
La investigadora Sandra González Palacios.
Sandra González, investigadora: "Consumir huevos aporta lisina, el aminoácido que reduce la inflamación"
Producir escasas cantidades de ácido pipecólico por una dieta inadecuada puede incentivar procesos inflamatorios perjudiciales para el cuerpo humano.
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Un estudio del Centro de Investigación Biomédica en Red del Instituto de Salud Carlos III, en el que ha colaborado la Universidad Miguel Hernández de Elche (UMH), ha analizado cómo los ultraprocesados influyen en la microbiota de los adultos mayores con sobrepeso u obesidad y ha concluido que tienen un efecto negativo.
El aumento global del consumo de alimentos ultraprocesados se ha convertido en un fenómeno "preocupante", ya que se vincula con problemas de salud como la obesidad, las enfermedades cardiovasculares y los trastornos metabólicos. La investigación sobre este tema se ha tendido a centrar en las características nutricionales de estos alimentos y no en su impacto en otros aspectos del cuerpo, según indica la institución en un comunicado y recoge Europa Press.
El profesor Jesús Vioque, del área de Medicina Preventiva y Salud Pública de la UMH y colaborador del estudio, ha explicado que los alimentos ultraprocesados son "aquellos que se elaboran industrialmente usando sustancias derivadas de los alimentos junto con aditivos alimentarios e ingredientes superfluos, como los colorantes".
Según el experto, aunque los ultraprocesados están diseñados como productos de fácil consumo, con buen sabor y una extensa vida útil, estos no suelen contener los nutrientes presentes en otros alimentos. "Además, aportan grasas y azúcares de manera desproporcionada, por lo que un consumo habitual puede ser perjudicial para la salud", ha advertido.
El método usado fue el análisis de sus heces. De esta forma, los investigadores pudieron medir la cantidad de bacterias presentes en su tracto digestivo, además de otros elementos vitales para su organismo. Tras el análisis, pudieron asociar el consumo de los alimentos ultraprocesados con una disminución en el número de bacterias beneficiosas y metabolitos responsables de la transformación de nutrientes en energía.
Para realizar el estudio, los investigadores asignaron aleatoriamente a los participantes al grupo de intervención y al grupo control. El grupo de intervención seguiría el programa PREDIMED-Plus, basado en una dieta mediterránea baja en calorías, en la promoción de la actividad física y en el apoyo conductual para la pérdida de peso. El otro, en cambio, mantendría su estilo de vida. Un año después, se repitieron las entrevistas, las mediciones y la recogida de heces.
En el estudio participaron un total de 385 individuos procedentes de centros sanitarios de Alicante, Barcelona, Reus y València. Se incluyeron hombres y mujeres de entre 55 y 75 años, con sobrepeso u obesidad, que no padecieran una enfermedad cardiovascular al comienzo del estudio y que cumplieran al menos tres criterios de síndrome metabólico. Este síndrome es un conjunto de factores que aumentan la probabilidad de padecer enfermedades cardiovasculares y diabetes mellitus tipo 2.
Según Sandra González Palacios, investigadora del grupo de Epidemiología de la Nutrición de la (EPINUT UMH) y colaboradora del estudio, los resultados mostraron que los participantes que habían seguido el programa PREDIMED-Plus habían sufrido una "gran reducción" en su índice de masa corporal y la circunferencia de su cintura, así como una mejora significativa en la actividad física y el consumo de fibra.
"En la primera medición, los participantes con más alimentos ultraprocesados en su dieta tenían una cantidad menor de microbiota en su tracto intestinal, lo que afecta negativamente al metabolismo energético y a la función inmunitaria", ha explicado la experta. Además, se observó que la dieta alta en ultraprocesados estaba vinculada a una menor concentración de ácido pipecólico en las heces, un aminoácido producido por bacterias que contribuye a la modulación inmunitaria.
"Una cantidad reducida de ácido pipecólico puede incentivar procesos inflamatorios que son perjudiciales para el cuerpo humano. Aunque a veces se usa el término 'inflamación' como sinónimo de 'sentirse hinchado', no son lo mismo. La hinchazón es una molestia digestiva puntual, pero la inflamación celular es un proceso más sostenido que afecta al funcionamiento del organismo y que tiene que ver con la falta de ácido pipecólico", ha precisado González.
Como el ácido pipecólico no se encuentra de forma abundante en los alimentos, la experta ha recomendado consumir legumbres, frutos secos no procesados, pescado azul, huevos y algunos cereales integrales. "Estos alimentos contienen lisina, el aminoácido que el cuerpo necesita para fabricar ácido pipecólico", ha afirmado la investigadora.