Imagen de archivo de una concentración de sanitarios en Andalucía para rechazar las agresiones sufridas.

Imagen de archivo de una concentración de sanitarios en Andalucía para rechazar las agresiones sufridas. Raquel Manzanares EFE

Salud

El triángulo de las agresiones a los sanitarios: por qué Cádiz, Málaga y Sevilla registran más que el resto de España

En 2024, la Policía Nacional contabilizó un total de 406 denuncias por amenazas y agresiones físicas a profesionales en el ámbito sanitario.

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En 2024, la Policía Nacional detuvo a 106 personas y llevó a cabo más de 10.000 intervenciones por agresiones a profesionales sanitarios. Ambas cifras reflejan que se trata, como ya han reconocido algunos estudios, de "un problema creciente en el ámbito de la salud pública en España". Aunque la situación no es igual de grave en todo el territorio. 

Según el balance de la Policía Nacional, en el que no se incluyen los datos de Cataluña, País Vasco y Navarra, se tramitaron 406 denuncias de agresiones a profesionales sanitarios en 2024. La mayoría de ellas, con un 70%, son amenazas, mientras que las agresiones físicas, que se redujeron durante el pasado año, representan el porcentaje restante. La provincia donde más hechos delictivos se registraron fue Sevilla, con un total de 35 denuncias. Le sigue Las Palmas (27) y Madrid (23).

Al secretario general de la Organización Médica Colegial (OMC), José María Rodríguez Vicente, no le resulta sorprendente la primera posición de la provincia andaluza, puesto que siempre ha formado parte de "un triángulo" que completan Cádiz y Málaga. Esta última precisamente fue la quinta provincia con más denuncias el pasado año, mientras que Jerez de la Frontera (Cádiz) se situó en el décimo puesto, con 10 denuncias.

Los motivos por los que estas tres provincias conforman este "triángulo" parecen variar. Rodríguez Vicente sospecha que en Sevilla tal vez se deba a la distribución de la población. En el caso de Cádiz, cree que influye que tanto Algeciras como La Línea sean dos zonas en las que "hay más agresiones y se comunican más". En Málaga desconoce cuáles podrían ser las causas, aunque es de las que más ayuda solicita en este sentido a la Fundación de la OMC.

"La medicina del deseo"

Más allá de los factores locales, y tras 15 años recopilando datos sobre agresiones a sanitarios, los otros desencadenantes "casi siempre" responden a cuestiones ajenas al médico, como "el tiempo que tarda un paciente en ser atendido" o las discrepancias que le produce el recibir un diagnóstico que no esperaba al haber acudido antes al "doctor Google".

"Antes, el médico hacía tres preguntas: qué le pasa, desde cuándo y a qué lo atribuye. Ahora no, ahora es la medicina del deseo, en la cual el paciente muchas veces es el que formula las demandas". Quien habla en esta ocasión es Miguel Lázaro, presidente de la Confederación Española de Sindicatos Médicos (CESM). Dice no creerse las denuncias contabilizadas por la Policía Nacional puesto que representan la punta del iceberg y no explican "toda la dimensión del problema".

Una buena muestra de que "muchas veces no se llega a producir la denuncia" son los últimos datos del Observatorio Nacional de Agresiones de la OMC: de las 769 agresiones que se comunicaron en 2023, sólo el 40% terminó denunciándola. Lázaro entiende que pueda haber diferencias entre unas y otras provincias. Pero no sólo por las condiciones que tengan los sanitarios, sino también por los factores socioeconómicos de los pacientes.

En un contexto con una alta tasa de desempleo, por ejemplo, los problemas psicosociales pueden derivar en conductas violentas contra el personal sanitario. Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), algunos de los barrios con las rentas más bajas de España se encuentran precisamente en Sevilla.

Una legislación específica

Aunque para conocer realmente la dimensión del problema al detalle, el presidente de la CESM cree que sería necesario elaborar un mapeo de los centros para investigar por qué ocurren las agresiones: "¿Es porque hay menos médicos, más sobrecarga de trabajo o porque existe un contexto social más complejo?", se pregunta Lázaro.

En aquellas zonas en las que se determinara un alto riesgo, podrían ponerse en marcha acciones preventivas como "arcos de seguridad, un botón de alarma o una habitación con dos puertas". También se debería sensibilizar a la población a través de campañas como las que se realizan contra la violencia de género. Lázaro, de hecho, piensa que una medida también podría ser una orden de alejamiento del centro de salud, acompañada de penalizaciones económicas severas.

Como añade Rodríguez Vicente, "se trata de tener una legislación específica". En España aún no existe, pese a que otros países en Europa sí que han aprobado normativas en este sentido. Porque la sensación que tienen los profesionales sanitarios es "que denunciando, no terminan teniendo ninguna mejoría".

"Somos el Juan Bautista de las agresiones", denuncia el secretario general de la OMC, "es decir, tiene que poner remedio un mesías que debieran ser el Ministerio de Sanidad, el de Justicia y el de Interior". Y cree que estas medidas resultantes deberían tener el mismo efecto a nivel estatal para que una agresión a un profesional sanitario no salga más 'barata' en Sevilla que en Barcelona.