El estadio más grande del mundo

El estadio más grande del mundo

Fútbol

Ni Bernabéu, ni Camp Nou: este es el estadio más grande del mundo, con piscina y en ruinas desde hace demasiado tiempo

A pesar de su colosal capacidad y sus récords históricos, este recinto permanece casi abandonado y apenas se usa desde hace años.

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Oculto en la capital de uno de los países más herméticos del planeta, se alza una estructura que desafía cualquier estándar arquitectónico en materia deportiva.

Ni el Santiago Bernabéu ni el Camp Nou, símbolos de grandeza futbolística en Europa, logran acercarse al tamaño del Estadio Rungrado Primero de Mayo, una mole que domina el paisaje urbano de Pyongyang, Corea del Norte.

Con capacidad para hasta 150.000 espectadores, se trata del estadio de fútbol más grande del mundo, aunque su uso actual es casi anecdótico.

Construido a mediados de la década de 1980 como respuesta a la edificación del Estadio Olímpico de Seúl por parte de Corea del Sur, este recinto fue ideado como una declaración de poder y ambición por parte del régimen norcoreano.

Su inauguración oficial se produjo el 1 de mayo de 1989, y desde entonces, ha sido escenario de todo tipo de eventos: desde partidos de fútbol hasta majestuosos espectáculos de gimnasia, pasando por mítines políticos y luchas de lucha libre profesional.

Una flor de cemento

Situado sobre la isla Rungra, en el corazón del río Taedong, el estadio debe su nombre a la unión de esa ubicación y la fecha del Día Internacional de los Trabajadores.

La estructura, vista desde el cielo, recuerda a una flor de loto con dieciséis pétalos arqueados que emergen del suelo, una metáfora visual cargada de simbolismo.

La superficie total construida asciende a más de 207.000 metros cuadrados, distribuidos en ocho niveles, con un techo que alcanza más de 60 metros de altura.

El diseño no solo buscaba deslumbrar, sino también impresionar al mundo con una arquitectura monumental cargada de mensaje ideológico.

Entre sus instalaciones destacan una pista de atletismo, una piscina olímpica cubierta, zonas de entrenamiento, saunas, salas de ping pong, camas para descanso y hasta un campo de minigolf.

En total, el complejo incluye unas 1.300 habitaciones repartidas por todo el edificio, una cifra que subraya su descomunal dimensión.

El Estadio en Corea del Norte

El Estadio en Corea del Norte

Récords y abandono

Poco después de su apertura, el estadio ya estaba batiendo récords. En 1995, albergó el evento de lucha libre "Collision in Korea", con 350.000 espectadores repartidos en dos jornadas, lo que aún hoy se considera el evento más multitudinario en la historia del wrestling profesional.

En 2007, fue sede de los Mass Games, el mayor espectáculo gimnástico jamás registrado, con 100.090 participantes sincronizados en una coreografía gigantesca.

Sin embargo, a pesar de estos momentos de esplendor, el Estadio Rungrado Primero de Mayo ha vivido largos períodos de silencio.

A lo largo de más de tres décadas, ha sido utilizado de forma esporádica, relegado a eventos puntuales organizados por el gobierno norcoreano, que controla estrictamente qué actividades pueden desarrollarse en su interior.

El paso del tiempo dejó huella. El estadio cayó en un estado de deterioro progresivo, hasta que en 2014, el líder Kim Jong-un ordenó una renovación completa del recinto.

Se repintaron estructuras, se restauraron todas las habitaciones y se modernizaron algunas zonas, pero la actividad posterior no aumentó de forma significativa.

Un coloso sin público

Hoy en día, este gigante de hormigón y acero vive a medio gas. Se utiliza para partidos locales, algunos eventos de atletismo y, sobre todo, como escenario de los juegos del festival Arirang, una celebración anual donde miles de gimnastas ofrecen espectáculos coreografiados para glorificar al régimen.

El contraste con su potencial es abismal. El Wembley Stadium de Londres, con 90.000 asientos, o el futuro estadio del Manchester United, que se proyecta con capacidad para 100.000 personas, no se acercan a los números del Rungrado.

Y sin embargo, ambos están en uso constante, recibiendo miles de visitantes cada semana, mientras que el estadio más grande del mundo permanece vacío la mayor parte del tiempo.

Símbolo de excesos

La historia del Estadio Rungrado Primero de Mayo es también la historia de un país que ha priorizado los símbolos sobre las necesidades.

La falta de información oficial sobre los costos de construcción y mantenimiento, así como las condiciones laborales de quienes lo levantaron, alimenta rumores sobre posibles violaciones a los derechos humanos.

Pese a todo, el estadio se mantiene en pie como un testimonio de lo que Corea del Norte quiso mostrar al mundo: poder, grandeza y control.

Pero el paso del tiempo ha sido implacable. Sin actividad constante, sin afición que llene sus gradas, y sin partidos internacionales que proyecten su imagen, el coloso de Pyongyang languidece en un silencio que ni sus muros titánicos pueden ocultar.