Pablo Mallavia, el estilista y fiel bastón de Mila Ximénez que lo ha dejado 'todo' para ayudarla en su lucha
El cántabro y la colaboradora son inseparables desde hace siete años, cuando se conocieron entre las bambalinas de 'Sálvame'.
27 mayo, 2021 17:55Noticias relacionadas
El 16 de junio de 2020, Mila Ximénez (69 años) anunció públicamente el duro diagnóstico médico por el que llevaba días alejada del plató de Sálvame: "Tengo cáncer de pulmón". Todos sus compañeros conocían la noticia y pese a la seriedad que mostraron en su rostro al escucharla, no dudaron en dedicarle su cara más positiva, enviar su energía a la colaboradora y hacerle saber que tenían su apoyo para lo que necesitase. Eso ocurría ante las cámaras, pero en un plano oculto de la audiencia, un joven llamado Pablo Mallavia, estilista de Sálvame, que también conocía ya la enfermedad de Mila tomó una decisión rotunda: convertirse en el fiel escudero de batalla de la colaboradora, no separarse de ella y ser su bastón para los altibajos propios de la lucha contra el cáncer.
Se lo prometió y está cumpliéndolo a rajatabla. Pablo es la persona que está al lado de Mila de forma ininterrumpida. Junto a Belén Rodríguez, también inseparable de la colaboradora, el estilista acompaña a la ex de Manolo Santana (83) en su día a día, ya sea descansando en casa, acudiendo al hospital para su tratamiento o simplemente tomando algo en una terraza.
¿Quién es este hombre tan entregado a Mila? Pablo Mallavia es un joven de Torrelavega, Cantabria, que dejó su tierra natal para viajar a Madrid y construir su futuro profesional. Estudió Producción de Imagen y enseguida se coló en el mundo de la televisión y también en el de la moda. Realizó prácticas en Telemadrid y se adentró en el universo de las firmas de lujo de la mano de Roberto Verino. Pero quiso ir un paso más allá.
Tras poner a prueba su talento en varias vertientes profesionales, conoció las agencias de comunicación y al verse capacitado creó la suya propia. Todo un éxito. Ha trabajado con decenas de personajes y famosos patrios -e incluso con Isabel Díaz Ayuso (42)- a los que ha realizado cambios de imagen muy sonados. Su relación con los rostros reconocidos del panorama nacional comienza, por tanto, desde su faceta como estilista, pero en muy poco tiempo algunas de estas celebrities han traspasado la línea de lo profesional y han entrado de lleno en el corazón de Pablo. Ese es el caso de Mila.
Pablo y Ximénez coincidieron por primera vez hace siete años en los camerinos de Telecinco. Él era el estilista de cabecera de muchas de las colaboradoras de Sálvame -Belén Esteban (47), Terelu (55) o Carmen Borrego (54), entre otras- y su trabajo consistía en proporcionarles los estilismos que lucirían en los programas. Pero poco a poco la amistad entre Mallavia y Mila fue a más. "Yo siempre he dicho que, aparte de ser estilista, soy psicólogo. Influye muchísimo tanto el tema de la ropa, como los colores para coordinar con el estado de ánimo de ellas. También es cierto que en muchas ocasiones me llaman, pero yo no me puedo mojar demasiado porque estoy en el medio de todas", desvelaba en una entrevista a Semana.
La empatía y la forma de escuchar de Pablo se volvieron indispensables para Mila, que enseguida le dejó entrar en su vida para no permitir que saliera jamás. Mallavia se convirtió en su confidente, su gran amigo, su estilista e incluso una especie de representante. Tanto que Ximénez dejó a cargo del cántabro sus redes sociales cuando ella entró en la casa de Gran Hermano Vip.
Pablo ha estado presente en algunos de los momentos más especiales de la vida de Mila, y viceversa. El estilista siempre asegura que uno de los días en los que más orgulloso se sintió de su trabajo fue en las Campanadas que presentó Mila Ximénez junto a algunos de sus compañeros de Sálvame. Él presume de esa ocasión como uno de sus éxitos profesionales debido al estilismo que escogió para Ximénez -un vestido de Duyos- que recibió muchos halagos, pero también por el aspecto más personal de aquella noche, pues fue una experiencia muy emotiva que pudieron disfrutar juntos.
Esta especial cita ocurrió el 31 de diciembre de 2017 y tres años y medio después sus circunstancias son muy distintas, pero siguen tan unidos o más que entonces. Las risas de aquella Nochevieja se han transformado ahora en una lucha incesante y dura en la que ni Mila ni Pablo se van a rendir. De hecho, el joven ha frenado su actividad laboral de forma puntual para centrarse en apoyar a su buena amiga. Él es -con permiso de su hija, Alba Santana (37)- el bastón más fiel de Mila en su momento más difícil.
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