El pueblo de Asturias donde elaboran un queso único en riesgo de desaparición

El pueblo de Asturias donde elaboran un queso único en riesgo de desaparición

Actualidad gastronómica

El pueblo de Asturias donde elaboran un queso único en riesgo de desaparecer

Cangas del Narcea es uno de los 32 municipios que se han adherido a la primera Red de Pueblos Gastronómicos de España.

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En un rincón del suroccidente asturiano, rodeado por montañas que rozan el cielo y valles que atesoran siglos de historia, se encuentra Cangas del Narcea, un pueblo que no solo conserva su identidad con celo, sino que ahora forma parte de una élite muy especial: la primera Red de Pueblos Gastronómicos de España. Esta distinción no es gratuita. Se debe, entre otros motivos, a su rica y peculiar tradición culinaria, tejida con paciencia, ingredientes nobles y una cultura que huele a roble, pan de leña y queso casi extinto.

Un queso que susurra al oído de la historia

En la pequeña pedanía de Genestoso (Xinestosu, en asturiano), se elabora uno de los secretos mejor guardados de la gastronomía asturiana: el queso de Xinestosu. Su forma lo delata. Lo moldea un antiguo cestillo de esparto que deja su impronta en la corteza y lo aprieta por la mitad como si el propio tiempo lo hubiera marcado con sus dedos.

Su producción es mínima, casi clandestina, circunscrita al ámbito familiar. Y sin embargo, quienes lo prueban lo describen como una joya láctea, con una textura y un sabor que no se dejan comparar. Es un queso en peligro de desaparición, pero también una bandera que ahora ondea más alto gracias a esta nueva red que busca conservar precisamente este tipo de tesoros.

Queso Genestoso, elaborado en Cangas del Narcea.

Queso Genestoso, elaborado en Cangas del Narcea.

Cangas: donde el frío amasa el sabor

No es casual que Cangas del Narcea haya sido uno de los ocho primeros municipios en ingresar a la Red de Pueblos Gastronómicos. Aquí, la cocina no solo alimenta, también abriga. En un territorio donde el clima puede ser tan duro como el terreno, el arte culinario ha aprendido a hablar desde la sencillez y la contundencia. Basta con asomarse a una cocina canguesa para encontrar un caldo de berzas burbujeando a fuego lento, impregnando el aire con aromas de chorizo, jamón y morcilla. Es un plato que resume la historia del pueblo: fuerte, generoso y sin prisas.

Las tradiciones cárnicas también laten con fuerza aquí. El butiello, elaborado con huesos de costilla y adobado antes de ser ahumado, y el chosco, que combina lengua y lomo en un marinado de ajo y pimentón, son embutidos que hablan de un pasado de autosuficiencia y de un presente que sabe reinventarse sin perder raíces.

Viñedos en Cangas del Narcea, la única IGP en toda Asturias.

Viñedos en Cangas del Narcea, la única IGP en toda Asturias.

Y para maridar estas exquisiteces, nada como un Vino de Calidad de Cangas, el único con IGP en toda Asturias. Ligero, aromático y con una historia vinícola que remonta al siglo XII, aún se bebe en algunas casas del pueblo en cuencos de madera –los cachos–, como dictan las viejas costumbres. Pocas experiencias enogastronómicas hay tan auténticas como esa.

La naturaleza no solo adorna este territorio, también lo alimenta. Castañas, arándanos, moras y nueces brotan de los bosques para integrarse en postres como el frixuelo en espiral, el requesón con miel o un arroz con leche que parece susurrar las canciones de las abuelas. Cada estación ofrece una nueva paleta de sabores que la gastronomía local sabe aprovechar con maestría.

Un modelo de turismo con alma

La inclusión de Cangas del Narcea en esta Red de Pueblos Gastronómicos no es solo un reconocimiento; es también un compromiso con el turismo sostenible, el desarrollo rural y la valorización del patrimonio culinario. La iniciativa busca desestacionalizar el turismo y ofrecer rutas que conecten municipios a través del paladar, como las futuras GastroRutas, experiencias que prometen redescubrir el mapa de España desde la mesa y el fogón.