Una pediatra ausculta a un niño con su fonendoscopio.

Una pediatra ausculta a un niño con su fonendoscopio.

Salud

Cuando los médicos tienen que pagarse su material: de 300€ por un 'fonendo' a 3.000 por unas lentes

Gran parte del equipo de MIR y adjuntos tienen que adquirirlo de su propio bolsillo, en una muestra más de la precarización de la profesión.

27 mayo, 2024 01:46

Cuando se graduó, el hermano de Manuel Jiménez le regaló un fonendoscopio. Le duró más de diez años. Tras jubilar el aparato tenía opción de pedir uno al centro de salud pero prefirió comprarse uno de su bolsillo. "Digamos que el del centro de salud no cumple las expectativas".

Lo primero que se asocia con un médico es la bata y el 'fonendo'. Jiménez, especialista en medicina familiar que alterna entre el servicio de urgencias del Hospital Don Benito-Villanueva de la Serena y un centro de salud de Don Benito (provincia de Badajoz), lo utiliza "en el 80% de pacientes que viene a consulta, es algo indispensable".

Pero el que le ofrece su centro, opina, "no te ayuda de manera considerable en el desempeño de tu trabajo". Necesita uno de mayor calidad para poder oír bien el interior de sus pacientes, "que supone desembolsar unos 300 euros".

El caso de Jiménez no es una excepción. La gran mayoría de médicos tienen que adquirir con su propio dinero el equipo que le facilita el trabajo, bien porque su centro no se lo da, bien porque la calidad deja que desear. 

"Durante el cuarto año de residencia me compré un ecógrafo portátil porque vi que era una herramienta cada vez más imprescindible", recuerda el internista Miguel Galán de Juana.

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"Gracias a ello he tenido casos concretos que me han permitido acelerar el diagnóstico y salvar vidas".

Eso sí, el aparato, que se acopla al teléfono móvil y permite hacer una ecografía en casi cualquier lugar y cualquier momento, le costó 2.000 euros, a lo que hay que añadir "una suscripción de software anual de 60 a 300 euros, dependiendo de las prestaciones".

Galán enumera casos que conoce de excompañeros de residencia y conocidos de otras especialidades. Una lente para mirar el fondo del ojo son unos 400 euros. El dermatoscopio que evalúa lesiones en la piel puede suponer entre 1.000 y 1.700 euros, "a lo que hay que añadir el mantenimiento (repararlo pueden ser 500 euros) pero también una cámara y un disco duro para guardar las imágenes".

Un inclinómetro, que se usa en rehabilitación para medir la curvatura de la columna, son unos 200 euros. Y unas gafas con lupa para hacer cirugías pueden llegar a 3.100 euros.

Todo este material, por regla general, tiene que adquirirlo el propio médico. Algunos de los precios mencionados incluyen un descuento que realizan los fabricantes y distribuidores cuando se adquieren en congresos médicos.

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Un residente explica a la Federación de Sanidad y Sectores Sociosanitarios de CCOO Andalucía que en algunas plantas de hospitales existen 'fonendos' que puede usar el personal "pero estos suelen ser antiguos, estar en malas condiciones y ser de muy escasa calidad, no siendo aptos para su uso continuado ni que se pueda usar más allá de un momento concreto".

También hay otro material, como el martillo de reflejos que usan los neurólogos, que no son proporcionados por el centro. Y "en los servicios de urgencias suele haber herramientas para la exploración de las cavidades nasal y auditiva, pero muchas veces están en mal estado o directamente son inutilizables y algunos compañeros optan por adquirirlas en formato portátil". La lista de aparatos parece interminable.

Manuel Jiménez también recuerda que el maletín que lleva cuando ve pacientes a domicilio fueron 250 euros, y un manual de consulta para urgencias, cerca de 200 euros.

"En el Servicio Extremeño de Salud puedes consultar a versiones online de algunos libros, pero acceder desde otro ordenador que no sea el del trabajo es bastante laborioso y prefiero el libro para repasar y estudiar".

Todo este desembolso lo suelen realizar los médicos en los primeros años de residencia, cuando el sueldo del MIR medio ronda los 1.100 euros netos.

Comprar el 'fonendo' a plazos

Jiménez, que es natural del municipio sevillano de La Algaba, le tenía que restar a la cifra el alquiler de vivienda en Don Benito, donde realizó el MIR, y el coche para poder desplazarse.

"Al final tienes que ahorrar unos cuantos meses si te quieres comprar un 'fonendo', o pagarlo a plazos", apunta.

El Real Decreto 1146/2006, que regula la formación de los MIR, establece el derecho de los residentes a "disponer de los medios y recursos necesarios para el adecuado desarrollo de su formación".

Miguel Galán recuerda que el convenio colectivo del personal de instituciones sanitarias del Servicio Madrileño de Salud establece, en su artículo 59, que "la Administración garantizará la provisión y mantenimiento de los equipos y materiales necesarios para el adecuado desempeño de las funciones del personal sanitario".

Sin embargo, parece que se da por hecho que el material portátil o personal lo adquiere el médico por su cuenta.

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"Esta cultura de ser tú quien lo pague, que esto sea algo socialmente aceptado y que no lo reclamemos, puede actuar contra la equidad del acceso a la residencia, pero también a las facultades de Medicina", lamenta.

Un reciente informe del Ministerio de Ciencia concluía que la elección de carrera está determinada por el estatus socioeconómico de la familia.

Así, el 68,7% de los alumnos de Medicina tenía padres —uno o ambos— con ocupaciones que implican nivel socioeconómico alto: dirección de empresas, puestos técnicos y profesionales científicos e intelectuales y técnicos y profesionales de apoyo.

De hecho, Medicina es la carrera con el porcentaje más alto en el que ambos progenitores tienen ocupaciones altas, tanto en las universidades públicas como en las privadas: 31,9% y 46,5%, respectivamente.

"Es una barrera adicional a la equidad, una expectativa que ya empieza en el momento en que comienzas a estudiar la carrera: se presupone que vas a gastar mucho dinero en material de texto, kits de disección, etc. Tampoco hay becas disponibles para estos materiales ni información clara sobre cómo obtenerlos".

El compromiso de los profesionales

Al final la situación depende del centro. El joven médico señala que, de los tres hospitales en que ha trabajado, los grandes son los que ofrecen más equipos personales, "quizá porque tienen más dinero gracias a colaboraciones y prestigio... Pero esto supone un agravio comparativo".

Jesús Jordán, responsable de Empleo de la Federación de Sanidad y Sectores Sociosanitarios de CCOO, señala a EL ESPAÑOL que "el material no lo facilitan siempre y, el que facilitan, en muchos casos y a nivel general es de escasa calidad, en el afán de reducir gastor en la salud de los pacientes".

Desde la rama andaluza del sindicato señalan que hay diferencias. "En el distrito sur Granada, este año les han regalado 'fonendo', pero parece que es el primer año que lo hacen. En Córdoba y Guadalquivir, nada de nada. En las consultas puede haber tensiómetro, otoscopio y oftalmoscopio fijos en la pared, pero nada más".

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Jordán seañala que las administraciones inviertan en la formación de sanitarios pero no les dote de los mejores medios para ejercer su trabajo "es un motivo más por el que escamotean recursos para la óptima atención de los pacientes".

Destaca, con todo, el compromiso de los profesionales españoles, "que gastan de su propio bolsillo para comprar material de calidad que les dote de las mejores herramientas para el cuidado de los pacientes".

"Es la perversión de las administraciones y el deterioro de los servicios públicos sanitarios. Y, a pesar de todo, son los propios profesionales los que garantizan una buena atención, poniendo ellos sus propios medios".