Yolanda Díaz el pasado 15 de julio en un acto de Sumar celebrado en Gijón.

Yolanda Díaz el pasado 15 de julio en un acto de Sumar celebrado en Gijón. EFE/Paco Paredes

Salud

Dormir dos horas al día: el peligroso hábito del que se jacta Yolanda Díaz y que los especialistas critican

"Dormir poco no es motivo de elogio", sentencian los profesionales, que advierten sobre las consecuencias neurológicas y fisiológicas a largo plazo.

20 julio, 2023 03:12

"Poquito, dos horas", responde Yolanda Díaz sin levantar la vista de la ropa que está atacando con la plancha. "¿Dos horas?", se sorprende el periodista que le ha preguntado cuánto duerme en campaña. La escena, que abre un vídeo sobre los hábitos diarios de la líder de Sumar realizado por Público, podría haber quedado en anécdota. Pero el artículo publicado en El País en paralelo y firmado por Manuel Jabois incide en lo mismo: la vicepresidenta duerme "extraordinariamente poco", "acostándose siempre tarde" y "levantándose siempre entre las cinco o las seis".

El titular lo dice todo: Díaz es "la candidata sin sueño", entroncándola en la tradición de líderes cuyas escasas horas de sueño son motivo de admiración. De Elon Musk a Barack Obama, dormir únicamente seis horas diarias se asocia con un ritmo productivo y un compromiso con la causa.

Según recordaba la BBC, el apodo de Dama de Hierro le vino dado a Margaret Thatcher no solo por sus políticas inflexibles, sino por su costumbre de dormir solo cuatro horas en los días laborables. La propaganda franquista tenía su propia versión, con la "lucecita del Pardo" que cada noche permanecía encendida en el despacho de Franco mientras trabajaba insomne.

[Siete extraños sucesos que te pueden ocurrir mientras duermes]

Con una media de 7:13 horas de sueño diarias, España es el segundo país de Europa Occidental que menos duerme, solo por detrás de Italia. Dado que el consenso científico establece en siete horas el descanso óptimo, podría parecer aceptable. El verdadero problema, explicaba Lorenzo Armenteros, portavoz de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia, es que esas horas de sueño deben ser además de calidad.

Entre un 20% y un 48% de los españoles sufre problemas para dormir, como sueño inquieto o despertares frecuentes, y en un 10% de los casos se convierte en insomnio crónico. Factores externos como la crisis sanitaria y económica provocada por la pandemia o el aumento de noches tropicales agravan el problema.

En un país en el que tantos duermen menos de lo que necesitan por factores ajenos a su voluntad, el encomio a las dos horas de sueño de Díaz ha levantado críticas en redes, especialmente tratándose de la líder de una formación que ha hecho bandera del bienestar del trabajador.

Sin embargo, hay otra evidencia científica: no todos los seres humanos tienen las mismas necesidades de horas de sueño, y estas varían a lo largo de la vida. La famosa distinción entre 'búhos' que trasnochan y 'alondras' que madrugan reflejan la distinta adaptación individual a los ritmos circadianos que regulan los ritmos de sueño y vigilia. ¿Es verosímil, por tanto, que Yolanda Díaz sea una de las afortunadas que puede dormir menos de seis horas sin sacrificar sus necesidades de descanso?

"Los seres humanos no somos homogéneos. Hay personas que necesitan dormir más de 8 horas para tener buena salud y rendimiento, y otras tienen suficiente con cuatro o cinco", explicaba a EL ESPAÑOL María Ángeles Bonmatí, licenciada en Biología y doctora en Fisiología por la Universidad de Murcia, investigadora en CIBERFES (Instituto de Salud Carlos III), y autora de Que nada te quite el sueño.

La prueba para saber si realmente somos 'dormidores de corta duración' será la somnolencia diurna: si a pesar de dormir menos de seis horas podemos desenvolvernos sin problemas de atención, fatiga y trastornos emocionales. Lo verdaderamente peligroso, denunciaba Bonmatí, es la persistencia del mito de que descansar poco es una demostración de fortaleza y determinación, un ejemplo a seguir y una costumbre a imponer.

"Ahora se empieza a hablar de la falta de sueño como un problema, pero se sigue elogiando al que duerme poco. Seguimos con la percepción de que dormir es una pérdida de tiempo, que nos hace improductivos, que es de perezosos", subrayaba. Y un patrón de sueño de dos horas diarias, incluso en un tiempo acotado a las dos semanas de la campaña electoral, es lo suficientemente disruptivo como para causar daños a largo plazo.

Las consecuencias de dormir poco

"Dormir menos de lo necesario se relaciona indudablemente con la aparición de distintos trastornos metabólicos, cardiovasculares, inmunitarios, neurodegenerativos e incluso del cáncer", enumeraba Bonmatí. La American Heart Association (AHA) actualizaba recientemente sus recomendaciones para garantizar la longevidad, añadiendo el sueño como factor de garantía cardiovascular

"El sistema nervioso simpático, que nos pone en alerta ante amenazas, está activado más tiempo del que debería si dormimos poco. Eso contribuye a tener la tensión arterial elevada, y se sabe que el sueño insuficiente se relaciona con una mayor probabilidad de accidentes cardiovasculares y cerebrovasculares", explicaba la especialista.

Sin embargo, es el cerebro el que primero sufre el golpe de los efectos de la privación de sueño, generando alteraciones que van del estrés a los trastornos psiquiátricos. Y a largo plazo, es un factor neurodegenerativo, especialmente vinculado al riesgo de alzhéimer. "Mientras dormimos, se pone en marcha un sistema de eliminación de residuos que limpia también la proteína amiloide. Esa sería la base fisiológica por la que dormir pocas horas conlleva un mayor riesgo de enfermedades degenerativas", concluía Bonmatí.