un montaje con el trofeo de la Champions.

Inzaghi y Luis Enrique en un montaje con el trofeo de la Champions. REUTERS

Un equipo de autor que funciona como un reloj suizo gracias al gran trabajo de Luis Enrique. El asturiano ha logrado una cohesión total después de la salida de Mbappé y ha sacado el mejor rendimiento a muchos de sus jugadores.

Donnarumma es el portero más determinante del planeta; Achraf y Nuno Mendes son unos puñales los laterales; Pancho se ha erigido como un gran central; Vitinha, Fabián y Neves mezclan a la perfección en un centro del campo muy completo... Y también hay pólvora en ataque.

Esa es, sin duda, otra línea diferencial en el PSG. Doue le ha quitado el puesto a Barcolá en un perfil y Kvaratskhelia ha caído de pie tras su llegada en invierno. Sin embargo, la gran estrella del cuadro parisino no es otra que Ousmane Dembélé.

De oro

Y es que la transformación del francés ha sido asombrosa. Muy inesperada tras su paso por el Barça, pero que sí muestra la proyección que ofrecía en sus primeros coletazos con el Stade Rennes o el Dortmund.

Alejado de la banda y centrando su posición, Dembélé se ha convertido en un jugador indetectable para los defensores y capaz de cortar como un cuchillo entre líneas. Ha encontrado su sitio y no para de crecer con el paso de los partidos.

Su explosión en 2025 ha sido definitiva. Ha visto puerta en 25 ocasiones en 28 partidos, siendo superado únicamente por Mbappé, Gyökers y Osimhen. Unos datos demoledores.

Dembélé celebra un gol con el PSG.

Dembélé celebra un gol con el PSG. REUTERS

El 'mosquito' es una de las grandes estrellas de la final de la Champions. Todo el mundo espera algo de él y una buena actuación puede catapultar por completo su carrera.

Si le da al PSG su primera Champions con algún gol puede dar un paso de gigante hacia la consecución del Balón de Oro. El mayor galardón individual al que aspira un futbolista.

Y es que Dembélé ya está ahora mismo entre los candidatos al premio. Junto a Lamine y Raphinha es el gran favorito, a expensas de lo que suceda con Mbappé en la Nations League y en el Mundial de Clubes.

Conjunto redondo

Enfrente, el PSG tendrá delante a uno de los equipos más complicados de ganar del fútbol europeo. El Inter de Milán es un conjunto muy trabajado, con las ideas muy claras y tan sólido en defensa como punzante en el área rival.

Si Donnarumma vive un momento pletórico, poco menos se puede decir de Sommer. El suizo, con mil batallas a sus espaldas, fue uno de los héroes en la trepidante eliminatoria de semifinales frente al Manchester City.

El once titular del Inter frente al Barça en las semifinales de Champions.

El once titular del Inter frente al Barça en las semifinales de Champions. REUTERS

Inzaghi forma con una línea de cinco atrás. Dumfries y Dimarco se encargan de ocupar todo el carril y Bastoni es el líder indiscutible de la tripleta de centrales. Acerbi, el héroe de San Siro, y Pavard son los escuderos del joven central transalpino.

La sala de máquinas queda a manos de Barella, quien se encarga de proyectar y cubrir las espaldas de Çalhanoğlu y Mkhitaryan. Todos ellos son muy peligrosos con la llegada desde segunda línea y suponen una gran amenaza.

Para los goles están Lautaro Martínez y Thuram. Una dupla que brilla en su conjunto, que se retroalimenta con las virtudes de cada uno y que se convierte en letal cuando están en su máximo esplendor físico.

Ciudad maldita

La final se presenta como una de las más igualadas de los últimos tiempos. Sin embargo, existe una maldición que podría hacer temblar a los tifosi más supersticiosos: todas las finales jugadas en la ciudad de Múnich han visto a un nuevo campeón de Europa.

A lo largo de la historia, la ciudad bávara ha albergado cuatro finales de Champions: 1979, 1993, 1997 y 2012. En todas ellas, el vencedor nunca había logrado el título con anterioridad.

El primero en cumplir con la profecía fue el Nottingham Forest quien levantó la Orejona por primera vez en su historia tras imponerse al Malmö por 1-0.

Tuvieron que pasar 14 años para ver de nuevo una final de Champions en Múnich. Fueron dos en la década de los 90 y que sirvieron para estrenar el palmarés del Olympique de Marsella y el Borussia Dortmund.

Vista exterior del Allianz Arena de Múnich

Vista exterior del Allianz Arena de Múnich David Vicente

La última, mucho más reciente, le dio al Chelsea su primera Champions. Además, fue frente al Bayern de Múnich que jugaba la final en su propio estadio. Un duelo lleno de emoción que acabó decidiéndose desde la tanda de penaltis.

De hecho, esa ha sido la única que se ha disputado en el Allianz Arena. Las otras tres se jugaron en el antiguo estadio Olímpico de Múnich.

En 2025 se vuelve a repetir la escena. El PSG nunca ha sido campeón de Europa y tiene ante sí una oportunidad para continuar con la leyenda y entrar directo en los libros de historia de la competición. El Inter, por su parte, buscará hacer caso omiso e intentar levantar al cielo de Múnich su cuarta Orejona.