Lamine Yamal acabó el partido de su vida triste y espoleado por Thuram: "El mejor del mundo es francés y el segundo también"

No fue un partido cualquiera para Lamine Yamal. No por hacerse centenario con el Barça a sus 17 años y 291 días. Tampoco por ser el jugador más joven de todos los tiempos en marcar en una semifinal de la Champions League. El '19' azulgrana, el talentoso futbolista que perdió el miedo "en el parque de Mataró", tenía la obsesión de ganar al Inter y acercar al club azulgrana a su primera gran final diez años después de la última.

Nada le podía parar, ni siquiera las molestias que sintió en el calentamiento y que encogieron el corazón a más de uno al verle irse del campo antes de tiempo. Unos masajes y listo. Que el Inter se pusiera 0-2 arriba en cuestión de 20 minutos habría hundido al Barça hace no mucho, pero con este Lamine Yamal es imposible. No podrá votar ni conducir, pero si tiene que echarse a un cinco veces campeón de Europa a las espaldas, lo hace.

Su golazo en el 24', tras encarar a Mkhitaryan y sacar un remate con rosca imposible para Sommer, ya forma parte de una galería sólo apta para los niños prodigios habidos a lo largo de la historia. Su mística va más allá de los números, aunque ganó ocho duelos, completó seis regates y dio tres palos. Una exhibición centenaria.

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Jordi Cruyff, uno de los impulsores del salto prematuro de Lamine Yamal al primer equipo, se rindió en los comentarios de Movistar Plus+ al partidazo del chaval: "Tras el 0-2 Lamine ha dicho: quietos todos. Ha levantado al equipo". "Es de las mejores actuaciones personales que le recuerdo a un jugador", añadió el exbarcelonista Gerard López.

Compañeros y rivales seguirían la misma línea de elogios a Lamine Yamal tras el partido. "Es un fenómeno que nace cada 50 años. No he visto a un jugador como Lamine Yamal en los últimos ocho o nueve años. Teníamos que poner a tres jugadores sobre él", dijo Simone Inzaghi, entrenador del Inter.

Lamine Yamal celebra su gol contra el Inter de Milán Reuters

Hansi Flick, que podrá presumir el resto de su vida de haber entrenado a Lamine Yamal —como Guardiola con Messi o Ancelotti con Cristiano—, le señaló como guia del equipo: "Nos ha mostrado el camino que teníamos que seguir". Los halagos del alemán no quedaron ahí: "Lamine es especial, es un genio. Cuando ves todos los detalles, es increíble cómo lo hace y demuestra que con 17 años es un jugador diferente. Lo más importante es que siga así. En los grandes partidos aparece y se le ve disfrutar".

Hasta Erling Haaland, que seguía el partido desde una tablet, se vio obligado a coger el móvil y compartir en Snapchat lo que estaba viendo ante sus ojos: "Este chico es increíble", publicó el noruego en el momento en el que Lamine dejó a Dimarco en el suelo y estrelló un balón en el larguero.

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Sólo un futbolista se atrevió a azuzar a Lamine Yamal en un día así. Fue Marcus Thuram, el '9' del Inter y autor con un taconazo del gol que abrió el marcador a los 35 segundos —el más rápido en las semis de Champions—. Preguntado tras el partido si el azulgrana es ya el mejor del mundo, tuvo claro que el trono todavía no le corresponde.

"No, no lo creo. El mejor jugador del mundo es francés. El segundo mejor jugador, creo, también es francés. Son Ousmane [Dembélé] y Kylian [Mbappé]", dijo Marcus Thuram en Canal+, sin especificar el orden para sus compañeros de la selección gala. "Yamal es quizás el tercero", admitió luego el delantero, aunque probablemente el mensaje que le llegará a Lamine sea sesgado y tenga así una excusa adicional para motivarse.

Una instantánea agridulce

El MVP del partido no acabó en manos de Lamine Yamal sino de Dumfries, que dio la asistencia a Thuram y marcó un doblete, con gol de 'tijera' incluido en el 0-2. No fue eso lo que torció el gesto a la joya de Rocafonda y sí el resultado final. El Barça tendrá que ganar en Milán a pesar de haber sido superior en la ida.

Por eso, tampoco le animó el homenaje que el Barça le preparó tras el encuentro por sus 100 partidos con el primer equipo. El capitán Ter Stegen le entregó una camiseta conmemorativa y la mayoría de sus compañeros se acercaron a Lamine para inmortalizar el hito. Sólo en el momento de saltar el flash surgió una mueca en el rostro del joven futbolista.

"Todos sabemos lo bueno que es Lamine. Sería mucho mejor salir con una camiseta de 100 partidos y ganando", dijo Raphinha después. Un final agridulce que no quita lo especial que fue una noche en la que Yamal se hizo mayor y puso de acuerdo al planeta fútbol —salvo al hijo del exculé Lilian Thuram—. Del parque de Mataró al cielo.