Un cartel indica la dirección hacia las urgencias del Hospital La Paz de Madrid.

Un cartel indica la dirección hacia las urgencias del Hospital La Paz de Madrid.

Salud

España se ha vuelto 'adicta' al médico: en 20 años vamos un 76% más a urgencias y un 25% más a la consulta de primaria

En 2004, tres de cada diez personas acudió al menos una vez a urgencias. En 2024 ya era más de la mitad de la población española.

Más información: El linchamiento a la doctora que se quejó de la gente que va a Urgencias a las 4 de la mañana

Publicada

El año pasado, algo más de la mitad de los españoles acudió al menos una vez a urgencias, ya fuera en el centro de salud o en el hospital, ya fuera a un centro público o a uno privado. Son los datos del último Barómetro Sanitario que acaban de ser publicados por el Ministerio de Sanidad.

Concretamente, fueron el 52,3% de las personas frente a 29,7% que hizo lo mismo dos décadas atrás, un crecimiento del 76% (22,6 puntos porcentuales).

Este porcentaje se mantuvo relativamente estable a lo largo de los años y su pico máximo antes de la pandemia fue del 31,9%, en 2017. En 2022, el año en que se retomó el Barómetro, esa cifra ya había crecido al 41,1% y ha seguido aumentando progresivamente.

El propio Barómetro advierte de que en 2022 se reformuló la pregunta, por lo que "la comparación con los años anteriores debe realizarse con precaución", pero la notable cifra y el hecho de que haya aumentado en más de 10 puntos porcentuales en solo tres años da una idea del cambio de hábitos en los españoles respecto al sistema de salud.

Ese cambio de hábitos también se constata en el número de veces que acudimos a las urgencias. En 2004 la media fue de 1,72 vistas al año. En 2023 —el último año no se ha incluido esta pregunta— habían aumentado a 2,72 visitas.

Rosa Pérez, coordinadora de divulgación de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (SEMES), explica que el envejecimiento de la población ha jugado un papel crucial en el aumento de las visitas a urgencias, pero también "el deterioro de la atención primaria, pues si tardan días en darle una cita, el paciente sabe que las puertas de las urgencias están abiertas las 24 horas".

Cada año, con la llegada de los virus respiratorios invernales, las urgencias se llenan de personas con tos, moco y fiebre, muchas de las cuales podrían pasar su convalecencia con reposo y medicamentos sin receta, por lo que muchos profesionales les acusan de abusar de los servicios de urgencias.

Pérez, sin embargo, cree que ese problema de mal uso "recae en el propio profesional sanitario, que no hemos sabido dar el mensaje adecuado a la población: les decimos que consulten a su médico ante cualquier duda y que no busque en internet, pero es absurdo, lo que hay que hacer es recomendar las páginas adecuadas para buscar información" o llamar a los teléfonos de consulta de salud que tienen la gran mayoría de comunidades autónomas.

La experta reconoce que "nadie nace sabiendo. Las personas tienen más información, pero también más dudas". Por ejemplo, "las urgencias pediátricas se llenan de bebés con coloraciones o algunos síntomas... Los padres vienen con dudas pero no son emergencias sanitarias".

Con todo, la frecuentación de las urgencias no es igual en toda España. En el País Vasco, solo el 40,7% de sus habitantes ha acudido a urgencias en los últimos 12 meses, con una media de 2,3 visitas anuales (en el sistema público), mientras que en Andalucía fueron el 59,2% de sus habitantes, una media de 3,25 veces.

Más consultas al médico de familia

En estos últimos 20 años se han incrementado ligeramente las visitas tanto a las urgencias de la sanidad pública en atención primaria como a las hospitalarias. En el primer caso han pasado de suponer el 34,5% al 39,5%, si bien las diferencias autonómicas vuelven a ser notables: en Madrid solo acudió el 23% de los ciudadanos que hicieron uso de las urgencias, mientras que en Canarias lo hizo el 59,6%.

Las visitas a las urgencias hospitalarias públicas aumentaron del 49,1% en 2004 al 54% el año pasado. Los resultados por comunidades son un espejo de los de la primaria: Madrid fue la autonomía con mayor frecuentación (71,8%), mientras que en Canarias fue mínima (34,9%).

En los últimos 20 años, el uso de los servicios sanitarios ha aumentado de forma casi general. El otro gran punto de incremento es la atención primaria: si en 2004, el 69,8% de los españoles fue a consulta del médico de familia al menos una vez, en 2024 ya era el 86,6%. Esta diferencia de 16,8 puntos porcentuales supone un incremento del 25%.

Nuevamente, el Barómetro advierte que ha habido un cambio en la formulación de la pregunta en 2022 e invita a tomar las diferencias con cautela pero, otra vez, tras la pandemia se ve cómo el uso de la primaria ha ido aumentando: 79,9% ese año, 82,6% al siguiente y 86,6% en 2024.

Lorenzo Armenteros, médico de familia en Lugo y portavoz de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), lo tiene claro: "Se ha ampliado la franja de edades que aducen al médico. Antes, la población que acudía era mayor, con procesos crónicos, y ahora viene gente de cualquier edad por procesos de todo tipo, incluso muy banales".

Para Armenteros hay un temor a la pérdida de salud, "una intolerancia ante la sensación de enfermedad y una frustración por esa sensación, lo que ha incrementado la demanda ante cualquier síntoma físico o emocional", tendencia que se venía notando antes pero se ha disparado tras la pandemia.

El ejemplo más claro de esta nueva tendencia es la cantidad de personas que acuden al médico con síntomas de cansancio, "pero no el que tienes tras hacer deporte, que es agradable, sino que aparece desde la mañana y es más grande".

Normalmente, este cansancio está relacionado con "algo emocional de tipo estrés, o con la mala calidad del sueño", pero obliga a descartar otro tipo de patologías, desde la anemia o el hipotiroidismo o incluso "cáncer o procesos infecciosos".

Pérez y Armenteros coinciden en que, ante este aumento de la frecuentación, la solución está en otorgarle más autonomía al paciente. "La OMS recomienda la automedicación responsable ante síntomas no específicos y en espera de otros síntomas para buscar apoyo sanitario. Es una cuestión de educación".

La urgencióloga apunta a lo mismo. "No se puede demonizar a las personas que utilizan el sistema sanitario, no podemos decirles que usan mal las urgencias o que las usan demasiado porque muchas veces no saben si lo que tienen es una urgencia o no. Como profesionales sanitarios, debemos educar a la población en este tipo de cosas".