Las ensaladas de vegetales asados son una verdadera maravilla. El paso por el horno, la caramelización, les otorga una profundidad de sabor increíble y unos matices dulces que enganchan. Esto lo hemos podido comprobar en un sinfín de ensaladas con anterioridad, perfectas tanto para la época de invierno, pero también para las otras estaciones del año. Por ejemplo, la de piña asada con pepino y yogur es genial para verano igual que la de pollo confitado y sandía asada pero la de cogollos asados y salsa césar de boquerones nos llevará más a la primavera o al otoño de la misma manera que la de pimientos asados y bacalao.

Para el otoño - invierno vuelvo a dejar la de remolacha e hinojo asados con caqui y también la de boniato asado y queso de cabra, por eso de que el dulzor del boniato y la grasa del queso pueden pesar un poco más. 

La mejor época y el mejor aliño

En realidad, la mejor época para comer cada ensalada es la de la temporada que marcan sus ingredientes. Eso es así. Luego, por supuesto, tenemos que hablar de un tema fundamental que es el de los aliños y vinagretas. Ellos son el corazón de una ensalada.

No hay ensalada que brille sin un buen aliño. Por supuesto, las posibilidades son ilimitadas porque contemplamos aquí vinagretas, cremas, emulsiones, majados, zumos o hasta purés de fruta y mermeladas para conseguir el objetivo deseado en cada caso. En esta ensalada, lo importante será recuperar los jugos naturales de la remolacha y el nabo que se soltarán en la bandeja donde éstos se hayan asado y luego la protagonista será, irremediablemente, la crema de aguacate con la que terminaremos la ensalada por encima más o menos generosamente.

Esta crema de aguacate sirve para muchas otras cosas, es muy básica y se puede condimentar al gusto de cada uno y si la filmáis a contacto en la nevera os aguanta en perfectas condiciones un par de días. Me gusta, luego, desmigar tanto la clara del huevo como la yema y encontrármelos mezclados entre los vegetales. Como veréis, están en estado sólido, la yema no es cremosa, pero lo hago igualmente como un huevo poché para que la textura de la clara, sobre todo, sea diferente, más aireada.

El toque final del sésamo lo podríais evitar, pero me gusta encontrarlo y también me gustaría el pistacho en la mezcla. Para rematar, unas hojas de cilantro creo que le vendrían fenomenal para aligerar todo igual que un chorrito más de limón.

Cómo hacer ensalada de remolacha asada

Paso 1 

Quitar los tallos de la remolacha y pelar muy bien los bulbos. Hacer lo mismo con los nabos. Entonces, trocear la remolacha y también trocear los nabos y disponerlos en una bandeja apta para el horno. Regar con aceite de oliva y un poco de sal y llevar al horno precalentado a 180 ºC durante 30 minutos, o hasta que todo esté muy tierno. De vez en cuando, remover ligeramente para que se cocine de forma uniforme.

Paso 2

Mientras tanto, cocer el huevo en agua con vinagre, durante 5 minutos para que quede la yema dura. Escurrir y separar la clara de la yema.

Paso 3

Preparar también la crema de aguacate. Partir el aguacate por la mitad y quitar el hueso del centro. Sacar el aguacate de su cáscara y disponerlo en un vaso para triturar. Agregar la lima, el aceite de oliva, la sal y la pimienta y triturar muy bien hasta lograr una crema. Meter dentro de una manga pastelera o de un biberón para servir.

Paso 4

Mezclar las verduras con los trozos de yema de huevo y de clara de huevo cocidos. Emplatar y disponer por encima la crema de aguacate y también las semillas de sésamo. Podríamos terminar con un poco más de limón por encima.