
El neurólogo Baibing Chen.
Soy neurólogo y estos son los tres peores errores para el cerebro que comete España: aceleran el daño y la demencia
Adoptar hábitos saludables lo antes posible puede ser la clave para que nuestro cerebro se mantenga en un mejor estado durante más tiempo.
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Es humano mirar atrás y preguntarse si todo lo que hicimos fue lo más acertado, y si, con la perspectiva y la sabiduría que nos da el tiempo, deberíamos haber hecho algunas cosas de otra manera. Aunque no tiene sentido vivir con remordimientos, sí lo tiene aprender de los errores. A veces, basta con identificar aquellas decisiones cotidianas que, sin saberlo, pudieron marcar una gran diferencia a largo plazo.
Eso es precisamente lo que hace el neurólogo Baibing Chen al reflexionar en un artículo reciente publicado en CNBC Make It, sobre tres hábitos de su juventud que, con los conocimientos que hoy tiene como especialista en salud cerebral, preferiría no haber mantenido. Sus reflexiones se apoyan en estudios recientes y coinciden con las advertencias de numerosas instituciones médicas, tanto en Estados Unidos como en España.
Consumo excesivo de azúcar y bebidas azucaradas
Durante su adolescencia, el Dr. Chen recuerda haber bebido una o dos latas de refresco al día. No era consciente del impacto del azúcar sobre su organismo. Hoy, los datos son contundentes: una dieta rica en azúcares añadidos se asocia a un mayor riesgo de enfermedades metabólicas, cardiovasculares y deterioro cognitivo.
Según la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) y la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), la ingesta de azúcares añadidos y libres debería ser lo más baja posible dentro de una dieta nutricionalmente adecuada. Aunque la evidencia actual no ha permitido establecer un nivel máximo de ingesta tolerable sin riesgos, se ha confirmado una relación clara entre el consumo elevado de azúcares y varios problemas de salud, como la caries dental, la obesidad, la diabetes tipo 2, y la esteatohepatitis no alcohólica, entre otros.
Además, la EFSA advierte que el consumo regular de bebidas azucaradas, zumos y néctares puede tener implicaciones negativas tanto metabólicas como dentales, así como en la salud durante el embarazo. Algo muy importante en España, donde el consumo medio de azúcar sigue estando muy por encima de las recomendaciones internacionales, y muchas veces procede de productos aparentemente saludables como zumos envasados, yogures azucarados o bollería industrial.
Exposición a ruidos fuertes y uso inadecuado de auriculares
El segundo error que señala el Dr. Chen es haber escuchado música demasiado alta con auriculares. Este hábito, muy común entre adolescentes y jóvenes adultos, puede provocar daños irreversibles en las células ciliadas del oído interno, responsables de la audición.
En este sentido, según la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC), se estima que una tercera parte de la población mundial y tres de cada cuatro personas que viven en ciudades industrializadas tienen algún grado de pérdida auditiva como consecuencia de la exposición continua a sonidos de alta intensidad.
Uno de los principales factores de riesgo es el uso excesivo de auriculares con volúmenes muy altos. Esta práctica, cada vez más extendida por el impacto de las nuevas tecnologías, está provocando que la pérdida auditiva aparezca 20 años antes de lo que se consideraba habitual. Por este motivo, los otorrinolaringólogos recomiendan no superar los 85 dB, y nunca alcanzar los 100 dB. Además, alertan de que los auriculares tipo "insertores" son aún más perjudiciales.
Para prevenir este daño, la SEORL-CCC recomienda aplicar la conocida regla del 60-60: usar auriculares menos de 60 minutos al día y a un volumen inferior al 60%. También animan al uso de aplicaciones móviles con sonómetro integrado, o funciones del propio smartphone que alertan cuando los niveles de ruido son peligrosos para la salud auditiva.
Falta de sueño y descanso inadecuado
El tercer hábito del que se arrepiente el Dr. Chen es haber descuidado el descanso nocturno durante su juventud. Aunque el sueño ha sido tradicionalmente infravalorado, cada vez existe mayor consenso científico sobre su papel crucial en la salud cerebral. En nuestro país, la Fundación Pasqual Maragall, destaca que el sueño es un pilar fundamental del bienestar físico, mental y emocional, así como una pieza clave para un envejecimiento cerebral saludable y la prevención del Alzheimer.
La Dra. Ana Fernández Arcos, neuróloga experta en trastornos del sueño e investigadora de la entidad, explica que un “sueño saludable” no es solo dormir muchas horas, sino tener un descanso adaptado a las necesidades de cada persona: sin interrupciones, con horarios estables y que permita despertar descansados y alertas durante el día.
Una mala calidad del sueño puede favorecer procesos neuroinflamatorios, alteraciones cardiovasculares y una eliminación deficiente de la proteína beta amiloide, vinculada con la enfermedad de Alzheimer. Además, activa el sistema nervioso simpático y eleva los niveles de cortisol, lo que puede aumentar el riesgo de diabetes y enfermedades cardiovasculares.
Un estudio del Barcelonaβeta Brain Research Center (BBRC), vinculado a la Fundación Pasqual Maragall, llevado a cabo con adultos sanos entre 45 y 75 años, reveló que las personas con insomnio presentan cambios estructurales cerebrales similares a los observados en etapas tempranas del Alzheimer. Otro estudio halló que una mala calidad del sueño afecta la estructura cerebral independientemente de la presencia de biomarcadores de esta enfermedad.