Resonancia magnética.
Un hombre muere arrastrado por una máquina de resonancia magnética: "Pueden lanzar por los aires una silla de ruedas"
El magnetismo del aparato en funcionamiento es capaz de atraer con fuerza grandes objetos como sillas de ruedas o camas de hospital.
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Un hombre de 61 años ha fallecido tras entrar en la habitación en la que se estaba realizando una resonancia magnética mientras llevaba al cuello una cadena de metal de nueve kilos usada en entrenamientos de fuerza. La víctima, Keith McAllister, fue arrastrada por la fuerza del campo magnético generado por la máquina de resonancia magnética (MRI) en funcionamiento en la clínica de Nassau Open MRI en Nueva York.
McAllister había acompañado a su esposa, que se estaba sometiendo a una resonancia magnética en la rodilla, y fue ella quien le solicitó que entrase en la sala a acompañarla. Según ha declarado, el técnico a cargo del aparato permitió que su marido entrase, pero no era consciente de que llevaba la cadena. El hombre fue arrastrado violentamente contra la máquina y no pudo ser liberado hasta que su funcionamiento se interrumpió por completo.
Aunque McAllister sobrevivió al impacto, sufrió varios ataques al corazón y terminó falleciendo en el hospital. Una MRI utiliza imanes superconductores extremadamente potentes para escanear el cuerpo humano y generar imágenes del tejido blando que permiten a los médicos localizar anormalidades o lesiones internas.
Los campos magnéticos que las rodean son "hasta 21.000 veces más intensos que el de la Tierra", según la Universidad de California. "Este campo magnético se extiende más allá de la máquina y somete a los objetos de hierro, a algunos aceros y a otros objetos magnetizado a fuerzas muy poderosas. Es lo bastante intenso como para lanzar por los aires a una silla de ruedas de un lado a otro de la habitación".
Este tipo de dispositivos puede atraer cualquier objeto metálico ferromagnético, y existe un protocolo estricto para evitar que se introduzcan en la sala cuando la máquina está en marcha. No es el primer caso de accidente grave: en 2001, un niño de seis años murió en Nueva York golpeado por un cilindro de metal que contenía gas arrastrado por una MRI, y en 2023 una enfermera sufrió graves heridas en California tras ser atrapada entre la MRI y una cama de hospital arrastrada.
Precauciones antes de hacer una resonancia
En España, las recomendaciones antes de someterse a una resonancia magnética incluyen retirar todos los objetos metálicos personales. Se deben quitar joyas, relojes, gafas, piercings, broches, sujetadores con aros, cinturones, llaves, monedas, tarjetas, dentaduras postizas, audífonos, horquillas y cualquier accesorio con metal antes de ingresar a la sala de resonancia.
Se insta a no llevar ropa con cremalleras, botones metálicos, o hilos conductores. Generalmente, la resonancia se realiza con una bata hospitalaria. También se aconseja no llevar maquillaje ni cosméticos metálicos. "Algunos maquillajes, delineadores y esmaltes de uñas pueden contener partículas de metal que interfieren con el estudio o causan irritaciones y quemaduras", precisan los especialistas.
Es fundamental comunicar a los técnicos si se porta un marcapasos, prótesis, clips vasculares, implantes cocleares, desfibriladores, bombas de insulina, fragmentos metálicos -como restos de balas o esquirlas de metal- o cualquier otro dispositivo. "Muchos de estos dispositivos pueden resultar peligrosos con la resonancia o distorsionar la calidad de la imagen", advierten.
Finalmente, dado que el espacio en el que es introducido el paciente es especialmente estrecho, los protocolos advierten a las personas que tienden a sufrir claustrofobia que la experiencia puede resultar angustiosa. En esas circunstancias, se invita a advertir al técnico para interrumpir la prueba en lugar de tratar de salir por propia iniciativa, lo que puede derivar en lesiones.