Salah durante un partido de la Premier League

Salah durante un partido de la Premier League Reuters

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El conflicto entre Salah y la federación egipcia vuelve a reavivarse

28 agosto, 2018 10:48

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Mohamed Salah y la federación egipcia han resucitado su conflicto por los derechos de imagen del futbolista. El delantero del Liverpool pidió hace unos días a través de su representante, Ramy Abbas, que la federación de su país velará por la seguridad y el bienestar del jugador durante las concentraciones con su selección y de que se abstuviera de realizar un uso indebido de la imagen del Salah. 

Este pasado lunes hubo una guerra de declaraciones entre ambas partes. La federación de Egipto lanzó un comunicado donde calificó las peticiones del extremo red de "exageradas" e "ilógicas", explicó que "no aplicamos estándares diferentes a los jugadores" y aseguró que no quiere "entrar en conflictos que pueden afectar a uno de los mejores jugadores de fútbol egipcio". No es el primer conflicto entre ambas partes, ya que el jugador exigió que se respetase su privacidad. 

El '11' contestó a través de Twitter adminitendo que "es normal que una federación busque resolver los problemas de sus jugadores para sentirse cómodos. Pero lo que aprecio, de hecho, es precisamente lo contrario. No es normal que mis mensajes y los de mi abogado sean ignorados. No entiendo por qué todo esto. ¿No tenéis tiempo de contestarnos?", confesó el internacional del Liverpool después del comunicado de la federación. 

Salah con el Liverpool. Foto: Twitter (@MoSalah)

Salah con el Liverpool. Foto: Twitter (@MoSalah)

Su agente también cargó contra la federación, en el que pedía garantías para su jugador, y más garantías sobre de que "no habrá más violaciones de los derechos de imagen". Tanto el jugador como su representante criticaron la falta de comunicación por la otra parte, ya que todavía no han recibido una respuesta firme, tal y como confirmó Abbas: "Todavía tienen que contestar".

La polémica del Mundial

El problema apareció con una recepción con Ramzán Kadírov, líder de la República de Chechenia, en cuya capital, Grozni, se concentró Egipto durante el torneo. El compromiso molestó a Salah, cuya imagen fue aprovechada por el prorruso Kadírov para hacer proselitismo nombrándole ciudadano honorario del territorio, que mantiene una disputa con Moscú por su soberanía. El jugador ya amenazó con abandonar la concentración, pero finalmente permaneció.