John Scharffenberg, médico de 102 años.

John Scharffenberg, médico de 102 años. Redes Sociales

Salud

Scharffenberg, experto en longevidad con 102 años de edad: "Comer patatas en España es como tomar helado"

El índice glucémico de las patatas puede variar, según los estudios, por los alimentos con que las acompañemos o con la manera en la que las cocinemos.

Más información: El polémico estudio que indulta a las patatas: no serían 'peores' que el resto de hortalizas

J. Rodríguez
Publicada

Las patatas son un alimento habitual en la dieta de los hogares españoles. Aunque se suele creer que, siempre que no estén fritas —sino cocinadas al horno o hervidas—, son una opción saludable, investigaciones recientes arrojan resultados que contradicen esta percepción.

Este popular tubérculo ha sido eliminado del grupo de las hortalizas, donde solía estar clasificado. Una de las primeras entidades en advertir sobre los posibles riesgos de su consumo fue la reconocida Universidad de Harvard.

"Recuerde que las patatas no cuentan como una verdura en El Plato para Comer Saludable por su efecto negativo en el azúcar en sangre", ha explicado esta universidad en su página web múltiples veces.

El Plato para Comer Saludable del que hablan es un esquema que diseñó este organismo para sustituir a la clásica pirámide de los alimentos. En él sugiere cómo deberían estar distribuidas todas nuestras comidas.

El 25% de cada plato debería estar formado por proteínas saludables, otro 25% por los cereales integrales y el 50% restante, por frutas y verduras. En este último grupo es donde debemos evitar poner patatas.

Sin embargo, las alertas contra las patatas continúan y uno de los últimos expertos que ha advertido sobre ellas es el médico centenario John Scharffenberg, que vive en la zona azul de Loma Linda, en Estados Unidos.

"No sé si me gustan más las patatas o el arroz. Durante muchos años fue el arroz, pero he cambiado de idea. Ahora pienso que mis favoritas son las patatas, pero hay algunos problemas con ellas", explica en un vídeo de YouTube.

Loma Linda es una comunidad de cristianos adventistas en el estado de California en la que la expectativa de vida es hasta 10 años mayor a la de Estados Unidos en su conjunto. Y eso se debe a sus buenos hábitos de vida.

Uno de los pilares de la fe de los adventistas son los hábitos de vida saludable y promueven un estilo de vida activo y una dieta saludable, que recomiendan que sea vegetariana. De hecho, este médico de 102 años es vegetariano.

El problema de las patatas

Por desgracia, estas patatas, que tanto le gustan, "tienen un índice glucémico muy alto". Lo que significa que, después de comerlas, los niveles de glucosa en nuestra sangre ascienden rápidamente. Esto se relaciona con más riesgo de enfermedades.

Es más, Scharffenberg llega a decir que las patatas "son como el helado". Es decir, que su efecto en la sangre puede llegar a ser similar al que produce este postre procesado que está cargado de azúcares libres.

"Tengo una amiga que es dietista y ya no toma patatas por esta razón", añade. Pero ¡ojo! porque Scharffenberg admite que, sobre si las patatas son buenas o malas para la salud, todavía quedan muchos estudios que realizar.

"Sí, tienen un índice glucémico alto, pero también varía dependiendo de con qué las acompañes en la comida y cómo las prepares", sostiene. "Cada vez que se hace un estudio sobre patatas vemos resultados diferentes".

Por esta razón, él sigue tomando patatas. Porque piensa que todavía faltan datos que nos lleven a tomar una decisión definitiva sobre estos tubérculos que ama. Pero, ¿a qué se refiere este experto?

Es probable que si acompañamos las patatas con alimentos ricos en fibra, como las verduras o las legumbres, su índice glucémico se vea reducido. Esa fibra ayudaría a que los azúcares de las patatas tarden más en ser absorbidos.

De la misma manera, algunas elaboraciones de patatas pueden tener índices glucémicos superiores a otras. Es lo que pasa con el puré de patata que muchas veces ponemos de guarnición con algunas carnes.

Al cocer las patatas y luego machacarlas, descomponemos la estructura de la patata de tal manera que los azúcares se liberan y al llegar al sistema digestivo resultan excesivamente fáciles de absorber.