Anguila rebozada.

Anguila rebozada. Gtres.

Nutrición

Este es el "pescado de lujo" en España que nadie debería comer según los científicos: "Hay un incentivo perverso"

Un desmesurado alza de su precio está a punto de llevar a esta especie a su desaparición definitiva, según el CSIC.

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Sandra Ragel
Publicada

La anguila europea (Anguilla anguilla) se encuentra en peligro crítico de extinción, la categoría de amenaza más extrema, desde hace dos décadas. Sin embargo, y a pesar de su notable y creciente escasez, la anguila sigue siendo objeto de pesca y explotación comercial.

Un estudio liderado por la Estación Biológica de Doñana del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (EBD-CSIC) publicado recientemente en la revista Conservation Letters, demuestra que la propia escasez de la especie, combinada con el deseo humano de consumir productos exclusivos, genera una espiral de extinción que promueve que la anguila pueda pescarse y ser comercializada hasta su desaparición definitiva.

La explotación comercial de especies silvestres a menudo lleva al declive de sus poblaciones o a reducciones de sus áreas de distribución. En esta situación, hay que invertir más tiempo o viajar más lejos para seguir capturando individuos, hasta que llega un punto en el que el gasto realizado para obtener esas capturas no queda compensado por el retorno económico obtenido por su venta. Se produce entonces un cese de la explotación que puede permitir la recuperación.

Sin embargo, en ocasiones la escasez sobrevenida de una especie conlleva un aumento de su valor en el mercado. Ello se debe a que se suele valorar lo escaso como símbolo de estatus. Cuanto más escaso es el objeto de deseo, mayor es el precio que algunos consumidores están dispuestos a pagar por él.

Cuando esta lógica se aplica a especies que, estando en declive, siguen siendo objeto de explotación comercial, puede generarse una espiral de extinción ligada al mercado, un proceso que se retroalimenta continuamente y que favorece el aprovechamiento comercial hasta el último individuo de una especie.

“Estos procesos se han descrito en diversos organismos, como rinocerontes, pangolines o tiburones”, apunta Miguel Clavero, investigador de la EBD-CSIC y autor principal del estudio. “Ahora nuestro trabajo demuestra que está actuando también en el caso de la anguila, promoviendo su extinción”.

De plato popular a manjar de lujo

El equipo científico se ha centrado en la explotación de la angula, la forma que toma la anguila cuando las larvas provenientes del Mar de los Sargazos se acercan a la costa y penetran en ríos y humedales.

Las angulas se capturan en toda el área de distribución de la anguila europea fundamentalmente para abastecer a la acuicultura (que depende por completo de animales silvestres) y surtir acciones de repoblación. Sin embargo, en España es importante el consumo directo de estas formas juveniles, una cultura culinaria que tiene su cuna en el País Vasco.

Hasta finales de la década de los setenta, la angula era un producto abundante y un plato popular, pero el colapso posterior, con una reducción de en torno al 95% en el reclutamiento (la llegada de angulas), la convirtió en un producto de lujo. “Pensamos que era el tipo de situación que propicia una espiral de extinción ligada al mercado, así que nos pusimos a buscar los datos sobre capturas y valor en el mercado que pudiesen describir este proceso”, cuenta Clavero.

Los autores han revisado la prensa contemporánea e histórica para recopilar los precios a los que se ha pagado la anguila entre 1925 y 2024. Tras eliminar los efectos del cambio de moneda y compensar los valores teniendo en cuenta la inflación, comprobaron que el precio de la angula ha tenido un crecimiento exponencial en el último siglo: de costar el equivalente a menos de 5 euros el kilogramo en 1925, ha pasado a rondar los 1.000 euros en la actualidad.

Menos capturas y mayor precio

Antes del colapso de la anguila, el precio de la angula aumentaba en paralelo a las capturas, aparentemente en respuesta a un mayor interés en la comercialización que se asociaría a un mayor esfuerzo de pesca. Sin embargo, esta relación se invirtió a partir de 1980, cuando la abrupta reducción en las capturas de angula vino acompañada de un aumento acelerado de los precios.

“La gente está dispuesta a pagar más por artículos más exclusivos, por consumir cosas que no están al alcance de la mayoría”, explica Clavero. “La continua escalada de precios hace que siga siendo rentable pescar y comercializar angulas, incluso aunque las capturas sean miserables en comparación con las que se obtenían pocas décadas atrás”.

Una de las características de la espiral de extinción ligada al mercado que se describe en el trabajo es que el coste de explotación (el gasto invertido en la captura de las angulas), apenas se incrementa a pesar de la mengua en el número de individuos que llegan cada año a las costas.

“En realidad, los costes de explotación son en general bajos, y varían muy poco año a año, sin relación con el reclutamiento de angula. Con los precios actuales, casi cualquier captura de angula cubre los gastos de los pescadores y rápidamente se obtienen ganancias”, relata Estíbaliz Díaz, investigadora del Centro de Investigación Marina y Alimentaria (AZTI) y coautora del artículo.

La relación entre el precio de la angula y su menguante disponibilidad genera incentivos perversos para continuar con la explotación comercial de la especie, obviando su crítico estado de conservación. Para Clavero, la veda total de la pesca de anguila, incluyendo angulas, es una medida necesaria pero insuficiente.

La anguila es una especie con una importante carga cultural en diferentes partes de Europa y es el centro de un buen número de arraigadas tradiciones. En la misma situación se encuentran otras especies del género. Todas ellas son objeto de comercio a nivel global, que incluye tanto movimientos legales como ilegales, a menudo íntimamente relacionados entre sí.