La radiografía de un año para olvidar: los números que explican el prematuro adiós de Xavi del Barça

La derrota del Barcelona frente al Villarreal desembocó en algo que parecía inevitable. Xavi Hernández anunció su marcha del club el 30 de junio calificando su decisión de "sentido común" y con la esperanza de que su salida suponga un "cambio de dinámica". Tras conseguir dos títulos el curso pasado el Barça se ha caído con todo el equipo y el fin de ciclo parecía más que evidente.

Xavi no ha tenido tregua en los seis meses que llevamos de temporada. Siempre ha estado en el ojo del huracán, cada vez con más frecuencia, porque su equipo no ha conseguido mostrar ninguna evolución (más bien ha sufrido una involución) y ha demostrado estar muy lejos de los equipos más grandes de Europa.

En el inicio de curso el cuadro azulgrana fue sacando los partidos adelante. Sin convencer, pero ganando. Sin embargo, la dolorosa derrota en el descuento frente al Real Madrid en el Clásico liguero supuso un antes y un después. El equipo cayó en picado y a partir de ahí no ha mostrado signos de mejora.

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Ante el Villarreal fue el colofón. Montjuic se hartó de la situación y silbó en varias ocasiones a sus jugadores, incapaces de meter mano a uno de las peores versiones del Villarreal en los últimos años. Xavi dijo adiós, pero no únicamente por ese partido. La temporada no está teniendo ninguna noticia positiva.

Desastre defensivo

El Barça ha empeorado considerablemente su rendimiento de la temporada 22-23 a la actual. Para explicar esta caída repentina hay que fijarse en los registros defensivos del club azulgrana.

Y es que, tras 21 partidos de Liga disputados, los de Xavi Hernández han encajado 29 tantos, es decir, más de uno por partido. De los 20 clubes de Primera División, tan solo siete han recibido más goles (Osasuna, Villarreal, Celta, Sevilla, Cádiz, Granada y Almería). 

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Unos números muy malos que se convierten en más dramáticos si se comparan con los obtenidos por el propio Barcelona hace una temporada. El conjunto azulgrana tan solo acumulaba 7 goles en contra a estas alturas de curso (ahora lleva cuatro veces más), pero es que tan solo encajaron 20 en toda la Liga. Es decir, con más de 17 partidos por jugar, el Barça ya tiene más goles en contra que en toda la 22-23.

Ante el Villarreal volvió a batir un nuevo registro negativo. Por primera vez desde 1961 el club azulgrana encajó cinco goles en un partido jugando como local. En toda la historia le ha ocurrido cinco veces más (tres de ellas en la década de los cuarenta del siglo pasado; y las otras en los sesenta).

Viviendo en el alambre

Este curso, el Barcelona parece haberse abonado a un juego de la ruleta rusa constante. Los de Xavi apenas han logrado tener el control del juego durante los 90 minutos y muchas veces se han visto obligados a remontar resultados muy adversos.

Hace una semana le salió de cara en el Benito Villamarín tras vencer al Betis con un gol de Joao Félix en el minuto 89. Esta vez se produjo otro amago de remontada, pero fue el rival quien acabó atestando un golpe definitivo a los culés con goles en el tiempo añadido.

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Encajar tantos goles les ha obligado a remontar muchos partidos, pero en muchas ocasiones se ha llevado el triunfo por la mínima. El Barça no vive con holgura con los últimos minutos prácticamente en ningún choque. De los 21 partidos en Liga, el cuadro de Xavi tan solo ha ganado tres de ellos por más de un gol.

Venció 2-0 al Cádiz en la jornada 2 y le endosó una manita al Betis en el siguiente encuentro. Precisamente frente a los béticos lograron otra nueva victoria holgada (2-4), pero con trampa, ya que los dos tantos llegaron en el tiempo de descuento.

El peor español del Barça

Con 26 tropiezos en 122 encuentros (el 21,3%), el de Terrassa superó tras el encuentro ante el Villarreal a Juan José Nogués como el entrenador español con más derrotas en la historia del Barça. 

Este dato confirma que Xavi no ha estado a la altura. Consiguió una reacción en el equipo en su primera media temporada, ganó dos títulos en su primer año completo, pero este curso se ha venido abajo por completo.

Peores son las sensaciones en Europa. En sus dos primeros cursos en el banquillo culé se quedó fuera de la fase de grupos de la Champions League y posteriormente fue eliminado en la primera ronda de la Europa League. Este año, el Barça sí que jugará los octavos de la Copa de Europa. Lo hará frente al Nápoles en una eliminatoria importantísima ya que es la única bala que el queda al club azulgrana.