Audra Tatum mientras era atendida tras sufrir su accidente.

Audra Tatum mientras era atendida tras sufrir su accidente. Audra Tatum

Salud Accidentes automovilísticos

La dramática consecuencia de apoyar los pies en el salpicadero del coche

Una mujer cuenta cómo el airbag le destrozó el fémur y la nariz por ir sentada como copiloto de forma incorrecta.

22 agosto, 2017 12:18

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Poner los pies sobre el salpicadero del coche cuando se va sentado en el asiento del copiloto es una costumbre que tiene mucha gente. Sin embargo, tener las piernas en alto tras un largo tiempo sentado en la misma postura es un alivio que puede salir muy caro.

Un ejemplo de este peligro son las secuelas que sufre hoy en día Audra Tatum, una norteamericana que reside en el condado de Alabama, dentro de los límites del estado de Georgia (EEUU). Esta mujer ha querido compartir su experiencia como método de prevención para otras personas tras sufrir un accidente automovilístico que le dejó problemas físicos de por vida.

Tatum viajaba en el coche con su marido y su hija cuando otro vehículo se cruzó en su camino. En el momento del impacto, los airbags frontales saltaron con consecuencias fatales para su pierna derecha, que estaba apoyada en la parte de delante.

Como se puede ver en la fotografía, su pierna salió disparada hacia atrás, provocándole cuatro fracturas en el fémur, una en el tobillo y la rotura del hueso de su nariz, ya que la extremidad inferior impactó contra su cara. Actualmente, y según reconoce Tatum en una entrevista para News Channel 9, tiene problemas para caminar. Tras varias operaciones, los médicos le colocaron seis clavos y una barra de metal en su pierna.

"Los doctores me dijeron que si mis pies hubiesen estado en el suelo, ni siquiera habría tenido que ir al hospital. Recuerdo el accidente cada día", afirma Tatum.

Radiografía de la pierna de Audra Tatum.

Radiografía de la pierna de Audra Tatum.

Y es que, a pesar de que la velocidad del impacto no fue excesivamente alta -iban a 70 kilómetros por hora-, los airbags se inflan muy rápido, a más de 160 km/h, y con muchísima fuerza. Además, ante un golpe inesperado como este el cuerpo no está en tensión, por lo que se vence más fácilmente. "A mí me ha quitado mi carrera este accidente. Me ha quitado muchísimas cosas, y tras dos años sigo en recuperación", confiesa la accidentada.

Desde el parque de bomberos de Chattanooga, en el estado de Tennessee, también han querido hacer una labor de prevención de lesiones graves mediante un comunicado en redes sociales. "Mientras viajaba este fin de semana, advertí que muchos pasajeros van con sus pies en el salpicadero. Los airbags se despliegan a entre 100 y 220 millas por hora. Si te ves implicado en un accidente mientras estas sentado de esta manera, la fuerza podría lanzar tus piernas contra la cavidad de tu ojo. ¡Y sí, los pasajeros también deben llevar el cinturón de seguridad!", han compartido desde su cuenta de Facebook.

El airbag, unas veces amigo y otras enemigo

Según un estudio de RACE y la Fundación Alain Afflelou, en los últimos tiempos se ha registrado un aumento de las lesiones en la vista tras sufrir un accidente de coche y que saltase el airbag frontal. Esto se debe, según afirman estas dos instituciones, a "la generalización de estos sistemas de protección como elemento de serie en los vehículos".

Este sistema de protección pasivo de los vehículos es un avance muy efectivo para reducir los daños que puedan producirse en un accidente. Sin embargo, es necesario tomar algunas precauciones cuando un automóvil está equipado con ello. Por ejemplo, cuando se coloca una sillita de bebé en el asiento delantero es necesario desactivar el airbag, debido a que la fuerza con la que se despliega puede provocar daños en el viajero.