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    Navidad sin aumento de peso

    Los más pequeños son, probablemente, los más ilusionados por la inminente llegada de la Navidad. Para muchos adultos, sin embargo, estas fechas vienen acompañadas de preocupaciones por la organización de reuniones, los gastos a los que nos enfrentamos y, por si fuera poco, al posible aumento de peso provocado por las grandes comilonas. Las Navidades acaban en España después de Reyes con una ineludible cita con la báscula.

    Aunque no lo creamos, sobrevivir a las Navidades sin ganar peso es posible. Una gran variedad de los alimentos tradicionales de estas fechas no favorecen el sobrepeso y menos si los tomamos con moderación. Los langostinos, el pescado al horno o la lombarda son ejemplos de alimentos navideños que no provocarán nuestro aumento de peso y tampoco perjudicarán nuestra salud.

    De todas formas, estas fechas son conocidas por el exceso. A estos platos añadimos un sinfín de aperitivos nada saludables, dulces tradicionales de postre y, por supuesto, varias copas de bebidas alcohólicas variadas. A partir de enero comienzan los buenos propósitos y la operación bikini. Sin embargo, si quieres comenzar estos regímenes y buenos hábitos con ventaja, huye de estos 4 alimentos navideños que los expertos recomiendan evitar.

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    Las gulas

    Las angulas del pueblo fueron una auténtica revolución cuando estos diminutos pescados pasaron a costar un ojo de la cara. Baratas, sabrosas y con un aspecto muy similar a las crías de anguila que trataban de imitar. Las gulas se han hecho muy populares y es fácil encontrarlas en la cesta de la compra de muchas familias en cualquier época del año. Sin embargo, no son saludables y no debemos contarlas como una ración de pescado.

    Esta especie de fideos "llevan restos de otros pescados (de desconocida procedencia) junto con aceites refinados como el de girasol, almidones modificados, sal, potenciadores del sabor (glutamato monosódico), extracto de vino, azúcar y algunos colorantes", explica Carlos Ríos, dietista-nutricionista conocido en las redes como el iniciador del movimiento Realfooding. Es decir, las gulas son un alimento ultraprocesado de manual.

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    Los palios de cangrejo

    Aunque durante años se hayan vendido como el complemento perfecto para una ensalada o para un sándwich vegetal, no debemos engañarnos: los palitos de cangrejo no son un alimento saludable. Es posible que esta Navidad nos los encontremos en multitud de canapés creativos o adornando una festiva ensaladilla. No pasa nada por comerlos como una ocasión especial, pero no te dejes convencer por tu cuñado si te dice que es pescado.

    Este alimento peca del mismo problema que las gulas. Está elaborado con ese batiburrillo de ingredientes malsano conocido como surimi. De hecho, algunos expertos en nutrición consideran estas varitas como la salchicha Frankfurt del mar. Mientras que los pescados se caracterizan por un buen aporte de proteínas y de grasas cardiosaludables, el contenido más abundante de estos palitos son los hidratos de carbono. Una prueba de que no son lo mismo.

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    El huevo hilado

    ¿Qué es ese matojo naranja y de sabor dulce que ha aparecido este año en el margen de todos los platos y en lo alto de los canapés? Se llama huevo hilado y hace unas décadas fue lo más en la elaboración de aperitivos caseros para ocasiones especiales. Ahora, aunque se ha quedado un poco anticuado, es posible verlo en más de una mesa de Navidad.

    Si bien es cierto que este alimento se pone —casi siempre— en pequeñas cantidades para dar una pizca de color y dulzor, supone un extra de azúcar para una cena que, de por sí, es bastante calórica. Tal y como se explica en este artículo de EL ESPAÑOL, la proporción de azúcar añadido en este producto se encuentra en torno al 30%. Es decir, se trata de un pequeño detalle que dispara el riesgo de sobrepasar el consumo razonable de azúcar, que según la Organización Mundial de la Salud (OMS) no debe superar el 10% de nuestra dieta.

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    El cava

    A esta bebida española se le ha acusado durante años de ser un sucedáneo del champán francés. Y, aunque muchas de esas críticas vienen de nuestro propio país, se trata de dos espumosos diferentes y que, según los expertos, ninguno es mejor que el otro. Es decir, que existen cavas excelentes y champanes horribles, y viceversa. Aunque despedir este 2020 bien merece una copa de cava, esta no aportará nada a nuestra salud.

    Lo típico en Navidad suele ser tomar una copa de este vino al final de las cenas y comidas, sobre todo en Nochevieja y Año Nuevo, para atraer la buena suerte. Sin embargo, en ese punto de la velada la mayoría ya hemos bebido unas cuantas copas de vino o, incluso, de cerveza. La molécula del alcohol, el etanol, es tóxica y genera adicción. "No hay que pensar que un tipo de bebida o una cierta cantidad son inofensivos. Como todas las drogas, la intoxicación depende de los gramos que se consumen", explica Francisco David Fernández García, bioquímico y autor del libro Cerebro y alcohol en este artículo de EL ESPAÑOL.