Dos personas consumiendo drogas en Tijuana, Baja California. (Archivo)

Dos personas consumiendo drogas en Tijuana, Baja California. (Archivo) EFE

Salud

El misterioso descenso de las muertes por fentanilo en Estados Unidos: nadie sabe explicar cómo han caído un 24%

Las teorías de los expertos para explicar el fenómeno van desde las políticas asumidas por el gobierno del país hasta un cambio en el consumo.

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I. Sánchez
Publicada

El fentanilo podría ser un fármaco más. De hecho, lo es. Bajo prescripción médica, y con un consumo muy controlado, se utiliza para tratar dolores severos cuando no funcionan otros analgésicos de acción prolongada, como por ejemplo la morfina. El primero es hasta 100 veces más potente que esta última, por eso se debe controlar a los pacientes que lo usan. Sin embargo, al oír el nombre de este fármaco, lo primero que se piensa es en Estados Unidos y el problema de salud pública que está viviendo el país.

Esta sustancia lleva más de una década invadiendo la nación norteamericana como una droga ilegal que se vende forma de polvo blanco o en pastillas y puede inhalarse, inyectarse o fumarse. Se ha convertido en la droga más común en la muerte por sobredosis en Estados Unidos y desde 2015 no han parado de aumentar los fallecimientos por esta causa. Hasta ahora.

Las sobredosis mortales alcanzaron un pico entre otoño de 2022 y verano de 2023, cuando los CDC estiman que hubo casi 115.000 muertes por sobredosis en un año. Según los registros, las buenas noticias llegaron a principios de 2024, cuando vieron que estos fallecimientos comenzaron a disminuir. La droga sigue liderando el ránking, pero las defunciones anuales han bajado un 22% respecto al año anterior. Entre agosto de 2023 y el del año siguiente se registraron unas 58.000.

También está menos presente en la calle. El pasado noviembre, Anne Milgram, directora de la Administración de Control de Drogas estadounidense (DEA por sus siglas en inglés), anunció que, por primera vez desde 2021, habían observado una disminución en la potencia del fentanilo. En 2023, siete de cada diez pastillas falsificadas analizadas en los laboratorios del organismo tenían una cantidad potencialmente mortal de fentanilo. En los últimos análisis, eran cinco de cada decena.

Medidas políticas

Sin embargo, a pesar de ver todas estas cifras, las autoridades no saben realmente a qué puede deberse este descenso y están atentas ante la posibilidad de que ocurra un repunte. Uno de los factores que plantean los expertos en adicciones, cuenta el medio The New York Times, es el aumento del acceso a la naloxona, un fármaco que revierte la sobredosis.

El medio neoyorquino habla también de otras cosas a tener en cuenta, como el aumento de recetas de medicamentos para el trastorno por consumo de opioides y las campañas que advierten al público sobre la existencia de píldoras falsificadas que están contaminadas con fentanilo.

Asimismo, este descenso, puede indicar que los programas de reducción de daños puestos en marcha por el gobierno del expresidente Joe Biden están funcionando. Esta medida se basa en ofrecer intercambios de jeringas estériles y tiras reactivas para detectar fentanilo.

En los últimos años, el gobierno también ha destinado más fondos a facilitar el acceso a los programas de desintoxicación. No es una solución definitiva, pero es un factor más que se suma a la lucha contra esta crisis de salud pública. No obstante, es cierto que todavía hay ciudadanos estadounidenses que no pueden pagarlo a pesar de la financiación federal, y que algunos programas utilizan técnicas sin respaldo científico.

Otro factor que puede haber impulsado esta caída de las muertes causadas por fentanilo son los esfuerzos por frenar la llegada de esta droga ilegal al país. Esto incluye desde incautaciones en los puertos de entrada hasta la captura de varios líderes de los cárteles mexicanos que mueven la droga. También pasa por aumentar las sanciones a personas y empresas vinculadas con el narcotráfico, informaba el pasado octubre el periódico The Washington Post.

A eso, hay que sumar la promesa de China de que frenaría las exportaciones de las sustancias químicas que se usan en la fabricación de drogas sintéticas. Precisamente, uno de los principales problemas para rastrear los laboratorios, es que el fentanilo se hace con productos químicos muy comunes que tienen numerosas aplicaciones legales, contó a la CNN Vanda Felbab-Brown, investigadora sénior del Instituto Brooking.

Cambios en el consumo

El Opioid Data Lab sugiere otra hipótesis, que este descenso de los fallecimientos haya llegado por la disminución de la población vulnerable. "Esto podría ser ampliamente aceptado", dicen en un artículo para The Conversation Raquel Sainz Prado, estudiante predoctoral en Ciencias de la Salud en la Universidad de La Rioja, y Elena Andrade-Gómez Profesora del grado en enfermería del mismo centro.

Es decir, muere menos gente porque, con las cifras de defunciones por esta causa de años anteriores, cada vez hay menos personas susceptibles de que les ocurra. Sainz y Andrade-Gómez proponen otra posible causa en el mismo artículo: un cambio en el patrón de consumo.

Cada vez se utiliza más la xilazina para adulterar las droga. Esta sustancia es un sedante no opioide y permite obtener el mismo efecto con menos droga, cuentan las expertas. Se ha observado que ha seguido una distribución geográfica como la del fentanilo en su momento. Su propagación por la zona oeste del país puede estar tras esa disminución de las sobredosis causadas por el opiáceo.

Asimismo, ha cambiado la forma de consumo. Como la xilazina en combinación con fentanilo inyectado tiene muchos riesgos, ha crecido su uso inhalado, explican Saiz y Andrade-Gómez en su artículo.

Esta caída de las cifras que notifica el país norteamericano es una buena señal, pero no es suficiente. Es necesario poder aclarar cuáles son las estrategias que funcionan para poder trazar un camino a seguir. Las dos científicas dejan claro en The Conversation que para eso hace falta contar con "un enfoque integral que aborde las causas subyacentes que perpetúan este fenómeno".