El Valencia irá por la vía ordinaria: así entorpecen los clubes las sanciones por racismo en España

"El Valencia CF recurrirá hasta la última instancia el cierre" de la Grada Kempes. El club che dejó claro desde el principio su postura ante "una sanción que considera totalmente injusta". El Comité de Competición ordenó la clausura parcial de Mestalla por cinco partidos (más una multa de 45.000 euros) por los insultos racistas hacia Vinicius Jr, pero en la entidad valencianista lo consideran "injusto y desproporcionado".

De ahí que el Valencia ya haya activado sus mecanismos para evitar o dilatar la sanción. En primer lugar, denuncia que Competición actuó sin escuchar su versión de los hechos y que se le ha castigado cuando la investigación policial continúa abierta. En base a ello, puede pedir la cautelar, podrá alegar hasta en dos ocasiones (a Competición y Apelación) y luego podría recurrir al Tribunal Administrativo del Deporte.

Es, por tanto, un proceso tedioso si el club castigado decide apelar. Al menos, según la antigua Ley del Deporte. Es de lo que ya alertó un día antes, el lunes, Luis Rubiales, presidente de la Federación Española de Fútbol (RFEF), que también que Competición, "que actúa de forma autónoma", sancionaría como así fue.

[Un protocolo antirracismo "obsoleto" y denuncias archivadas en España: las diferencias con otras ligas]

Rubiales hizo un alegato sobre el papel que debe tener cada cual en los casos de racismo: "Esto requiere una respuesta firme de todos los agentes del fútbol. Muchas veces hemos encontrado que no nos han ayudado. La RFEF ha sancionado y estas sanciones no se han respetado. Las acciones de la RFEF quedaban invalidadas por los órganos administrativos competentes o en los que directamente se le ha quitado la competencia a la RFEF. Le pido a los clubes que no dilaten las sanciones, que no las demoren en el tiempo", alertó el presidente de RFEF.

Sin embargo, el Valencia ha reaccionado igual, sosteniendo que existe una justificación en su reclamo y presentará más pronto que tarde el recurso, dado que el próximo partido en casa es contra el Espanyol este domingo. El duelo contra los 'periquitos', que puede ser directo por la salvación, sería el primero de los cinco en los que la Grada Kempes se cerrara. Pedir y obtener la cautelar le salvaría de cumplir el castigo de inmediato.

El Valencia quiere repetir la estrategia que siguieron antes otros clubes y les funcionó. Como dijo Rubiales, algunos alargaron el proceso y pasaron años hasta que fueron sancionados y a otros, incluso, les sirvió para tirar abajo un castigo como el del club che, es decir, de cierre parcial del estadio.

En el fútbol español se han dado dos casos relativamente recientes que concuerdan con esto: los castigos al Sporting de Gijón por ataques racistas en El Molinón contra Iñaki Williams, del Athletic, y al Sevilla por graves insultos en el Sánchez Pizjuán a Sergio Ramos, del Real Madrid.

Así se 'salvó' el Sporting

El primero de ellos se dio en agosto de 2016, durante un Sporting-Athletic de Liga. El partido se detuvo durante unos instantes por insultos racistas al mayor de los hermanos Williams. Competición, como ahora en el 'caso Vinicius', actuó y sancionó al club asturiano con el cierre parcial del estadio. El Comité se pronunció casi dos meses después de los hechos.

El Sporting anunció que recurriría y llevó el caso a Apelación que, sin embargo, confirmó el castigo un mes más tarde. El club siguió oponiéndose a asumir la sanción por racismo y amenazó con acudir a la vía de la jurisdicción contencioso administrativa. Finalmente, en marzo de 2017, fue el TAD quien anuló el cierre parcial y, en 2018, también revocó la multa. En enero de 2018, se escuchó en la grada de El Molinón el siguiente cántico: "No queremos jugadores, jugadores de color, los queremos de Mareo y orgullosos de Gijón". También quedó sin castigar.

Iñaki Williams, en El Molinón en 2016 EFE

El Sevilla, seis años para cumplir la sanción

En cuanto a la sentencia sobre el Sevilla, esta llegó tras los "insultos y cánticos corales" que recibió Sergio Ramos en un partido de Copa del Rey en enero de 2017. Competición cerró la grada Gol Norte un partido, pero el club hispalense hizo el mismo proceso que el Sporting: presentó alegaciones ante Competición y Apelación y luego recurrió al TAD, que acabó manteniendo la sanción de cierre parcial. 

El Sevilla no se paró ahí y fue al Tribunal de lo Contencioso-Administrativo, luego a la Audiencia Nacional y, por último, ante el Tribunal Supremo, que en el pasado mes de febrero dictó providencia acordando la inadmisión a trámite de dicho recurso. El Sevilla cumplió con la sanción de cierre parcial (no con la multa, anulada en el camino), pero lo hizo seis años y tres meses más tarde de los hechos, en abril de 2023 en un Sevilla-Celta de Liga.

Sergio Ramos, en el Sánchez Pizjuán en 2017 Reuters

La nueva Ley del Deporte

El Valencia, que también siente que no se ha valorado su implicación en la identificación de los responsables de los insultos, no está dispuesto a acatar la sanción y va a pelear hasta el final para que quede en nada o, si la cumple, sea lo más tarde posible. El sistema no funciona y beneficia, como se ve en los casos de Sporting y Sevilla, a los clubes.

La esperanza para agilizar los procesos burocráticos está en la nueva Ley del Deporte, aprobada hace ya más de cinco meses, pero que todavía no ha sido desarrollada reglamentariamente. Es por es que el caso del Valencia, por ahora, se rige con el sistema anterior. Una vez esté en funcionamiento, Competición tendrá una acción más ejecutiva y se reducirán las alegaciones al TAD.