Lesiones cutáneas producidas por viruela del mono.

Lesiones cutáneas producidas por viruela del mono.

Salud

La viruela del mono se extiende por el mundo: por qué no es tan alarmante como la Covid

El hecho de que sea una enfermedad ya descrita, que se presupone leve y con una menor tasa de contagio, claves para la tranquilidad. 

20 mayo, 2022 03:07

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En abril del año 2003, una empresa de Texas (EEUU) importadora de especies salvajes recibió un cargamento procedente de Gambia. El contenido: un número no conocido de ratas gigantes de Gambia, un tipo de roedor que puede llegar a pesar un kilo y medio, que se conoce también como rata con bolsa y que, por increíble que parezca, algunos estadounidenses deseaban como mascota. 

La compañía de Texas no vendía -sólo importaba- y procedió a hacer lo que debía: deshacerse de los animales mandándolos a un distribuidor de este tipo de especies en Illinois, en pleno centro de EEUU. Esta vez, las ratas gigantes de Gambia no fueron solas; viajaron con otras mascotas exóticas, incluyendo una más popular en aquella época: los llamados perritos de la pradera, unos mamíferos sin duda más agradables a la vista que los roedores. 

En el contenedor que llegó a Illinois viajaban en total 800 animales de nueve especies diferentes. Los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de EEUU (CDC) creen que las ratas contagiaron a los perritos de la pradera y estos provocaron el mayor brote conocido hasta ahora de viruela del mono

Una rata gigante de Gambia.

Una rata gigante de Gambia.

Un brote que afectó a 71 personas y que, como explica a EL ESPAÑOL la portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología (SEIMC) -una especialidad, por cierto, largamente reclamada por quienes la ejercen e ignorada por las autoridades sanitarias como tal- Marta Mora, del Hospital Universitario La Paz en Madrid, ofreció a la Ciencia una información valiosísima para lo que estamos viviendo actualmente: el que parece ser el primer brote global de viruela del mono

Lo que empezó como un caso aislado en Reino Unido a principios de mayo, similar a algunos que ya se habían vivido en ese y otros países, ha ido creciendo y todavía no se conoce el nexo entre casos. Pero la enfermedad ya está, que se sepa, en siete países. El "que se sepa" es aquí una puntualización clave: tanto las áreas como el número de afectados es susceptible de cambiar rápidamente, así que cualquier cifra publicada puede ser distinta al cierre de esta edición

Cifras cambiantes

De momento ya hay casos, además de en Reino Unido y en España -siete ya confirmados y casi 30 más estudio, en Madrid y Canarias-, en Portugal, Canadá, EEUU, Italia y Suecia. 

Es inevitable que la situación recuerde a una vivida recientemente que, de hecho, no ha concluido: la pandemia de Covid-19. Las preguntas que surgen son similares. ¿Cómo se contagia? ¿Por qué nunca habíamos oído hablar de ello? ¿Por qué no hay tratamiento? ¿Me puedo morir si me contagio? y en el ánimo de todos, la gran duda: ¿irá cambiando la evidencia científica en torno a la viruela del mono como sucedió con la Covid-19

Sin embargo, y a pesar de la similitud en las incógnitas, todo parece indicar que nada tienen que ver ambas infecciones y que, casi sin ningún género de dudas, estos casos de viruela del mono -por mucho que la cifra aumente, como predicen los expertos- no darán lugar a una nueva pandemia

En primer lugar, como cuenta Mora, se trata de dos virus muy distintos pero, además, uno de ellos era completamente desconocido cuando surgió y del otro hay "una trayectoria previa conocida" que no tuvimos con el de la Covid. "La viruela del mono estaba en nuestras listas. Había casos descritos sobre todo de personas que habían viajado a Nigeria y habían tenido contacto con roedores o monos infectados", señala la especialista que, eso sí, advierte: "El comportamiento epidemiológico está siendo distinto esta vez, por lo que hay que tener mucha prudencia a la hora de hacer afirmaciones contundentes". 

Diferencias tranquilizadoras

La forma de transmisión es una gran y tranquilizadora diferencia entre la Covid-19 y la viruela del mono. La más establecida para esta última enfermedad es el contacto directo con la lesión cutánea que se produce tras la infección. Así, se requiere de un contacto muy estrecho para contagiarse. "Es un virus que no se adapta bien a los humanos, al contrario que el de la Covid", explica Mora. 

En el brote de Wisconsin -aunque los animales se vendieron en Illinois, fue en este estado donde se dieron la mayoría de los casos- se vio transmisión de animal a persona y de persona a conviviente o a personal sanitario, pero no terceras cadenas de transmisión

De nuevo, impera la cautela, ya que no se sabe si esto ha ocurrido en el actual brote, pero es lo que dice la evidencia científica hasta la fecha. Además de por las lesiones, se ha documentado transmisión por gotículas y se ha descrito presencia del virus en la garganta. Esto, de nuevo, es una buena noticia en comparación a la Covid que, como sabemos ahora, se transmitía por aerosoles y, por tanto, sin necesidad de contacto estrecho

Ante esta afirmación, es inevitable acordarse de cómo fue cambiando el conocimiento científico en torno al coronavirus y cómo al principio se dijo que se transmitía por gotículas y luego por aerosoles. Sin embargo, no había experiencia previa con respecto a la Covid-19 y sí sobre la viruela del mono

En todo caso, Mora tiene muy claro qué hay que hacer: "Si te dicen que la tienes, aíslate; sé respetuoso. Para que tú puedas recibir la atención que necesites y para ser colaborador y que el virus no se disemine", señala. 

Gravedad y tratamientos

La otra gran diferencia que tranquiliza a los expertos es la distinta gravedad de ambas dolencias. Para la especialista, se puede decir que la viruela del mono es una "enfermedad cutánea desagradable de ver", pero no es especialmente grave. La mortalidad registrada con la variante o clado detectada por el momento -la de Africa Occidental- es de alrededor del 1% en los estudios registrados, pero la mayoría de estos se han llevado a cabo en África y se sabe que en ese contexto clínico la mortalidad siempre es mayor. De nuevo, merece la pena viajar a Wisconsin: de los 71 casos registrado no hubo un sólo fallecimiento, y eso que hubo niños muy pequeños afectados. 

Se podría decir que una similitud entre la Covid-19 y la viruela del mono es la falta de tratamientos, pero otra vez esta última enfermedad juega con ventaja. Aunque en efecto no existen terapias específicas aprobadas frente a ella, sí se ha demostrado en estudios científicos la actividad antiviral de ciertos medicamentos en ella.

Como explica a este diario el catedrático de Microbiología de la Universidad de Salamanca Raúl Rivas, es el caso del cidofovir, el tecovirimat y el brincidofovir. Además, se sabe que la administración de la vacuna de la viruela humana protege en un elevado porcentaje de los contagios de la viruela del simio, por lo que ha sido tradicionalmente una medida indicada en el manejo de los brotes hasta la fecha. 

Teniendo en cuenta que la viruela lleva 42 años erradicada, no hay una gran existencia de esta inmunización. De hecho, en una reciente pregunta parlamentaria -relativa a la posibilidad de guerra biológica tras la invasión de Ucrania- el Partido Popular denunciaba que los dos millones de vacunas que hay en stock en nuestro país estaban caducados y eran de segunda generación, en lugar de la más eficaz y segura tercera. El Gobierno contestó -era marzo- que se estaban llevando a cabo reuniones "para considerar esta adquisición".