Marcelo Budke, neurocirujano del Hospital Ruber Internacional.

Marcelo Budke, neurocirujano del Hospital Ruber Internacional. QuirónSalud

Salud

Así es la nueva técnica de neurocirugía para operar tumores cerebrales: más segura, menos invasiva y sin cicatriz

Esta intervención quirúrgica no requiere abrir el cráneo y destruye el únicamente tejido enfermo de forma totalmente controlada.

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Los avances en cirugía se centran, desde hace años, en dos cosas: ser lo menos invasivos posible y que el paciente se marche a casa cuanto antes. Gracias a esa máxima, hay operaciones que no dejan más que una cicatriz de unos pocos centímetros y personas que al día siguiente están fuera del hospital.

La neurocirugía también es testigo de estos avances. Uno de ellos es la ablación láser, un procedimiento innovador que no requiere abrir el cráneo y destruye únicamente el tejido enfermo. Para preservar las áreas funcionales del cerebro, se realiza una monitorización en tiempo real con resonancia magnética.

Esta técnica mínimamente invasiva permite introducir una fibra láser, de apenas un milímetro, en el interior del cerebro para destruir el tejido enfermo de forma totalmente controlada, explica Marcelo Budke, neurocirujano del Hospital Ruber Internacional en Madrid.

Gracias a este avance, no es necesario realizar una craneotomía (apertura del cráneo). Asimismo, el experto resalta que permite una recuperación muy rápida: "Los pacientes pueden recibir el alta pasadas 24 horas e incorporarse a sus actividades habituales en una semana".

Una cirugía convencional en este ámbito suele necesitar un mes de recuperación. Además, esta opción reduce el riesgo de complicaciones postoperatorias como infecciones, hemorragias o infartos cerebrales.

Para introducir la fibra láser, el cirujano realiza una incisión en el cuero cabelludo de apenas 3 milímetros y "sin cortar el pelo". Una vez realizado el pequeño agujero en el cráneo, el equipo emplea un robot neuroquirúrgico para poder posicionar la fibra en la localización planificada "con una precisión milimétrica", describe Budke.

Más tarde, una vez conseguido esto, con el paciente dentro del aparato de resonancia magnética, visualizan en tiempo real cómo se va destruyendo el tejido enfermo.

La ablación no está exenta de riesgos. El mayor peligro es que se rompen pequeños vasos durante el paso de la fibra láser por el cerebro. Aquí, tanto el robot como la prueba de imagen son de gran utilidad para reducir al mínimo esas posibilidades.

Esta técnica no pretende sustituir en ningún caso a la cirugía convencional, pero puede ser una buena opción en determinados casos. Las principales patologías en las que se puede emplear son los tumores cerebrales, las metástasis cerebrales y la radionecrosis (muerte del tejido sano por la radioterapia).

La ablación láser también se utiliza para tratar otros problemas como angiomas, esclerosis tuberosa, displasias corticales y epilepsia del lóbulo temporal, cuenta el neurocirujano del Hospital Ruber Internacional en conversación con este periódico.

Asimismo, puede ser una técnica adecuada para quienes no pueden someterse a una craneotomía por motivos médicos o para aquellos que prefieren una opción menos agresiva. "Cada paciente es único, y el objetivo es ofrecer la técnica más segura y efectiva para su caso particular", destaca Budke.

Solo el principio

Esta técnica quirúrgica se está aplicando cada vez más en centros de referencia a nivel mundial. En España, además del Hospital Ruber Internacional en Madrid, también ofrecen esta opción algunos centros en Barcelona.

La ablación láser es en una de las herramientas más prometedoras de la neurocirugía contemporánea, sostienen desde Quirónsalud. La empresa sanitaria defiende que abra la puerta a realizar intervenciones "más seguras, menos invasivas y con mejores resultados en calidad de vida para los pacientes".

Budke, por su parte, cree que esto solo es el principio y que la revolución tecnológica dentro de la disciplina de la neurocirugía "será abismal en los próximos años". El especialista está seguro de que estos avances permitirán realizar cada vez más técnicas mínimamente invasivas. 

"Estimamos que en dos años, vamos a disponer de nuevas fibras de láser que nos permitirán tratar todo tipo de tumores, independientemente de su tamaño y localización", expone.

Una de las principales limitaciones de esta intervención es el tamaño de la lesión. Esta técnica está recomendada para tumores que no superen los tres centímetros de diámetro, aunque en algunos casos se puede utilizar más de una fibra para abarcar toda la lesión.

La opinión de los pacientes es muy importante cuando se habla de técnicas innovadoras o novedosas y parece que la ablación láser está logrando una buena acogida. Budke informa de que la opinión de los pacientes "es  muy favorable" en la mayoría de los estudios publicados hasta la fecha en revistas científicas de neurocirugía.

El especialista habla también desde su propia experiencia. Él y su equipo han tratado a 45 pacientes con esta intervención y lo que más valoran es la rápida recuperación, la ausencia de dolor y que no deja cicatriz, por lo que no se sabe que el paciente se ha operado.