El actor Jesús Lozano en la interpretación de 'Alfonso X, la Última Cantiga' (Redescena)

El actor Jesús Lozano en la interpretación de 'Alfonso X, la Última Cantiga' (Redescena)

Salud

Así fue el paro cardíaco que sufrió el actor Jesús Lozano en plena obra: sólo se salvan un 5% de afectados en España

La disponibilidad de desfibriladores externos automáticos (DEA) y la realización de la resucitación cardiopulmonar son clave para la supervivencia.

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P. Fava
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"Si esto le hubiera ocurrido en casa, probablemente hoy no lo estaríamos contando". Con esta escalofriante precisión resumían los servicios sanitarios el accidente cardiovascular que sufrió el actor Jesús Lozano en la noche del viernes 1 de agosto mientras representaba Alfonso X, la última cantiga en el recinto Conventual de San Benito, en el marco del XXXIX Festival de Teatro Clásico de Alcántara.

El intérprete extremeño de 55 años sufrió una parada cardiorrespiratoria que fue rápidamente atendida mediante el uso de un desfibrilador, tal y como describe Inma Cedeño, actriz, vestuarista y productora teatral que compartía escenario con Lozano en ese momento. "No fue un desvanecimiento. No fue un infarto. Su corazón se detuvo", describía.

En palabras de Cedeño, Lozano se salvó "porque estábamos en un lugar preparado, con desfibrilador y con personas capaces de actuar con rapidez y sin dudar". La estadística refrenda esta valoración: Cada año se producen más de 30.000 paros cardíacos en España fuera del hospital. Casi el 20% suceden en calles o lugares públicos y en torno al 64% en los hogares.

La falta de disponibilidad pública de desfibriladores, no obstante, lleva a que en nuestro país se consiga salvar únicamente al 5%, es decir, a unas 1.500 personas. Ahora bien, estos datos, que proceden del Registro Español de Parada Cardíaca Extrahospitalaria (OHSCAR, por sus siglas en inglés).

"Entre el 80% y el 85% de las paradas cardíacas se deben a una taquicardia ventricular monomorfa sostenida o una fibrilación ventricular. Si este es el caso,cada minuto que pasa pierdes un 10% de probabilidades de sobrevivir", explicaba a EL ESPAÑOL Ignacio Fernández Lozano, presidente de la Sociedad Española del Corazón (SEC).

Es importante diferencia este accidente cardiovascular del infarto, que ocurre cuando una arteria que suministra sangre al corazón se bloquea bien por un tapón de grasa o bien por un coágulo, impidiendo que llegue oxígeno a una parte del músculo cardíaco. En el paro cardíaco, el corazón deja de latir repentinamente debido a un fallo en su sistema eléctrico, deteniendo por completo el bombeo de sangre al cuerpo y al cerebro.

"En ocho minutos puedes estar muerto si no se produce la reanimación cardiopulmonar. La UVI móvil del SAMUR puede tardar unos minutos en una calle, pero el SUMMA tarda un poco más en un domicilio y si te pasa en Cercedilla, ni te cuento", proseguía el especialista.

La disponibilidad de desfibriladores externos automáticos (DEA) en lugares públicos ha llevado en algunos países a aumentar la supervivencia a los paros cardíacos hasta el 30%. Sin embargo, Fernández Lozano denuncia que España tiene instalados "10 veces menos que Francia y 20 veces menos que Holanda" de estos dispositivos.

"En Madrid, por ejemplo, es obligatorio en hoteles con más de 100 habitaciones, en espacios deportivos, estaciones muy concurridas… Pero hay que sacarlos a las plazas, a las cabinas telefónicas. Muchas veces ocurre una parada cardíaca en la calle y no sabes que en un hotel hay un DEA", lamentaba.

Por otra parte, ante un paro cardíaco, es fundamental realizar sin demora las maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP), y para ello es crítico que la población esté formada en su correcta realización. "En otros países el porcentaje de personas que saben hacer RCP llega al 60% y aquí está en el 3%. Y esos son quienes dicen que saben, pero hazles un examen y verás", apuntaba Fernández Lozano.

"En Holanda tienen un plan nacional de parada cardíaca con 700.000 voluntarios, aplicaciones, formación… y ahora tienen ese 30% de supervivencia a las paradas cardíacas fuera del hospital. Otros países como Dinamarca, Suecia, Francia o Alemania se están poniendo las pilas pero en España vamos muy lentos", lamenta el presidente de la SEC.

Alcanzar el umbral del 30% de supervivencia al paro cardíaco implicaría salvar cada año a 6.000 personas más en España. "¿Sabes lo que es eso? Ni prohibiendo los coches, ni poniendo estatinas en el agua conseguiríamos salvar a tantas personas. Sólo poniendo a régimen a toda la población podríamos alcanzar cifras similares", concluía el cardiólogo.