
Austin Chiang.
Soy médico y esta es la combinación de medicamentos que no tomo nunca: provoca úlceras en el estómago
Los riesgos del consumo frecuente y no supervisado son altos y se recomienda tomarlos con precaución.
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En España, los medicamentos antiinflamatorios no esteroideos, como el ibuprofeno y el naproxeno, se han convertido en una solución habitual para aliviar dolores y molestias cotidianos. Desde un dolor de cabeza hasta una inflamación articular, estos fármacos son percibidos como la panacea del alivio inmediato y accesible.
Sin embargo, lo que muchas personas desconocen es que el uso prolongado y sin supervisión médica de estos medicamentos puede ocasionar graves consecuencias para la salud.
Esta situación ha encendido las alarmas de numerosos expertos en medicina, que insisten en la necesidad de concienciar sobre los riesgos asociados a estos fármacos y promover un uso más controlado y consciente por parte de los pacientes.
Austin Chiang, gastroenterólogo intervencionista, ha expuesto los riesgos que implica la ingesta continuada de medicamentos de este tipo como Motrin, Advil o Aleve, fármacos que contienen ibuprofeno y naproxeno.
En una reciente intervención en el canal de YouTube del médico Doctor Mike, este explicó que el consumo prolongado de estos analgésicos puede erosionar la capa protectora del revestimiento gástrico, lo que aumenta significativamente el riesgo de desarrollar úlceras estomacales.
Estas lesiones no solo provocan molestias digestivas, sino que también pueden desembocar en complicaciones severas como hemorragias internas, que en algunos casos requieren hospitalización inmediata. La advertencia del especialista subraya un problema de salud pública que ha pasado desapercibido por la normalización del uso de estos medicamentos en la vida cotidiana.
¿Qué son las úlceras gástricas?
Las úlceras gástricas son heridas abiertas que se forman en la mucosa del estómago o del duodeno, la primera porción del intestino delgado. Estas lesiones pueden ser dolorosas y peligrosas si no se tratan a tiempo.
De acuerdo con el Servicio Nacional de Salud (NHS) del Reino Unido, suelen manifestarse a través de un dolor ardiente en la zona central del abdomen, aunque también pueden presentarse síntomas más sutiles como la indigestión crónica, el reflujo ácido, las náuseas y la sensación de ardor estomacal.
Estas afecciones, que pueden ser provocadas tanto por una infección bacteriana de Helicobacter pylori como por el uso prolongado de este tipo de fármacos, representan un desafío para los sistemas de salud, ya que su tratamiento puede requerir tanto medicación como cambios en el estilo de vida del paciente.
En España, el ibuprofeno es uno de los medicamentos más vendidos, y su consumo está profundamente arraigado en la cultura del alivio rápido del dolor. De acuerdo con datos de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), millones de personas recurren a este tipo de fármacos cada año, sin prestar atención a las advertencias sobre sus posibles efectos secundarios.
Esta tendencia es preocupante, ya que muchos consumidores desconocen que medicamentos de este tipo no solo alivian el dolor, sino que también afectan directamente la mucosa del estómago, debilitando sus defensas naturales y haciendo que el órgano sea más susceptible a lesiones.
La relación entre el uso prolongado de estos fármacos y las complicaciones gastrointestinales ha sido objeto de numerosos estudios científicos. Un informe publicado en la prestigiosa revista Gastroenterology reveló que los pacientes que los consumen de forma continuada tienen un riesgo significativamente mayor de desarrollar úlceras gástricas, hemorragias internas y perforaciones estomacales.
Estos hallazgos han llevado a los médicos a emitir recomendaciones más estrictas sobre el uso de estos medicamentos, instando a los pacientes a considerar alternativas más seguras para el manejo del dolor, especialmente en personas mayores y en aquellos con antecedentes de problemas gastrointestinales.
Ante la creciente preocupación por su uso indebido, los médicos recomiendan adoptar un enfoque más cauteloso. En primer lugar, es fundamental limitar el consumo de estos medicamentos a periodos cortos de tiempo y únicamente bajo la supervisión de un profesional de la salud.
Los especialistas sugieren explorar alternativas no farmacológicas para el alivio del dolor, como la fisioterapia, el ejercicio moderado o técnicas de manejo del estrés, que pueden ser igualmente efectivas sin los riesgos asociados a los medicamentos. Además, es crucial seguir las dosis recomendadas y evitar la tentación de automedicarse en situaciones que requieran atención médica especializada.
Síntomas de que están dañado el estómago
Uno de los riesgos más alarmantes del consumo descontrolado es la posibilidad de sufrir una sobredosis. El Servicio Nacional de Salud en Inglaterra enfatiza que tomar una cantidad excesiva de estos medicamentos puede desencadenar efectos secundarios severos, como dificultad para respirar, convulsiones, pérdida de conocimiento y, en casos extremos, hemorragias internas mortales.
Si bien muchos pacientes consideran que son seguros debido a su disponibilidad sin receta, es importante recordar que estos fármacos tienen un límite de seguridad que no debe sobrepasarse.
En situaciones de sobredosis, es fundamental buscar ayuda médica inmediata, ya sea llamando al servicio de emergencias o acudiendo a urgencias. Reconocer los síntomas de una complicación gástrica puede ser clave para prevenir consecuencias graves.
Entre los signos más preocupantes se encuentran las heces negras y pegajosas, el vómito con sangre y un dolor abdominal intenso que empeora progresivamente. Si una persona experimenta alguno, debe buscar atención médica de inmediato.