La doctora María Muñoz, experta en digestivo.

La doctora María Muñoz, experta en digestivo.

Nutrición

María Muñoz, experta en digestivo: "No todo el atún es igual en España, este tipo tiene niveles peligrosos de mercurio"

Además de la cantidad de metales pesados, es importante la forma en que lo guardamos en la nevera o el tipo de aceite que contiene.

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El atún es una fuente nutricional excelente. Rico en proteínas y ácidos grasos esenciales como el omega 3, es un alimento habitual en muchas despensas españolas. De hecho, según un Informe de Consumo del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, los españoles consumen una media de 2,19 kilos anuales de este producto, siendo la conserva estrella de nuestro país.

Sin embargo, la Dra. María Muñoz, especialista en aparato digestivo, alerta sobre los riesgos no siempre bien ponderados de este alimento tan popular con un vídeo en sus redes sociales. "Elegir mal puede exponerte a niveles peligrosos de mercurio, especialmente en niños, embarazadas y personas que lo consumen con frecuencia", señala la experta en un vídeo reciente compartido en redes sociales.

La clave está en saber escoger bien el tipo de atún, ya que, en palabras de la especialista, "algunas especies tienen niveles mucho más altos". Por ello, insiste en que no todas las latas son iguales y es fundamental conocer las diferencias para reducir el riesgo de intoxicación.

Por un lado, está el atún blanco, también conocido en España como bonito del norte. Según Muñoz, esta especie "es más pequeña y tiene mucho menos mercurio, además de ser más valorada por su sabor". Esto lo convierte en una opción más saludable para quienes consumen atún de forma frecuente.

Por otro lado, está el atún claro, que suele ser "más grande y tiene más mercurio". Finalmente, el atún rojo es "de los que más mercurio acumulan", por lo que se recomienda limitar considerablemente su consumo, especialmente en grupos de riesgo como niños y mujeres embarazadas.

La experta añade además otras recomendaciones importantes sobre su conservación. "Fíjate siempre en que esté conservado al natural o en aceite de oliva virgen extra", explica. Además, subraya que, si es posible, es mejor "elegir envases de vidrio, ya que son más seguros y no presentan riesgo de migración de metales".

Por último, lanza una advertencia que muchos consumidores no siempre tienen en cuenta:: una vez abierta una lata de atún, jamás debe guardarse en la nevera dentro del mismo envase metálico. "Al quedar expuesta al oxígeno, el metal puede transferirse al alimento. Por eso, pasa el atún a un tarro de vidrio antes de refrigerarlo", puntualiza Muñoz.

Un metal en la cadena alimentaria

El mercurio es un contaminante presente en el medio ambiente por causas naturales —como la actividad volcánica— y también por acción humana, como la minería o la quema de combustibles fósiles. Cuando llega a mares y ríos, se convierte en metilmercurio, su forma más tóxica, que se acumula en peces grandes y longevos como el atún rojo o el pez espada.

Según advierte la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), el metilmercurio representa un riesgo sanitario especialmente alto para embarazadas y niños pequeños, ya que atraviesa fácilmente la placenta y puede afectar al desarrollo neurológico del feto.

Entre los potenciales efectos del mercurio sobre la salud podemos incluir los siguientes:

· Alteraciones del sistema nervioso central, especialmente en etapas tempranas del desarrollo.
· Daños en el riñón.
· Afectación del hígado y el sistema inmune.
· Problemas en el sistema reproductor y del desarrollo fetal.
· Trastornos en la función locomotora, la audición y la ganancia de peso corporal.

Los expertos explican que este riesgo se debe en gran parte a la bioacumulación, ya que los peces depredadores que ocupan los últimos eslabones de la cadena alimentaria acumulan el mercurio presente en las presas que han ido consumiendo a lo largo de su vida. Por eso, los niveles más elevados se encuentran en especies como el tiburón, el lucio, el atún rojo o el pez espada.

Además de escoger bien el atún, es importante saber que existen pescados con niveles bajos de mercurio, como la sardina, el bacalao o el jurel, que son seguros para toda la población si se consumen con moderación. Las autoridades recomiendan tomar entre 3 y 4 raciones de pescado a la semana, alternando entre especies blancas y azules, y evitando sistemáticamente aquellas con mayor riesgo en los grupos vulnerables.

Aunque los controles oficiales garantizan que los productos que llegan al consumidor cumplen con los límites legales, como explica la especialista, elegir bien el tipo de pescado es clave para reducir la exposición al mercurio y mantener una alimentación saludable y segura.