Patatas peladas.

Patatas peladas.

Nutrición

Adiós a las patatas típicas españolas: por qué los médicos recomiendan estas japonesas

Esta variedad de patata que procede de la isla de Okinawa contiene un bajo índice glucémico y un alto poder antioxidante poco frecuentes en tubérculos.

23 mayo, 2024 12:27

Mientras que en España estamos empezando a renegar de la patata, existe una isla en Japón en las que están consideradas como la fuente de la longevidad. Aunque son uno de los alimentos básicos en las dietas de todo el mundo, la Universidad de Harvard fue una de las primeras instituciones que advirtió sobre el uso que hacíamos de ella. En su Plato para comer saludable, un esquema que sustituye a la tradicional pirámide de los alimentos, la famosa universidad explica que las patatas no podían formar parte del grupo de los vegetales.

Tal y como explica el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), el contenido de hidratos de carbono es el contenido más destacable con el que cuenta: sobre todo, en forma de almidones, pero también de glucosa, fructosa y sacarosa. Sin embargo, "la fibra está presente en cantidades discretas", explica el MAPA. Esto hace que las patatas sean una hortaliza con un alto índice glucémico, es decir, que se transforma en azúcares simples y se absorben rápidamente formando picos de glucosa en sangre.

Pero, además, las patatas se consumen en muchas ocasiones como una guarnición: o bien fritas o bien en puré. Ambas elaboraciones no hacen más que agravar el problema que representan las patatas: cuando las freímos retienen una gran cantidad de grasa porque son un alimento muy poroso y cuando las trituramos descomponemos más rápidamente sus azúcares y aumentamos, de esta manera, su índice glucémico. Ahora bien, si somos conscientes de cuáles son sus nutrientes, las patatas no tienen por qué representar un peligro para la dieta.

La dieta de Okinawa

La isla de Okinawa, que está en Japón, es una de las zonas azules del mundo. Es decir, una de las regiones en las que más proporción de centenarios viven. Precisamente en esta, las patatas tienen una importancia crucial en la dieta. Aunque la dieta de los japoneses es considerada, junto a la mediterránea, como una de las más saludables del mundo, la de esta pequeña isla tiene una serie de características diferentes. Una de ellas es que se encuentra enmarcada en un estilo de vida activo y donde se practican técnicas de meditación asociadas a la comida.

"La dieta tradicional de Okinawa es baja en calorías y en grasa mientras que es abundante en carbohidratos. Hace énfasis en las verduras y en los productos de la soja, además de un consumo ocasional y reducido de fideos, arroz, cerdo y pescado", explica el portal Healthline. "En los últimos años, la modernización de la producción de alimentos y los hábitos dietéticos han conducido a una variación en los macronutrientes de esta dieta. Sigue siendo baja en calorías y predominan los carbohidratos, pero ahora contiene más proteína y grasa".

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Debido a la longevidad de los habitantes de Okinawa, muchas personas se han mostrado interesadas en seguir esta dieta. En torno al 60% de la dieta está formada por verduras, entre las que cuentan unos boniatos conocidos como imo, otro 33% está formado por cereales, sólo un 5% procede de productos de la soja, como el tofu, el miso, el natto y el edamame, entre un 1% y un 2% de carnes de animales y un 1% de alcohol, té o especias.

La patata de la longevidad

Entre estos alimentos destaca el imo, que es un tipo de boniato que durante siglos fue considerado como una comida de pobres hasta que se descubrió su potencial para alargar la vida. Existen dos variedades: la más frecuente en la isla es la satsuma imo que tienen la pulpa de color amarillento, pero son las beni imo las que más populares se han hecho. La pulpa de estas últimas tiene un color morado oscuro característico y que pone de manifiesto la alta cantidad de componentes antioxidantes que contiene.

Entre las bondades de estas patatas moradas se encuentran, según este artículo de la revista científica Mechanisms of Ageing and Development, se encuentran un potente efecto antioxidante y un bajo índice glucémico, poco habituales en los tubérculos. Los beni imo son de color morado porque contienen antocianinas, la misma sustancia antioxidante que da su color característico a la lombarda o a los arándanos. Sin embargo, el estudio afirma que el poder frente a los radicales libres del beni imo es superior incluso al de las bayas de saúco.

Si bien los boniatos, el tipo de tubérculo que se parece más a los beni imo, no tienen un índice glucémico tan alto como el de las patatas, en el caso de los imo es especialmente bajo. Mientras que la patata que consumimos en España tiene un índice glucémico que ronda el 70 sobre 100, las satsuma imo cuentan con un 55, pero las beni imo, con un 34, según el mismo estudio. "Tomar estas imo como alimento básico, como solían hacer los habitantes de Okinawa que seguían la dieta tradicional, resulta un plato con un índice glucémico bajo", resume el artículo.