El endocrino Francisco Rosero.

El endocrino Francisco Rosero.

Salud

Francisco Rosero, endocrino: "Come mandarina dos veces por semana. Es esencial para que no te salgan arrugas"

Aunque es conocida por su contenido en vitamina C y su efecto en el sistema inmunológico, esta fruta ofrece muchos otros beneficios menos conocidos.

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Aunque es una fruta fácil de pelar, dulce y saludable, cada vez comemos menos mandarinas en España. En el último año, el consumo por persona ha caído en unos 700 gramos, situándose en solo 5,1 kilos por habitante, según datos del Ministerio de Agricultura. Una cifra que confirma una tendencia preocupante: los cítricos van perdiendo espacio en nuestros hábitos alimenticios, a pesar de sus beneficios para la salud.

En ese contexto, el endocrino Francisco Rosero lanza un mensaje claro en un vídeo que se ha hecho viral en el que explica que la mandarina no solo es un tentempié, sino casi una medicina natural. Y deberíamos tomarla, al menos, “dos veces por semana”.

Una de las razones es su alto contenido en vitamina C. Hasta aquí, algo que todos sabíamos. Pero Rosero recuerda un dato que muchas personas desconocen: la vitamina C no solo refuerza el sistema inmunológico, sino que también es esencial para la producción de colágeno. “Sí, para que no te salgan tantas arruguitas”, comenta con humor.

Además, las mandarinas contienen flavonoides, unos antioxidantes naturales que, según explica el endocrino, ayudan a combatir la inflamación crónica que arrastramos a diario por culpa del estrés, el sedentarismo o una dieta pobre. En sus palabras, “estos compuestos ayudan a limpiar el cuerpo por dentro y a reducir ese fuego invisible que muchas veces ni notamos, pero está ahí”.

Es cierto que las mandarinas tienen fructosa, pero no es el tipo de azúcar que deberías temer. No hablamos de azúcares añadidos ni procesados. “Tu cuerpo sabe perfectamente qué hacer con la fructosa de una fruta real”, dice el experto. “No se trata de un ultraprocesado. No te va a enfermar, te va a sanar”.

Eso sí, es importante cuándo tomarlas. El doctor Rosero ddesaconseja tomar mandarinas en ayunas o justo antes de acostarse. La mejor hora para comerlas es a media mañana o como merienda, dentro de una alimentación equilibrada. Y lo deja claro: un consumo moderado, regular y bien integrado en la dieta es mucho más efectivo que cualquier moda pasajera.

Una acción combinada

Aunque se encuentran en muchas de las mismas frutas, la vitamina C y los flavonoides no son lo mismo. La vitamina C (ácido ascórbico) es un nutriente esencial que nuestro organismo no puede fabricar por sí solo. Según la Fundación Española del Corazón, su función principal es proteger a las células frente al daño oxidativo, además de participar en la síntesis de colágeno, la formación de neurotransmisores y el metabolismo del colesterol.

Los flavonoides, en cambio, son compuestos bioactivos de origen vegetal. No son esenciales, pero su consumo habitual se asocia a una mejor salud cardiovascular, un menor envejecimiento celular y una respuesta inmunitaria más equilibrada. En el caso de los cítricos como la mandarina, destacan flavonoides como la hesperidina o la naringenina.

Lo interesante es que vitamina C y flavonoides trabajan en equipo. Una investigación realizada por un equipo de la Universidad Miguel Hernández de Elche observó que cuando se combinan,los flavonoides ayudan a proteger la vitamina C frente a la degradación, lo que permite que se mantenga estable y activa durante más tiempo.

Por tanto, los flavonoides no solo aportan beneficios antioxidantes por sí mismos, sino que además mejoran la eficacia de la vitamina C. Esto explica por qué los cítricos, al contener ambos compuestos de forma natural, son una fuente excepcional de salud.

Muchos beneficios para la salud

Los antioxidantes, como la vitamina C y los flavonoides presentes en las mandarinas, ayudan a neutralizar los radicales libres, unas moléculas inestables que se generan en el cuerpo y que, si se acumulan, dañan células y tejidos. Este daño se conoce como estrés oxidativo, y está relacionado con el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, ciertos tipos de cáncer, deterioro cognitivo y envejecimiento prematuro.

Consumir alimentos ricos en antioxidantes protege el ADN celular, refuerza las membranas de las células y reduce la inflamación interna, un factor clave en muchas enfermedades crónicas. Además, mejora la función del sistema inmunológico, ayuda a mantener la piel, los vasos sanguíneos y los tejidos conectivos en buen estado, y puede contribuir a una mejor recuperación tras el esfuerzo físico o situaciones de estrés prolongado.

Con todo esto, los antioxidantes no solo ayudan a prevenir el daño celular, sino que también contribuyen a que el cuerpo funcione mejor: más protegido, más resistente y con menos desgaste. Y cuando los obtenemos de alimentos frescos como las mandarinas, no hace falta complicarse. Así que, como dice Rosero, “la próxima vez que veas mandarinas en el supermercado, no las ignores”.