
La nutricionista Bea González.
El truco de la nutricionista Beatriz González para perder grasa en España: "Yo prefiero hacer muchas comidas"
La pérdida de grasa sigue siendo el Santo Grial de la salud pública: todo el mundo la busca, pero nadie sabe a ciencia cierta cómo conseguirla.
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Lograr una pérdida de grasa adecuada, continua y mantenida, sin perder masa muscular o sufrir un déficit nutricional no es nada fácil, especialmente en cuanto a mantener la constancia se refiere. Actualmente existen muchas posibilidades y modificaciones a realizar en los patrones dietéticos actuales, partiendo de la base de un patrón dietético saludable: más o menos comidas al día, ayuno intermiente o sin ayuno, con ejercicio de fuerza o de resistencia, o una combinación de ambos. Las posibilidades, basándonos en la evidencia científica, son inmensas.
Recientemente, la nutricionista Beatriz González ha querido analizar este tema en una publicación en la red social TikTok, analizando las costumbres de unos y otros alrededor de la búsqueda de la pérdida de grasa. Como ya se está empezando a ver en los estudios, no existe una conclusión clara y general para todo el mundo; dependerá de muchos factores, como explica González.
Pérdida de grasa: más o menos comidas
Lo primero que se pregunta la nutricionista es si "¿para perder grasa es mejor hacer pocas comidas muy abundantes o muchas comidas pero poco abundantes?". Pero, como ella misma explica, este concepto tiene truco: si al final de la jornada hemos consumido el mismo número de calorías, mismo número de gramos de grasa, proteína y carbohidratos, la realidad es que el número de comidas será totalmente indiferente en la búsqueda de la pérdida de peso (o la ganancia del mismo).
Antiguamente se solía pensar que comer más veces al día aceleraba el metabolismo, dado que implicaría comer cada tres o cuatro horas si seguíamos el consejo de "comer cinco veces al día". Hoy en día sabemos que no existe evidencia científica que respalde este consejo, y que este patrón no siempre ayudará a controlar el hambre y potenciar la pérdida de grasa en todo el mundo. De hecho, habrá gente que necesitará hacer solo tres comidas y otros que necesitarán hacer cinco, o incluso seis, dependiendo de gustos, circunstancias, e incluso de las adaptaciones individuales a los estudios o trabajo del día a día.
De hecho, González ya lo clarifica desde el inicio: la mejor forma de perder grasa será la que se adapte mejor a nosotros, y eso dependerá mucho de cada persona y de sus circunstancias vitales, por lo que no es adecuado caer en los generalismos: "hay personas a las que, al empezar a comer, se les abre mucho el apetito y les cuesta mucho comer poco, optando siempre por cantidades abundantes. Seguramente para estas personas sea mejor hacer ayuno intermitente o hacer tres comidas abundantes al día" explica González. "En cambio, hay personas que no pueden estar mucho tiempo sin comer porque esa sensación de hambre les genera ansiedad, haciendo que coman impulsivamente y devorando la comida sin ser plenamente conscientes de lo que llevan a su boca"
De hecho, en este aspecto cabe recordar que el organismo humano produce adaptaciones cuando se ve sometido a una restricción calórica. La termogénesis adaptativa implica una ralentización de la pérdida de peso a largo plazo, dado que el cuerpo humano actúa conservando la energía, como si se estuviese viendo sometido a una inanición. Conocer estas adaptaciones es esencial, dado que es posible reducirlas en parte, y psicológicamente puede ayudarnos a mantener la constancia en la búsqueda de la pérdida de peso.
Como conclusión, González vuelve a recalcar que la mejor forma de perder grasa no existe, sino que dependerá de las preferencias de cada uno y de la adherencia a uno de estos patrones. Si nuestra costumbre es comer en mayor cantidad y menos veces al día, no ganaremos nada haciendo más comidas menos abundantes, y esto incluso podría generarnos ansiedad y entorpecer el proceso de pérdida de peso. Al final, se trata de llevar a cabo un patrón alimentario sensato y que sea posible seguir a largo plazo, sin que nos genere malestar.