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Bloodshot. furryscalyman / Flickr

Salud Disfunción eréctil

El hombre que tomó demasiada Viagra y ahora lo ve todo rojo

3 octubre, 2018 07:38

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El sildenafilo, el fármaco contra la disfunción eréctil conocido en todo el mundo bajo la marca Viagra, ha devuelto la alegría a millones de varones desde su llegada al mercado a finales de los 90. Pero, en muy contados casos, se cobra un precio que puede ser fatal: en Reino Unido, donde se vende desde este año sin receta, se produjeron 19 muertes en 2017 relacionadas con la 'pastilla azul' y las complicaciones que puede provocar en personas con antecedentes cardiacos.

Pero lo cierto es que existe todo un corolario de efectos secundarios que pueden parecer insólitos y que, pese a su rareza, deben ser tenidos en cuenta. Se sabe, por ejemplo, que la Viagra puede causar sordera, con una celebridad para atestiguarlo: Hugh Hefner, dueño de Playboy. El octogenario confesaba tomar "su pequeño ayudante" dos veces a la semana y le achacaba su pérdida repentina de oído, algo clínicamente comprobado en al menos otros 47 casos. El magnate, con todo, se mostraba poco preocupado: "Dice que prefiere dejar de oír a dejar de hacer el amor"- contaban sus conejitas.

Sin embargo, no es el único sentido que puede quedar dañado permanentemente por un consumo abundante de sildenafilo, según se ha descubierto por un caso único en su especie diagnosticado en el prestigioso Hospital Mount Sinai de Nueva York. Un joven de 31 años había acudido a Urgencias aquejado de un angustioso trastorno de la visión: después de tomar citrato de sildenafilo que había comprado por Internet, llevaba 48 horas viéndolo todo rojo

Sufría -así lo describió- de un filtro enrojecido ante la vista, una sintomatología que sorprendió al equipo del doctor Richard Rosen, director de los Servicios Retinales de la Enfermería para el Ojo y el Oído del centro neoyorquino. Según explica el especialista, el sildenafilo puede perturbar la vista tras su consumo pero en un plazo rara vez superior a las 24 horas. Esto es, siempre y cuando se tome la dosis recomendada, 50 mg. como máximo. El paciente terminó confesando que había tomado mucho más.

Las medicaciones contra la disfunción eréctil están basadas en fármacos inhibidores de la PDE-5, un tratamiento que tiene efectos vasodilatadores, y las alteraciones radicales de la circulación sanguínea han probado contribuir a trastornos neurosensoriales. En este caso, se detectó que su retina había sufrido toxicidad persistente por la sobreexposición a la medicación y quedado dañada en su parte exterior. Aunque se han probado varios tratamientos, el centro informa de que la visión tintada del paciente no ha mejorado en un año y se teme que la condición sea irreversible.

Para valorar la magnitud de la lesión, el equipo de Rosen recurrió a instrumental de precisión, la óptica adaptativa y la tomografía de coherencia óptica (OCT). La primera permite observar la estructura del ojo a nivel molecular y en tiempo real, y la segunda crea imágenes laminares capa a capa de la retina. De este modo pudieron observar daños microscópicos en los conos, las células que distinguen los colores, similares a los que provocan enfermedades hereditarias de la vista como la retinitis pigmentosa.

"Esto nos explicó los síntomas que sufría el paciente. Pudimos observar por primera vez los efectos estructurales del fármaco en la retina"- explica Rosen. "Nuestros hallazgos deberían servir para que los médicos conozcan mejor los cambios celulares que pueden ocurrir en los pacientes que toman demasiado. La gente vive con la filosofía de 'si un poquito es bueno, un muchito será mejor', pero aquí demostramos hasta qué punto puede ser peligrosa una sobredosis de un medicamento común".   

Dieta Mediterránea contra la ceguera

Si nos preocupa conservar la vista a medida que nos hacemos mayores, otro estudio recientemente publicado nos invita a controlar lo que comemos. La degeneración macular relacionada con la edad, la principal causa de ceguera en los adultos a partir de los 50 años en el mundo desarrollado, puede prevenirse con una dieta abundante en pescado, vegetales, fruta, grano entero y aceite de oliva. Es decir, con la Dieta Mediterránea.

El trabajo, publicado en la revista de la American Academy of Ophthalmology se realizó de forma conjunto por investigadores europeos y estadounidense sobre una cohorte de datos médicos sobre pacientes en un plazo de 21 años. Al término, los que alimentaban de esta manera de forma habitual demostraron tener un 41% menos de probabilidades de desarrollar este trastorno.