
Pedro Baptista lidera el proyecto que pretende reducir el número de órganos donados que "se desperdician".
Baptista, el científico del millón de euros: así busca regenerar hígados y riñones que se rechazan para trasplantes
El proyecto podría "revolucionar el campo de los trasplantes", pues no sólo aumentaría la disponibilidad de los órganos, sino que mejoraría su calidad.
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En 2023, España encabezó, tras 32 años consecutivos, la donación internacional con 49,4 donantes por millón de habitantes. Pese a este liderazgo, hay órganos donados para trasplante que se desperdician. En nuestro país, se estima que pueden llegar a ser entre el 20% y el 25% por problemas como la prolongada isquemia caliente (es decir, tiempo sin riego sanguíneo adecuado) o la esteatosis hepática (acumulación excesiva de grasa en el hígado).
Estos órganos son considerados marginales al no ser aptos, por su baja calidad, para el trasplante. Aunque esta 'marginalidad' podría tener los días contados gracias a un equipo de científicos españoles que se ha puesto como objetivo regenerar hígados y riñones antes de trasplantarlos.
El investigador ARAID en el Instituto de Investigación Sanitaria de Aragón Pedro Baptista lidera este proyecto. Es consciente del enorme potencial que tiene esta iniciativa que podría revolucionar el campo de los trasplantes al incrementar de forma significativa la disponibilidad de hígados y riñones.
"Me quedaría muy contento si conseguimos recuperar la mitad", señala a EL ESPAÑOL Baptista, quien cree que la población no tiene mucha conciencia de la cantidad de órganos donados que 'se tiran a la basura'. Aunque sucede en "casi todos los países del mundo", en España estaríamos hablando de centenares de órganos que no terminan trasplantándose.
Además de por la experiencia que ya habían acumulado, el investigador reconoce que la financiación fue el otro motivo "importante" por el que se decidieron a solicitarlo: el Instituto de Salud Carlos III y el Centro para el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (CDTI) les ha otorgado una cuantía superior a un millón de euros. "Los proyectos nacionales con los que trabajamos se cifran en centenar de millares, y no en millones", apunta.
Aumentar la disponibilidad
Para poder comenzar, era necesario contar con una máquina de perfusión de órganos. Esta tecnología, que existe desde hace ya varias décadas, sirve para simular condiciones fisiológicas en órganos. El inconveniente es que sólo podían estar fuera del cuerpo durante unas horas o muy pocos días.
En este proyecto van a utilizar, gracias a la participación en el mismo de la empresa aragonesa EBERS Medical, una máquina de segunda generación, que ofrece la posibilidad de almacenar órganos fuera del cuerpo durante varias semanas; al menos, así es en el caso del hígado. De esta forma, explica Baptista, "ganas una ventana de tiempo para poder tratarlo" incluso con medicación en altas dosis.
Tras resolver algunos problemas que tuvieron el pasado año precisamente en el desarrollo de la máquina, los investigadores ya han realizado las primeras perfusiones. Aunque han comenzado con órganos de cerdos para ir adaptándose y probar las primeras terapias con las células madre.
Al terminar esta etapa, ya sí que esperan la llegada de órganos humanos rechazados. Con éste conectado a la máquina, podrán ver cuál es su función y decidir si la terapia que están utilizando es la mejor para la regeneración. Una vez que obtuvieran resultados positivos, los cerdos volverían a 'cruzarse en su camino', ya que los órganos humanos se trasplantarán primero en cerdos.
Para ello, se construirá la primera unidad para cerdos inmunodeficientes de Europa, que estará ubicada en el Centro de Investigación Biomédica de Aragón (CIBA). Los animales, que son muy similares en fisiología al humano, deben tener esta disfunción del sistema inmunitario porque de no ser así, lo más probable es que se produzca un rechazo "muy rápido".
Si el órgano funciona en el cerdo inmunodeficiente, es una "muy buena señal" de que los parámetros que se están mejorando son realmente los idóneos. Y también de que se ha recuperado lo suficiente el riñón o el hígado para que en un futuro se trasplante a un paciente humano.
Y mejorar la calidad
Para llegar a este escenario aún queda tiempo. No obstante, Baptista confía en que dentro de cinco años ya estén realizando un ensayo clínico en pacientes con estos órganos recuperados. El motivo de su seguridad en dar una fecha tan clara es que al testar las terapias en los cerdos inmunodeficientes "se acelera mucho la capacidad de transferencia al paciente humano".
Tampoco tiene "ninguna duda" de que van a recuperan un número importante de órganos. Y es que al utilizar esta terapia celular ex vivo con células madre mesenquimales, muchos de los problemas que presentan los órganos donados que se rechazan para trasplante, como enfermedades inflamatorias crónicas, podrían paliarse.
Aunque el objetivo principal del proyecto es aumentar la disponibilidad de hígados y riñones para trasplantes, también buscan mejorar la calidad de estos órganos. Como refiere Baptista, hace un par de décadas la mayoría de los órganos que se trasplantaban en nuestro país eran muy funcionales porque procedían de donantes jóvenes que habían fallecido en un accidente de tráfico.
Ahora, no es "inusual" que se trasplanten órganos de personas con 70 o incluso 80 años. Es por ello que con las máquinas de perfusión de órganos se podría recuperar la funcionalidad. "Creo que con el proyecto vamos a poder ayudar bastante en varios aspectos", anhela Baptista.