La Cohorte IMPaCT cuenta ya con más de 13.100 participantes.

La Cohorte IMPaCT cuenta ya con más de 13.100 participantes.

Salud

Por qué enfermamos los españoles: 20 años de estudio y 200.000 pacientes para tratar de alumbrar el enigma

El proyecto, impulsado por el Instituto de Salud Carlos III cuenta con la participación de todas las comunidades autónomas y 50 centros de salud.

Más información: La enfermedad que se confunde con el alzhéimer, causa una de cada 10 demencias y tiene cura: "Ahora es una persona nueva"

Publicada

La muestra es uno de los elementos básicos de cualquier investigación. Es el número de individuos con el que cuenta el estudio. Cuanto mayor sea, más fiable y de mejor calidad será el artículo científico que vea la luz. Teniendo esto en cuenta, contar con la información de 200.000 participantes puede ser más que un reto. Ese es el objetivo de la cohorte IMPaCT, impulsada por el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), perteneciente al Ministerio de Ciencia. 

La idea del proyecto es tener una base de datos representativa de la población española con muestras biológicas, entre otra información, y ponerlo a disposición de los grupos de investigación, cuenta Marina Pollán, directora del ISCIII. Todas estas referencias servirán para conocer mejor por qué ocurren las enfermedades, qué factores hacen más vulnerable a la población o cuáles la protegen. Además, permitirá mejorar los modelos de prevención, anuncia.

El proyecto se pretende que tenga una duración de 20 años y se puso en marcha en 2023. Desde entonces, ya ha reclutado a más de 13.100 participantes, informa su web. Es menos de un 10% del objetivo que pretenden alcanzar, pero se espera que a partir de este año la cifra crezca más rápido. Hasta ahora estaban trabajando para poner en marcha todos los centros de salud implicados, lo que ha ralentizado la captación de participantes, expone Beatriz Pérez, investigadora principal de la cohorte.

Paloma Navas, médica preventivista y vicepresidenta de la Sociedad Madrileña de Medicina Preventiva (SMMP) cree que es “para celebrar” que en España se haga un esfuerzo de este tipo, sobre todo teniendo en cuenta que los beneficios no se van a ver a corto plazo. “Ya era hora de que se hiciera una cohorte así”.

La directora del ISCIII está de acuerdo con Navas y explica que era algo que expertos como ella misma llevaban años intentando lograr. “España es un sitio estupendo para hacer algo así”, insiste. La enorme variabilidad que tiene la población del país es lo que lo convierte en un lugar idóneo y, además, permite poder realizar comparaciones entre regiones.

La importancia de la Atención Primaria

La Cohorte IMPaCT nació como una iniciativa del ISCIII, y está siendo gestionada por el Centro de Investigación Biomédica en Red (Ciber). Sin embargo, lo que destacan tanto Pérez como Pollán es que se trata de una labor en conjunto. Para llevarla a cabo se ha involucrado a los servicios de salud de todas las comunidades autónomas y hay un investigador principal en cada región.

De hecho, es la primera cohorte de este tipo que involucra directamente a la Atención Primaria, cuenta la directora del ISCIII. Son los centros de salud los que se encargan de reclutar a los participantes y en los que se recogen las muestras y se hacen las pruebas necesarias para recopilar la información. “Si había alguien que podía hacerlo así, era España”, celebra la científica.

Pollán cree que, precisamente, involucrar a la Atención Primaria ha ayudado a las tasas de participación. El motivo, afirma, es que la población española confía mucho en los profesionales de los centros de salud. Se está alcanzando una cifra de implicación superior al 30%, muy por encima de las que se han conseguido en otros países. Por ejemplo, Reino Unido, que cuenta con la cohorte UK Biobank, solo logró el 5%. 

Los centros de salud son los encargados de reclutar a los participantes. Hay 50 implicados en todo el territorio nacional y cada uno tiene la tarea de invitar a 4.000 personas, de entre 17 y 79 años, a formar parte de este proceso. De momento, ya están recabando datos 45 ambulatorios y se espera que este mes de mayo se incorporen otros tres. Los dos centros restantes se pondrán en marcha a lo largo de 2025 y es posible que se sume uno más, explica Pérez.

Los ciudadanos que deseen participar, tienen que completar un amplio cuestionario epidemiológico, con información de casi todas las facetas de su vida. Después, en el centro de salud, se les realiza un examen físico muy completo, que incluye pruebas sobre salud ocular, audición, capacidad respiratoria, funcionamiento cardiovascular, fuerza muscular o función cognitiva. 

También se les recogen muestras biológicas para extraer su información genética y se recopilará información de sus historias clínicas mientras dure la investigación. Asimismo, esta base de datos, incluirá información sobre la exposición ambiental de cada participante, según es sitio en el que vive. Además, cada lustro, se les podrá citar de nuevo en los centros de salud para actualizar los datos.

La importancia de estos datos en España

Con la Cohorte IMPaCT, España se pone al nivel de países como Reino Unido, Francia o Alemania, que ya cuentan con investigaciones de este tipo con el mismo objetivo. Hasta ahora, muchas investigaciones españolas han usado los datos de estas cohortes, como el UK Biobank. Sin embargo, aunque es información muy útil, plantea algunos aspectos negativos. 

Las poblaciones de cada nación son muy distintas unas de otras, en todos los aspectos. Los hábitos de salud, su información genética y los horarios de comidas o de sueño son diferentes entre británicos y españoles, ejemplifica Pérez. Esto puede dificultar que los datos de las investigaciones que usan una de estas cohortes extranjeras sean totalmente extrapolables a los resultados de estudios españoles, desgrana la investigadora principal. “No es lo mismo envejecer en el sur de Francia que en el de España”, argumenta Navas.

Uno de los grandes focos de esta cohorte española es la prevención. Para conseguirla, “hay que entender por qué la gente enferma”, dice Pérez. Además, cuantos más datos haya disponibles a nivel población, más cerca se estará de que sea personalizada. Toda esta información puede servir para conocer de manera individual cómo afectan las enfermedades, pero también cómo lo hacen los hábitos alimentarios. Incluso, si el tabaco puede ser, todavía, más perjudicial en unas personas que en otras, desarrolla la investigadora principal de la cohorte.

Un proyecto como este ayuda a descifrar patrones entre las enfermedades y la población, cuenta Navas. La preventivista expone que estos fenómenos ya se conocen, pero la información de la Cohorte IMPaCT puede ayudar a “entender qué ocurre y cómo”. La prevención no solo se trata de comportamientos individuales para prevenir las patologías, también tiene mucho peso en entorno en el que se vive. Por eso, es muy importante averiguar los mecanismos que intervienen y cómo funcionan, para poder pararlos.