El fenogreco, también conocido por alholva o fenugreco y denominado como Trigonella foenum-graecum en su nombre científico, es una planta con flor que pertenece a la familia de las fabáceas y cuya semilla está considerada como un superalimento por sus múltiples propiedades beneficiosas para la salud. Se puede encontrar, mayoritariamente, en los países del sur de Europa aunque es originario del sudoeste asiático, el lugar donde más plantaciones existen en la actualidad. Su uso medicinal ya estuvo recogido en una orden de cultivo emitida por Carlomagno entre los siglos VIII y IX y los antiguos egipcios la empleaban para embalsamar a sus muertos y combatir las arrugas.

En la actualidad el uso más extendido del fenogreco  es como especia en la cocina o como ingrediente germinado en las ensaladas por su gusto que recuerda al curry. No obstante, sus semillas esconden cualidades muy interesantes para el organismo. En primer lugar, está considerado un potente galactogogo. Es decir, que se emplea para producir más leche en las madres lactantes e incluso se ha asociado al aumento del tamaño del pecho sin necesidad de pasar por el quirófano. No obstante, desde la Asociación para la Promoción e Investigación Científica y Cultural de la Lactancia Materna (APILAM) difieren de su uso.

Afirman que los estudios y controles son escasos, que no se han investigado sus propiedades con garantías y que otras investigacions no han encontrado evidencias de su efecto galactogogo, por lo que consideran que urge una mayor indagación antes de hacer recomendaciones clínicas. Apuntan, eso sí, que las madres pueden consumirlo con moderación porque no es tóxico; pero teniendo en cuenta que en grandes dosis puede producir hipoglucemia y que está desaconsejado en embarazadas porque podría desencadenar contracciones y, por lo tanto, riesgo de aborto. Un beneficio que sí está constatado es que incrementa el apetito gracias a su contenido en trigonelina, una sustancia empleada en el tratamiento de la anorexia.

Empleado regularmente en la dieta contribuye a disminuir la ansidedad por la comida y estimular el crecimiento del cabello. El fenogreco también se ha hecho muy popular entre los deportistas por su efecto anabólico y su alto contenido en minerales. Diversos estudios lo han considerado, asimismo, útil para mantener a raya los niveles de glucosa en la sangre. Además, los investigadores de la Universidad de Annamalai Nagar (India) han observado que podría ser muy eficaz para proteger la mucosa gástrica y prevenir úlceras. De hecho, al comparar su efecto con el del omeprazol en ratones, las semillas habrían ganado la partida a la química.

Valor nutricional del fenogreco

El valor nutricional por 100 gramos de fenogreco es el siguiente:

Calorías: 324 kcal.

Hidratos de carbono: 58,35 g

Fibra: 24,6 g

Grasas totales: 6,41 g

Proteínas: 23 g

Calcio: 176 mg

Magnesio: 191 mg

Fósforo: 296 mg

Potasio: 770 mg

Cómo tomar fenogreco

El sabor del fenogreco es ligeramente amargado y, como anticipábamos, con toques que recuerdan al curry. Sus semillas se pueden disfrutar enteras, trituradas, tostadas, germinadas o en complementos. Todavía no es fácil de encontrar en los supermercados, así que para comprarlo tendremos que dejarnos caer por el herbolario o las tiendas especializadas en productos ecológicos. Suele comercializarse en bolsas que no superan los 200 gramos o en botes de unas cien cápsulas que habrá que incorporar siguiendo las instrucciones del distribuidor.

De consumirlo al natural, una de las fórmulas más sencillas es hacerlo en infusión o emplearlo en cocina para aderezar, por ejemplo, arroces o guisos. También se pueden incorporar a las masas para enriquecerlas y sus cualidades se potencian enormemente si su consumo se hace después de la germinación. Podría parecer un proceso muy engorroso, pero es más fácil de lo que parece y en este otro artículo de EL ESPAÑOL te explicamos cómo germinar las semillas según nuestras necesidades.

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