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Nutrición Microbiota

Lo que les ocurre a tus intestinos si tomas una comida ultraprocesada cada día

La microbiota no solo está formado por bacterias: otros microorganismos juegan un importante papel para metabolizas los ultraprocesados.

28 mayo, 2021 01:37

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La relación entre el microbioma intestinal y diversos tipos de enfermedades, desde patologías metabólicas a neurológicas, es un tema de interés en España. Sin embargo, de forma "errónea", toda la información y estudios al respecto de la microbiota se han centrado única y exclusivamente en las bacterias intestinales. Pero hay mucho más.

Nuestro tracto gastrointestinal sirve de hábitat para multitud de microorganismos además de las bacterias, como son los virus, protistas, arqueas y hongos, que viven en sinergia con las células humanas, y que se han estudiado de forma muy puntual.

Ahora, un nuevo trabajo publicado en Communications Biology, a cargo de Kent Willis y sus colegas de la Universidad de Alabama en Birmingham, sugiere que los hongos intestinales tendrían un importante papel en el microbioma, y también en las respuestas metabólicas relativas al impacto de los alimentos ultraprocesados.

Hongos, los olvidados del intestino

En este caso, Willis y sus colegas analizaron el papel de los hongos, como mohos y levaduras, dentro del microbioma intestinal de ratones. Pudieron comprobar así que su microbioma se habría formado en base al ambiente y la dieta, y que todos estos microorgansismos colaborarían en las respuestas metabólicas.

Sería un paso importante en las investigaciones que analizan el microbioma intestinal, dado que anteriormente solo se tenía en cuenta a las bacterias, y hay muchos otros microorganismos que podrían alterar los resultados de cualquier estudio al respecto.

Durante el estudio, los investigadores observaron hongos de la parte del intestino delgado denominada yeyuno, la localización donde se sabe que hay más diversidad de hongos. Además, se sometió a los sujetos del ensayo a una dieta procesada, imitando a la típica dieta occidental humana rica en carbohidratos procesados.

Según sus hallazgos, los ratones que consumieron la dieta procesada también eran los que poseían mayores diferencias en las comunidades de hongos a nivel intestinal, en comparación a los ratones alimentados con una dieta estándar.

Estas diferencias también provocaron cambios a nivel metabólico: mayor deposición de grasa en el hígado, adaptaciones metabólicas en diversos tejidos, y alteraciones de biomarcadores metabólicos. Concretamente, los hongos de los géneros Thermomyces y Saccharomyces fueron los que más se relacionaban con alteraciones metabólicas y aumentos de peso en ratones.

La dieta altera el microbioma

Como anécdota dentro del estudio, los investigadores solicitaron grupos de ratones genéticamente idénticos de cuatro proveedores de animales diferentes. Se sabe que las comunidades de bacterias intestinales varían significativamente según el proveedor, y en el caso de los hongos no hubo excepciones: la variabilidad de comunidades de hongos entre ratones de un proveedor y otro fue dramática.

Había un grupo de ratones con hasta cinco géneros de hongos únicos, mientras que los otros tenían tres, dos y un género único, respectivamente. Además, las comunidades de bacterias habituales también eran muy diferentes entre grupos.

Posteriormente, en base a esto, los investigadores fueron midiendo cómo variaban las comunidades de bacterias y hongos con el paso del tiempo y la dieta.  También se centraron en uan cuestión importante: ¿Los hongos detectados en el intestino de los ratones provienen de la dieta, o se encontraban siempre ahí y simplemente han aumentado su cantidad tras replicarse en base a la dieta?

Así pues, analizaron los gránulos de comida que les daban y contenían algunos hongos, y el contenido intestinal de los ratones previamente a iniciar las dietas procesada y estándar, respectivamente. Según sus hallazgos, los hongos intestinales serían "colonizadores comensales".

Es decir, que cada grupo de ratones poseería unas comunidades de hongos propia que aumentaría en cantidad según el ambiente y la dieta, y después irían colonizando el intestino según diversos factores, pero no provendrían de la dieta como tal. Ya estaban ahí previamente.

Este sería, según los investigadores, uno de los primeros trabajos que podría sentar la base de futuros modelos de investigación sobre microbioma intestinal, donde debería tenerse en cuenta tanto a las bacterias como a los hongos como a otros microorganismos.