La salud ocular se relaciona con la salud cardiovascular

La salud ocular se relaciona con la salud cardiovascular

Salud

El indicio que se esconde en los ojos y alerta de que envejeces demasiado deprisa: el aviso de los científicos

Un nuevo estudio confirma la relación entre los ojos y el estado general de salud, lo que puede ayudar detectar precozmente enfermedades cardiovasculares y metabólicas.

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Las claves

Investigadores canadienses descubren que los vasos sanguíneos de la retina pueden predecir enfermedades graves y el ritmo del envejecimiento.

Una simple exploración ocular podría detectar temprano patologías como infartos, ictus o demencia, ofreciendo una ventana no invasiva al estado cardiovascular.

El estudio identificó proteínas relacionadas con la inflamación y el envejecimiento vascular, abriendo potencial para nuevos tratamientos.

La Sociedad Española de Cardiología subraya la importancia de incluir exámenes de retina en revisiones médicas para identificar riesgos cardiovasculares.

Mirar a los ojos es tomado como un gesto de confianza o de amor. Pero también podría convertirse en una herramienta para cuidar el corazón. Investigadores canadienses han descubierto que los diminutos vasos sanguíneos de la retina pueden anticipar enfermedades graves. Su estudio, publicado en Science Advances, confirma que estos vasos reflejan el estado del sistema vascular y el ritmo del envejecimiento del cuerpo.

El hallazgo sugiere que una simple exploración ocular podría, en el futuro, detectar de forma temprana patologías como el infarto, el ictus o la demencia. Un escáner rápido y sin agujas que ofrecería una ventana directa y no invasiva al estado de la salud cardiovascular.

“Al conectar los escáneres de retina, la genética y los biomarcadores sanguíneos, hemos descubierto vías moleculares que ayudan a explicar cómo el envejecimiento afecta al sistema vascular”, explica la Dra. Marie Pigeyre, autora principal del estudio.

Para la investigadora, el ojo funciona como un espejo interno. “Proporciona una visión única y no invasiva del sistema circulatorio, y los cambios que observamos en sus vasos reflejan los que ocurren en los vasos pequeños del cuerpo”.

El equipo de McMaster y del Instituto de Investigación de Salud Poblacional (PHRI) analizó imágenes de retina, datos genéticos y muestras de sangre de más de 74.000 personas. Los investigadores hallaron que las personas con vasos más simples y menos ramificados tenían más riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares y signos de envejecimiento biológico acelerado.

Estas señales se acompañaban de una mayor inflamación y una esperanza de vida más corta. La conclusión fue contundente: los ojos pueden revelar el estado de los vasos sanguíneos del cuerpo entero y anticipar el deterioro vascular antes de que aparezcan los primeros síntomas.

Actualmente, diagnosticar enfermedades relacionadas con la edad requiere múltiples pruebas médicas. Sin embargo, los científicos creen que en un futuro próximo bastará con una exploración ocular para estimar el riesgo cardiovascular. Aunque esta tecnología se encuentra todavía en fase de investigación, su potencial para transformar la prevención es enorme.

Además, al analizar los biomarcadores sanguíneos y los datos genéticos, el equipo identificó dos proteínas —la MMP12 y el receptor IIb de IgG-Fc— relacionadas con la inflamación crónica y el envejecimiento de los vasos. Según Pigeyre, estas moléculas podrían convertirse en objetivos clave para nuevos tratamientos capaces de frenar el deterioro vascular y mejorar la esperanza de vida.

Cuando el ojo avisa al corazón

La conexión entre la retina y el sistema cardiovascular ha despertado gran interés entre los especialistas. En España, instituciones como la Fundación Española del Corazón y la Sociedad Española de Cardiología señalan que el ojo es el único lugar del cuerpo donde los médicos pueden observar los vasos sanguíneos en funcionamiento sin recurrir a técnicas invasivas.

La hipertensión, el colesterol alto o la diabetes dejan huellas visibles en los vasos de la retina, que se convierten en testigos silenciosos del deterioro vascular. Gracias a la tomografía de coherencia óptica, estas alteraciones pueden detectarse incluso antes de que aparezcan los síntomas cardiovasculares.

Un artículo publicado en la Revista Española de Cardiología ha subrayado que la prevención sigue siendo una asignatura pendiente en la población y que incorporar el examen de retina a las revisiones médicas podría ayudar a identificar el riesgo cardiovascular en fases tempranas. Cuanto antes se detecten los signos del daño, mayores serán las posibilidades de intervenir con éxito.

La Sociedad Española de Cardiología también ha destacado que existe una relación directa entre el daño en la retina y la gravedad de las enfermedades coronarias. Cuanto más afectada está la retina, mayor es la probabilidad de que el corazón también sufra. Por ello, los expertos defienden incluir el fondo de ojo como herramienta de cribado en pacientes con factores de riesgo.

Mientras la investigación avanza en el desarrollo de nuevos tratamientos dirigidos a las proteínas implicadas en el envejecimiento vascular, los especialistas recuerdan que la prevención sigue siendo el mejor tratamiento. Controlar la presión arterial, mantener una dieta equilibrada, hacer ejercicio y evitar el tabaco siguen siendo los pilares más sólidos para proteger tanto el corazón como los ojos.