La extirpación de las amígdalas llegó a ser muy frecuente hace unas décadas.

La extirpación de las amígdalas llegó a ser muy frecuente hace unas décadas. iStock

Salud

Auge y caída de la operación de amígdalas: por qué antes se hacía mucho y ahora no tanto

Un estudio de The Lancet observa que las amigdalectomías obtienen mejores resultados y son más económicas con las indicaciones actuales.

30 mayo, 2023 02:34

Hubo un momento en que extirpar las amígdalas estaba, como quien dice, a la orden del día. Era una intervención sencilla que solucionaba muchos problemas. De ahí se pasó a restringirla. Ahora, con unas indicaciones claras, es el método más efectivo y coste-eficaz para tratar las amigdalitis recurrentes, según un estudio realizado para el sistema público de salud del Reino Unido.

"Yo llevo muchos años de otorrinolaringólogo", explica Juan Carlos Casado Morente, presidente de la Comisión de Laringología, Voz, Foniatría y Deglución de la Sociedad Española de Otorrinolaringología (SEORL-CCC). En los años 70 y principios de los 80, "llegaba un niño a la consulta, con una o dos amigdalitis, y le operábamos a él y a su hermano. Era una barbaridad, porque las amígdalas forman parte del mecanismo de defensa del cuerpo".

De ahí le siguió una época en que "fuimos muy estrictos con las indicaciones, prácticamente no indicábamos". Ahora, aunque "cada otorrino la hace con un método distinto (bisturí frío, láser, tijeras, radiofrecuencia, etc.)", hay una serie de criterios bien establecidos que indican cuándo debe realizarse una amigdalectomía. Y esos criterios, acaba de demostrarse, son los correctos.

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El estudio de Reino Unido, liderado por Janet A. Wilson, de la Universidad de Newcastle, ha sido publicado en The Lancet. En él se reporta la experiencia de 27 hospitales, con 453 pacientes mayores de 16 años que fueron tratados de su amigdalitis entre 2015 y 2018, observando su evolución en los dos años siguientes a la intervención.

Un paciente es candidato a cirugía si tiene al menos cinco episodios anuales de amigdalitis en los últimos dos años, o al menos tres episodios anuales en los últimos tres años. Cada uno de ellos debe caracterizarse por un exudado purulento, fiebre mayor de 38 grados o un cultivo positivo para estreptococo beta-hemolítico del grupo A.

En los 24 meses posteriores a la intervención, los pacientes que se habían sometido a una amigdalectomía tuvieron una media de 23 días con dolor de garganta, por 30 de los pacientes que habían sido tratados solo con antibióticos y antiinflamatorios.

Más barato para el sistema de salud

Los autores del trabajo indicaban que, desde el punto de vista del sistema sanitario, la cirugía era un poco más costosa pero también más efectiva. Por cada amigdalectomía se ganaban 0,12 años ajustados por calidad de vida, una medida estandarizada para calcular el beneficio de una intervención teniendo en cuenta variables como reingresos, días de enfermedad, etc.

Si el límite de gasto para calcular ese año ganado es de 5.000 euros, la probabilidad de que la amigdalectomía fuera económicamente beneficiosa es del 63%. Calculando el límite de gasto en 10.000 euros, esa probabilidad era del 100%.

No solo, sino que para el propio paciente la amigdalectomía acababa siendo menos costosa que el tratamiento sin cirugía: 889 libras de media, unos 1.025 euros.

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Casado se muestra "totalmente de acuerdo" con las conclusiones de este trabajo, que reflejan lo que están viendo en la actividad clínica. De hecho, tras un periodo en que cayó en desuso, la amigdalectomía en España fue recuperándose, desde inicios del presente siglo, para alcanzar en 2014 la mayor cifra de intervenciones: 31.414. A partir de ahí, la cifra se ha mantenido entre las 25.000 y las 29.000, aunque el otorrino señala que en los últimos cinco años ha sido cuando se han ajustado al máximo las indicaciones.

"Probablemente, ahora se hacen menos que antes porque han surgido alternativas como vacunas, pero actualmente es cuando estamos haciendo las cosas bien, siguiendo unos criterios estrictos". Estos son similares a nivel pediátrico pero, en lugar de cinco episodios anuales, se establece un mínimo de seis.

La indicación de amigdalectomía no es caprichosa. La intervención es "especialmente dolorosa, el postoperatorio hay que tratarlo con analgésicos potentes". El paciente suele estar entre 10 y 15 días de baja pero "al cabo de dos semanas vuelve a la normalidad y no vuelve a tener amigdalitis en su vida".

El estudio publicado en The Lancet es el que incluye más pacientes adultos con amigdalectomías y tiene un seguimiento mayor hasta la fecha. Antes solo se disponía de un análisis de 156 pacientes seguidos durante los seis meses posteriores a la intervención. Una revisión realizada por la red de investigadores independientes Cochrane apuntó, con todo, que la evidencia existente era, hasta este momento, de baja calidad.