Tadej Pogacar celebra su victoria en el Mundial de ciclismo de Ruanda.

Tadej Pogacar celebra su victoria en el Mundial de ciclismo de Ruanda. REUTERS

Ciclismo

Tadej Pogacar firma otra exhibición histórica en Ruanda y consigue su segundo maillot arcoíris consecutivo

El ciclista esloveno volvió a atacar otra vez a más de 100 kilómetros de meta para conseguir su segundo Mundial por delante de Remco Evenepoel. Juan Ayuso fue octavo.

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Otra exhibición impresionante para los libros de historia del deporte. Tadej Pogacar consiguió este domingo proclamarse campeón del mundo por segunda vez consecutiva gracias a otro ataque sobrenatural a más de 100 kilómetros para la línea de meta.

De forma similar a lo que osó a hacer un año atrás en Zúrich, otra vez el esloveno decidió sacudir la carrera desde lejos y emocionó con un demarraje definitivo. El mejor ciclista que los ojos de muchos aficionados hayan visto jamás, portará por segundo año consecutivo el maillot arcoíris.

Sin rival, y tras soltar primero a Juan Ayuso y después a Isaac del Toro, los dos únicos que aguantaron ese ataque tan tempranero en un inicio, Pogacar rodó de nuevo durante mucho tiempo en solitario en busca del oro. 

Le devolvió la moneda a Remco Evenepoel, peleado con el mundo tras dos cambios de bicicleta. El belga le había doblado la semana pasada en la crono, pero esta vez tan sólo pudo ser plata. Un resultado, no obstante, más que meritorio. 

El bronce fue a parar a manos de Ben Healy. El irlandés tenía muy claro que este recorrido le venía perfecto, así que no falló y se subió al podio después de un esfuerzo extremo. Juan Ayuso, el mejor español que soñó con meterse en la pelea con Pogacar, finalizó en una meritoria octava posición.

Otro ataque para la historia

El Mundial más duro de la historia era territorio perfecto para Tadej Pogacar. Era el favorito número 1 desde que se conoció el recorrido, pero lo sucedido una semana atrás en la contrarreloj individual, donde Remco Evenepoel dobló al esloveno, hizo crecer las dudas.

Aquello eran castillos en el aire, porque la carretera volvió a demostrar que el arcoíris estará un año más a lomos del mejor ciclista del momento. Quizás el mejor corredor de todos los tiempos. 

Con Bélgica tratando de mandar desde el inicio y poniendo un ritmo interesante que no dejó respirar a casi nadie, Pogacar tenía claro el lugar en el que tenía que romper la carrera. Era al paso por el Monte Kigali, la zona más dura del trazado y la de un esfuerzo sostenido más largo.

La única pega era que esa ascensión se coronaba a más de 100 kilómetros para la meta, pero Pogacar demostró una vez más que eso no supone ningún escollo para él. Como ya hiciera el año pasado en Zúrich, a más de 100 kilómetros para la llegada decidió mover el árbol y dinamitó por completo la carrera.

En ese gran esfuerzo, el ciclismo español se ilusionó a lo grande al ver que Juan Ayuso era prácticamente el único ciclista capaz de aguantar ese violento cambio de ritmo por parte del vigente ganador. 

Un poco más tarde, y yendo de menos a más, el mexicano Del Toro demostró que tiene un presente y un futuro increíble en sus piernas y se unió a ellos para formar un trío de lujo. Tres ciclistas, por cierto, del equipo UAE Team al menos hasta que Ayuso se marche al final del curso al Lidl-Trek.

Poco iba a durar sin embargo ese trío cabecero. En el siguiente paso por el muro de Kimihurura Juan Ayuso tuvo que ceder. Del Toro aumentó el ritmo, Pogacar le siguió y el español reventó. 

Hubo entendimiento entre Del Toro y Pogacar, seguramente un pacto de equipo más allá de que en el Mundial se corre por selecciones. Hablaron y acordaron ir a dúo todo lo que pudieran. Incluso Pogacar tuvo que levantar el pie en alguna ocasión para no quedarse en solitario demasiado pronto.

No pudo esperar más cuando restaban 66 kilómetros para la meta. Ahí Del Toro dijo 'basta' y empezó la cabalgada en solitario de Tadej en busca de su segundo arcoíris. De nuevo, una contrarreloj larguísima luchando contra su cabeza, la distancia y los perseguidores. 

Juan Ayuso, en el Mundial de Ruanda.

Juan Ayuso, en el Mundial de Ruanda. REUTERS

Por detrás se organizó un grupo con Remco Evenepoel como gran estrella. El belga había tenido que cambiar dos veces de bicicleta e iba enfadado con el mundo, pero es un super clase. Con él, Healy, Skjelmose, Pidcock o Hindley.

La selección natural hizo el resto. Pogacar no flaqueó ni un solo momento y saboreó su segundo Mundial consecutivo totalmente merecido. Es el mejor y lleva el maillot que le reconoce por encima del resto. 

Tadej Pogacar, con su oro y el maillot arcoíris en el Mundial de Ruanda 2025.

Tadej Pogacar, con su oro y el maillot arcoíris en el Mundial de Ruanda 2025. REUTERS

Evenepoel se afianzó como el mejor de los mortales para lograr la plata, insuficiente para él, y Healy confirmó que este recorrido le venía muy bien para colgarse el bronce. Una medalla mucho tiempo después para Irlanda.

Juan Ayuso, que no desconectó del todo y terminó la carrera en una jornada de pura supervivencia, entró en un meritorio octavo puesto en el primer Mundial de Alejandro Valverde al frente de la Selección.