Manifestación en apoyo a la Ley de Eutanasia en Madrid.

Manifestación en apoyo a la Ley de Eutanasia en Madrid. EFE /Javier Lizon

Salud

España, el país donde menos predomina el cáncer entre las solicitudes de eutanasia: "Es sorprendente"

Las enfermedades neurológicas suponen en torno al 10% de las solicitudes en las zonas donde está legalizada, mientras que en nuestro país ascienden al 35%.

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Las claves

En España, el 66% de las solicitudes de eutanasia corresponden a personas con enfermedades neurológicas, a diferencia de otros países donde predomina el cáncer.

El proceso de tramitación de la eutanasia en España es más largo que en otros países, lo que puede hacer que pacientes oncológicos fallezcan antes de completar la solicitud.

La legislación española permite la eutanasia no solo para enfermos terminales, lo que favorece solicitudes de personas con enfermedades neurodegenerativas.

Expertos atribuyen este fenómeno a factores como las características de la ley, la atención oncológica y la falta de opciones terapéuticas en enfermedades neurológicas.

El 66% de las personas que han solicitado la eutanasia en España padecían una enfermedad neurológica; en concreto, han sido 511 solicitantes. El dato contrasta con los que se registran en el resto del mundo.

Con la entrada en vigor de la Ley Orgánica de Regulación de la Eutanasia (LORE) en 2021, España se convirtió en el quinto país con una regulación de este tipo a nivel nacional. También hay otros territorios en los que se ha legalizado esta práctica.

El primero en hacerlo en Estados Unidos fue Oregón, donde existe, desde 1994, el derecho a un suicidio asistido. En 2008 se sumó Washington. Tanto en uno como en el otro predominan las enfermedades oncológicas frente a las neurológicas.

Según un estudio en el que se analizaron los casos desde la aprobación de ambas leyes hasta 2017, el 76,4% de las personas que lograron ayuda para morir en los dos estados tenía un diagnóstico de cáncer. Las enfermedades neurológicas representaron sólo el 10,2%.

Esta diferencia porcentual también se da en Países Bajos, el primer país del mundo en legalizar la eutanasia. En 2024, el 62,2% de las prestaciones realizadas fueron por enfermedades oncológicas, seguidas de lejos por las neurológicas, con un 7,9%.

En Canadá, el cáncer fue la patología más común entre aquellas personas cuya muerte era "razonablemente previsible". En el grupo en el que no se consideraba así, las afecciones neurológicas sí fueron las más frecuentes; aunque representaron un 4,4% del total.

Anticiparse por el retraso

Pese a que las enfermedades neurológicas siguen estando a la cabeza, la diferencia era mayor al comienzo. En 2021, de hecho, fueron casi el doble que las oncológicas.

Tanto el predominio de aquel año como el del siguiente bien pueden deberse a que eran personas que estaban esperando que se aprobara la ley, como valora el vicepresidente federal de Derecho a Morir Dignamente (DMD), Fernando Marín.

Además, el movimiento asociativo a favor del derecho a decidir el final de la vida era mayor en el caso de las enfermedades neurodegenerativas. En 2024, "este efecto debería haber desaparecido".

No parece que vaya a ser así, según los datos que manejan en la asociación y que el Ministerio de Sanidad dará a conocer en los próximos días.

Es cierto que ya en 2023 se equiparó la distancia que se había registrado previamente. De las 766 solicitudes presentadas, en 271 las enfermedades de base fueron las neurológicas, sólo cinco menos que las oncológicas.

Al neurólogo del Hospital Universitario de Burgos José María Trejo le pareció que esta 'anomalía española' desaparecería con el tiempo. Pero al comprobar que se ha mantenido, decidió elaborar un artículo publicado en la revista oficial de la Sociedad Española de Neurología (SEN).

En él, atribuye la diferencia tanto a las propias características de la ley española, que no sólo se dirige a enfermos terminales, y a la duración del proceso, lo que hace que sea más probable que los pacientes con cánceres terminales fallezcan antes de que la solicitud se lleve a término.

Marín coincide en este último motivo: "Se debe fundamentalmente a los plazos. Si el paciente sabe que va a tardar, tiene que solicitarlo un par de meses antes. Pero hay veces en las que no quiere anticiparse ese tiempo".

En España, una cuarta parte de los solicitantes fallece durante la tramitación de la prestación de ayuda para morir. La causa más frecuente en 2023 fue la enfermedad de origen oncológico, con un 83%, frente al 19% de la neurológica.

De media, la resolución tarda 49 días; es decir, siete semanas. "En Bélgica, Canadá o Países Bajos se puede resolver todo en solo una". Los procedimientos no son del todo comparables.

En estas regiones no existe un control previo por parte de la Comisión de Garantía y Evaluación, como sucede en nuestro país. Aun así, para Marín es "sorprendente y requiere una explicación" teniendo en cuenta el número de diagnósticos en ambos casos.

Otro de los posibles motivos es la asistencia oncológica que reciben los pacientes en España en comparación con la de otros países. "En EEUU puede que el seguro cubra sólo una parte de la quimioterapia", comenta Trejo en declaraciones a EL ESPAÑOL.

En las neurológicas, además, existen "menos opciones terapéuticas", por lo que "la persona tiene menos la sensación de que puede luchar contra la enfermedad". También influye que su implementación práctica se ha visto más apoyada por especialistas que ven a estos pacientes.

Una buena muestra de ello es que en 2023 Neurología fue la segunda especialidad que tuvo más médicos consultores (aquellos que remiten un informe al médico responsable sobre el cumplimiento de los requisitos), con 143, sólo superada por Geriatría (174).

Cambiará con la rutina

Como se destaca en el último informe del Ministerio de Sanidad, existe una notable diferencia en la implementación de las comunidades con una distribución muy desigual, lo que "dificulta la posibilidad de establecer conclusiones homogéneas de ámbito estatal".

Los expertos consultados para este reportaje tampoco desean hacer conjeturas acerca de por qué hay algunas como, por ejemplo, Cantabria en las que sí que ha existido un predominio de las enfermedades oncológicas desde la entrada en vigor de la ley.

No obstante, Marín entiende que aunque "los datos son escasos y, en ocasiones, incorrectos", no explica la particularidad que se está dando en España por el momento; y es que cree que se producirá un cambio en el futuro.

"Probablemente sean un 60% de cáncer; un 30% de enfermedades neurológicas; y el porcentaje restante de pluripatología". Para ello, será necesario que "la práctica de la eutanasia se incorpore en la rutina del ámbito clínico".

Trejo, por su parte, considera que el hecho de que las enfermedades neurológicas sean las que con mayor frecuencia soliciten la eutanasia en España es un dato inquietante que merece nuestra reflexión.