Neuronavegación: operar el cerebro como si viajases con GPS
El neuronavegador permite a los cirujanos del Grupo Policlínica en Ibiza llegar al punto exacto del cerebro o la columna sin margen de error.
Durante veinticinco años, el equipo de neurocirujanos del grupo hospitalario Policlínica en Ibiza ha librado una batalla contra el tiempo. En este tiempo, el servicio de urgencias neuroquirúrgicas ha realizado más de 6.000 intervenciones críticas donde cada segundo era crucial.
El éxito de estas intervenciones se debe a las manos de sus cirujanos pero también a que, cada curso, la unidad se ha ido equipando con la última tecnología médica. Un microscopio quirúrgico avanzado con realidad aumentada y fluorescencia, la endoscopia biportal, el quirófano inteligente…
Pero, entre todos ellos, quizá el más destacado sea el neuronavegador -tanto para cráneo como para columna- que este año cumple su décimo aniversario, y que ayudó a reforzar la apuesta por la innovación médica del grupo hospitalario.
Un GPS quirúrgico
Esta tecnología ha facilitado durante la última década la difícil tarea de los neurocirujanos. Se trata de un sistema que permite al cirujano operar el cerebro como quien viaja con GPS: sabiendo en todo momento en qué punto exacto se encuentra, qué tejido pisa, qué trayectorias evitar y cómo alcanzar su destino con la máxima precisión y el mínimo daño.
“Imagínate que vas a operar en una zona del cerebro donde el margen de error es de milímetros. Si te desvías, puedes dejar a una persona sin habla, sin movilidad o sin vida”, explica el doctor Pedro Llinás Amengual, jefe de Servicio de Neurocirugía del Grupo Policlínica Ibiza, con la serenidad de quien ha estado ahí cientos de veces.
“La neuronavegación nos permite planificar la cirugía con imágenes reales del paciente. Es un GPS quirúrgico. Sabemos con precisión a qué profundidad hay que llegar, qué estructuras hay que esquivar, por dónde es más seguro entrar”, continúa el especialista.
La tecnología funciona integrando imágenes del TAC o la resonancia magnética en un sistema de navegación tridimensional que, durante la operación, guía al neurocirujano como si fuese una ruta en Google Maps. La diferencia es que aquí no hay margen para la improvisación: el destino es la vida.
Esta innovación, implantada en el Hospital de la Policlínica Nuestra Señora del Rosario en el año 2015, forma parte del esfuerzo del Grupo Policlínica por mantener en Ibiza una unidad de neurocirugía de urgencia con estándares propios de los grandes hospitales nacionales. Una apuesta que ha tenido resultados indiscutibles, sobre todo humanos. Porque son muchas las localidades abocadas a los traslados para operaciones complicadas, algo que Policlínica ha evitado hasta la fecha.
“El problema es que hablamos de una especialidad que no puede esperar”, subraya Llinás. “Una hemorragia cerebral no te da margen de tiempo para organizar una derivación. A veces no te da ni una hora. Si no operas en ese momento, el paciente muere o queda con secuelas irreversibles”, añade.
El lugar de Pedro Llinás está en la sala de operaciones, donde las palabras sobran. En el quirófano, su mundo se reduce a una pantalla, una imagen cerebral en 3D y unas pinzas que avanzan como un submarino en aguas desconocidas. La neuronavegación ha permitido afinar lo que ya hacía de forma magistral: llegar antes, dañar menos, operar mejor.
El salto tecnológico no ha sido menor. Donde antes se hacía una craneotomía amplia para asegurarse el campo quirúrgico, ahora basta una incisión mucho más pequeña. Donde antes se exploraba con riesgo, ahora se accede con certeza. Y sobre todo, se gana tiempo. Un tiempo que en neurocirugía equivale a función neurológica. A vidas con futuro.
“Lo que queremos es mantener la capacidad de intervenir aquí, con la tecnología más avanzada. Ibiza merece eso”, afirma Llinás. No lo dice como exigencia, sino como convicción médica: “Hemos llegado a un nivel que no podemos perder”.
Una sanidad que no se ve, pero se siente
El caso de la neuronavegación es el ejemplo más reciente de cómo la innovación médica no solo mejora resultados, sino que transforma por completo la manera de abordar una urgencia. Pero no es solo cuestión de tecnología. Hay un equipo detrás. Un compromiso. Una manera de estar siempre listos.
Sólo en los últimos cinco años, la unidad ha ido creciendo en actividad, incluso durante los años más duros de la pandemia. Mientras otros servicios se paralizaban, aquí se reordenaban y mejoraban las estadísticas precedentes. En total, se han realizado miles de intervenciones, con ratios de complicaciones quirúrgicas mínimas y un índice de satisfacción del paciente que se sostiene por sí solo.
Más de 300 cirugías y 3500 visitas médicas anuales en consultas externas avalan el éxito de la unidad de neurocirugía. “A diferencia de los centros públicos donde el paciente no puede elegir especialista, nuestras consultas están permanentemente llenas de pacientes que solicitan libremente el acudir a nosotros. Si nuestro trabajo no fuera óptimo, no alcanzaríamos estos números dada la población existente en la isla de Ibiza”, explica el jefe de la Unidad de Neurocirugía.
El esfuerzo y dedicación diaria de todos los profesionales de Policlínica del Rosario hacen posible tener un servicio de excelencia en Ibiza. Porque siempre han creído en lo que hacían y, sobre todo, porque han visto cómo las quimeras médicas de ayer eran la realidad de Ibiza hoy.