
El doctor Alexandre Olmos.
Alexandre Olmos, médico: "La dieta mediterránea reduce el deterioro cognitivo y protege contra el alzhéimer"
El psiquiatra Alexandre Olmos explica cómo lo que comemos no solo influye en el cuerpo, sino también en el envejecimiento del cerebro y la memoria.
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Prevenir el alzhéimer a través de una dieta saludable se ha convertido en un enfoque clave dentro de la comunidad científica. Esta enfermedad neurodegenerativa, que afecta de forma progresiva a la memoria y otras funciones cognitivas, ya alcanza a cerca de 800.000 personas en España, siendo la principal causa de demencia en la población mayor. Sin embargo, algo tan sencillo como incorporar determinados hábitos nutricionales más adecuados podría ser clave para frenar su aparición y mejorar la salud cerebral a largo plazo.
De hecho, cada vez son más los estudios científicos que demuestran la conexión directa entre lo que comemos y cómo funciona nuestro cerebro. A pesar de que tradicionalmente la imagen de una alimentación equilibrada ha estado vinculada principalmente a la preocupación por el control del peso o la digestión, la ciencia ha ido revelando un impacto mucho más profundo a nivel neurológico y cognitivo.
Así lo ha explicado recientemente el psiquiatra doctor Alexandre Olmos en uno de sus vídeos divulgativos en redes sociales, donde aborda la importancia de cuidar lo que comemos no solo por razones físicas, sino también para proteger nuestra salud cerebral. "Lo que comes afecta directamente a tu cerebro y probablemente no lo sabías. La mayoría de la gente piensa que la dieta influye únicamente en el peso o en la digestión, pero lo cierto es que también determina cómo envejece tu cerebro", asegura el experto.
En esa línea, el doctor destaca el valor de la dieta mediterránea como uno de los patrones alimentarios más beneficiosos, no solo para el cuerpo, sino también para la mente. "La dieta mediterránea protege tu cerebro, diversos estudios muestran que mejora la memoria, reduce el deterioro cognitivo y protege contra enfermedades como el alzhéimer", indica. Esta dieta, rica en vegetales, frutas, legumbres, pescado, aceite de oliva y frutos secos, se ha convertido en una aliada fundamental para frenar el deterioro neurológico asociado al paso del tiempo.
Por el contrario, el especialista advierte sobre los efectos negativos de un patrón alimentario más occidental, caracterizado por un alto consumo de productos ultraprocesados, grasas saturadas y azúcares añadidos. "Una dieta occidental alta en grasas saturadas y azúcares añadidos daña tu microbiota intestinal y favorece el crecimiento de bacterias que alteran tus hormonas del hambre y del azúcar. Lo que afecta directamente a la función cerebral", señala Olmos.
Las consecuencias de estos desequilibrios no solo se perciben a nivel digestivo, sino también en nuestra capacidad de concentración, energía y estado de ánimo. "Es decir, menos claridad mental, más fatiga y más ansiedad", puntualiza el experto. Ante esta situación, propone pequeñas modificaciones que pueden marcar una gran diferencia.
"Si quieres revertir esto debes aumentar tu consumo de polifenoles, que los puedes encontrar en las frutas, verduras y frutos secos. Incorpora hongos como el shiitake y sustituye parte del café por el té verde. Es una forma sencilla de cuidar tu salud cerebral desde el intestino", recomienda. Una visión que refuerza la creciente evidencia científica que señala al eje intestino-cerebro como clave para preservar no solo nuestra digestión, sino también nuestra claridad mental y equilibrio emocional.