La famosa escena de la carrera de carros de la película 'Ben Hur'.

La famosa escena de la carrera de carros de la película 'Ben Hur'.

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Todos los inventos del Imperio romano que todavía usamos: del paso de cebra al maquillaje

El matrimonio o la industria de la moda también tienen su origen en la Antigua Roma.

17 junio, 2020 02:53

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Decía Maquiavelo que todo cuanto ocurre en el mundo en cualquier época guarda genuina semejanza con lo sucedido en tiempos antiguos. El presente no se puede entender sin analizar previamente el pasado y nuestros tiempos no pueden ser comprendidos sin la herencia romana, pese a distanciarnos casi 2.000 años desde la caída de su imperio.

¿Cuántas de las comodidades de la actualidad tienen su origen en la Antigua Roma? Es exactamente lo que pretende explicar el doctor en Filología Clásica por la Universidad Complutense Emilio del Río con su nuevo libro Calamares a la romana (Espasa). "Nada de lo que nos rodea sería como es si Roma no hubiese existido. De esto va el libro, va de que somos romanos, aunque no nos demos cuenta", inicia el escritor.

Durante siglos, muchas de las iniciativas romanas quedaron en el olvido. La Edad Media abandonó Roma para centrarse en un sistema completamente enfocado a la religión. No obstante, con el tiempo y la añoranza en el pasado clásico, Roma volvió, no físicamente, sino culturalmente.

Los jacuzzis romanos

Los jacuzzis no son un invento americano y lujurioso reciente. Ya en la Antigua Roma los ciudadanos disfrutaban de termas muy parecidas. No solo se acudía a estos lugares para bañarse, sino que se aprovechaba para conversar y practicar deporte. "En Pompeya hay muchas casas con baños enormes, y podemos suponer que sus dueños invitaban a amigos y clientes para evitar el cotilleo de los baños públicos", escribe del Río.

De esta manera, existían tanto baños públicos como privados y cuando algún personaje público quería ganarse el favor de la gente se encargaba de que la entrada a las termas fuera gratuita. Existía todo un procedimiento político y cultural en torno a las termas. De hecho, narra del Río, "no bañarse era antirromano".

La industria de la moda

Si uno ha pensado que antes de la sociedad de consumo de la actualidad no existía la moda se equivoca, al menos en parte. Ya en el siglo III a.C. Epídico se lamentaba de los vaivenes de la moda y sus cambios: "¿Y qué me dices de esas que inventan cada año nombres nuevos para los trajes? La túnica rayada, la tupida, el echarpe de flecos, la túnica con forma de camisa, la que lleva galones, la amarilla tirando a naranja, la de color azafrán..."

Tal y como indica el escritor romano Aulo Gelio, los romanos al principio no usaban túnica, vestían tan solo la toga. De todos modos, cabe destacar que las modas de entonces no cambiaban con tanta rapidez como ahora. "Pero eso no quiere decir que los romanos no le dieran importancia al tipo de prenda, al color o al material con que estaba hecha".

Los primeros pasos de cebra

Los pasos para peatones no son un invento reciente, ni mucho menos. En todas las ciudades de la Antigua Roma existían y estaban construidos con losas de piedra cortadas de forma rectangular y colocadas perpendicularmente al tráfico. Eran de la misma altura que las aceras por lo que los viandantes podían cruzar sin ningún tipo de complicación. En cuanto a los carros, se veían obligados a frenar para alinear las ruedas con los carriles que quedaban libres entre las losas.

Paso de cebra en la ciudad de Pompeya.

Paso de cebra en la ciudad de Pompeya.

El matrimonio

Mucho se ha especulado a lo largo de la historia acerca del matrimonio. A menudo se ha llegado a afirmar que surgió con el cristianismo pero ya en el Imperio romano era una realidad. "Para los romanos el matrimonio, además de un compromiso personal, era una obligación cívica".

Durante la celebración, tanto si era religiosa como civil, el novio le ponía a la prometida un anillo, de oro en su mayoría. Aquella tradición fue el inicio de los anillos de boda que todavía perdura en nuestra sociedad y que se ha extendido a todo el mundo.

El maquillaje

"También sabéis blanquearos el cutis poniéndoos cremas, y la que no tiene de por sí tono sonrosado se lo procura artificialmente. Así rellenáis los espacios vacíos de vuestras cejas y un pequeño lunar adorna vuestras mejillas. Y no os da vergüenza pintaros los ojos con un poco de ceniza o con azafrán". Estas son las palabras de Ovidio hace exactamente 2.000 años.

Por lo tanto, no fue una creación contemporánea ni moderna relacionada a la aristocracia europea. Se han llegado a encontrar cajas de maquillaje de madera y marfil, como la que se encuentra en el Museo Arqueológico de Nápoles y que data del siglo II. O en Mérida es un estado de conservación asombroso.

Bomberos

No fueron un invento moderno. En la época de Augusto se llamaban los vigilantes del fuego y recorrían la ciudad por la noche por si había un incendio que apagar. Es más, Craso creó un cuerpo de bomberos oficial que en época de Trajano sería reforzado para salvaguardar los edificios de las grandes ciudades. Eran un cuerpo público que funcionaba gracias a los impuestos recaudados en el imperio.