Langostinos sobre una bandeja de hielo.

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Nutrición

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Un estudio de la Universidad Autónoma de Madrid ha relacionado las dietas con un alto contenido de zinc con una menor fragilidad en ancianos.

19 marzo, 2022 02:26

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El consumo de zinc a través de la dieta se asocia con un menor riesgo de deterioro de la función física y síndrome de fragilidad en personas mayores, según un estudio realizado por investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) y el Centro de Investigación Biomédica en Red de Epidemiología y Salud Pública (Ciberesp).

Las autoras principales, Verónica Vega-Cabello, Esther López-García y Ellen Struijk, aclaran que una ingesta adecuada y suficiente de zinc se puede lograr a través de una dieta saludable que incluya alimentos ricos en este nutriente, como carnes, cereales, leche y productos lácteos.

El zinc es un mineral traza con funciones esenciales para la salud humana. Interviene en mecanismos moleculares como mediador de estrés antioxidante y antiinflamatorio, de manera que podría ser un nutriente clave en procesos asociados al envejecimiento no saludable, como el deterioro de la función física y la fragilidad, en parte causados por un estado de inflamación de bajo grado.

El estudio

Por ello, analizar el consumo de zinc en relación con el deterioro de la función física y fragilidad es el objetivo de este estudio prospectivo, donde se ha analizado información de 2.963 adultos mayores de 60 años de la cohorte española Seniors-ENRICA, iniciada en 2008-2010 y con el último seguimiento realizado en 2017. Los resultados se han publicado recientemente en la revista Journals of Gerontology: Series A Medical Science.

Los resultados muestran que un consumo mayor de zinc a través de la dieta habitual estaba asociado a un menor riesgo de deterioro de la función física y de fragilidad incidentes después de nueve años de seguimiento.

En cuanto a los posibles mecanismos implicados en esta asociación, destaca la intervención del zinc en la modulación de vías de señalización de producción de citoquinas inflamatorias por la proteína A-20 y la regulación de proteínas de unión al zinc, como el factor NRF2 o metalotioneínas, implicadas en la activación de expresión génica de enzimas con función antioxidante que participan en la reducción de radicales libres, y que a su vez previenen respuestas inflamatorias.

Estudios experimentales evidencian la reducción de marcadores inflamatorios tras la suplementación de zinc, por lo que es posible sugerir que la asociación encontrada pueda ser explicada por estos mecanismos.

Dieta y envejecimiento

El envejecimiento de la población a nivel mundial es un importante reto de salud pública. En concreto, el deterioro de la función física y la fragilidad son condiciones que manifiestan un envejecimiento no saludable que pueden llevar a la discapacidad y muerte prematura.

Por ello, el foco está puesto en identificar factores específicos de la dieta que puedan estar asociados a estas condiciones para diseñar estrategias enfocadas al estilo de vida que prevengan o ralenticen el deterioro físico en personas mayores.