Unas patatas fritas de bolsa.

Unas patatas fritas de bolsa. Pixabay

Nutrición Aperitivos

El 'nuevo' sustituto de las patatas fritas que no es tan saludable como crees

Las cortezas de bacalao pueden parecer saludables a primera vista por estar hechas de pescado, pero no son mejores que las patatas fritas.

15 noviembre, 2020 02:12

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Picar entre horas es una costumbre que, aunque sabemos que no deberíamos practicarla, es casi inevitable. Si aprovechamos esos momentos para tomar fruta o frutos secos, pueden ser muy provechosos para la salud. Sin embargo, en España, un país que presume de practicar la dieta más saludable —la mediterránea—, también hemos caído en la trampa de los aperitivos procesados que echan por tierra la buena alimentación.

De este grupo de alimentos tan apetecibles como perjudiciales, la patata frita de bolsa es la reina indiscutida. Todo el mundo recuerda este producto desde su infancia y pocas son las personas a las que no le gustan. Ahora bien, abusar de ellas es fatal para nuestra salud. El epidemiólogo Miguel Ángel Martínez-González escribe en su libro Salud a ciencia cierta que se trata del alimento más asociado a la obesidad, según la Universidad de Harvard.

Es difícil desprenderse de este aperitivo que está presente en cada bar y en cada casa que visitamos. En vez de lanzarnos a los frutos secos —al natural o tostados, sin sal y en una ración moderada— o a las aceitunas, hemos intentado buscar un sustituto perfecto con forma de chip y crujiente. Con este objetivo, algunas personas han cambiado patatas por cortezas de cerdo —ya que no tienen carbohidratos— o por otras verduras fritas.

Un nuevo 'snack'

Huelga decir que ninguna de estas opciones puede considerarse mejor o más saludable. En los últimos años, se ha añadido a los chips que compiten contra las patatas fritas un nuevo producto: las cortezas de bacalao. Al igual que las cortezas de cerdo se elaboran con la piel de este animal, esta novedad se prepara con la piel de dicho pescado. Una propuesta culinaria que a muchos puede parecerles muy extraña, pero, quizás, más saludable.

Unas cortezas de bacalao.

Unas cortezas de bacalao. Wikimedia

Pues bien, las cortezas de bacalao tampoco son el alimento más interesante que podemos tomar como picoteo. Tal y como recuerda la Fundación Española del Corazón (FEC) en su página web, el pescado es un alimento muy saludable que destaca por su alto contenido en proteínas de alta calidad, grasas saludables —más abundantes en el pescado azul— y vitaminas y minerales importantes para la salud. Pero la inmensa mayoría de estos nutrientes beneficiosos se encuentran en la carne y no en la piel.

De hecho, este organismo de salud recomienda quitar esta piel porque "puede contener contaminantes nocivos para la salud". Sin embargo, este artículo de EL ESPAÑOL recuerda que el consumo de pescado —piel incluida— en España es seguro. Si la piel se ha lavado y se le han quitado todas las escamas, no hay ningún problema por comerla. Pero este bocado, si no va acompañado de la carne del pescado no aporta, prácticamente, ningún beneficio típico de los pescados.

Lo que hay en el 'súper'

Las cortezas de bacalao que se comercializan en el supermercado son un producto bastante calórico. Estas cortezas que pueden obtenerse en las tiendas de congelados de La Sirena aportan por cada 100 gramos casi 500 kilocalorías. Es decir, prácticamente lo mismo que unas patatas fritas de bolsa, como estas de los supermercados DIA. Cualquiera de estas dos opciones facilita al consumidor superar el número de calorías diarias recomendadas y, por tanto, favorecen el sobrepeso.

Pero, ¿en qué se diferencian desde el punto de vista nutricional? La mitad de la composición de una patata frita son hidratos de carbono, básicamente los almidones de la patata. Después contienen un 35% de grasas procedentes de la fritura en aceites que, normalmente, no suelen ser de buena calidad cuando se compran procesadas. Las cortezas de bacalao se diferencian, principalmente, por su bajo contenido de hidratos de carbono: tienen poco más de un 8%.

El porcentaje de grasa es similar, ya que se sitúa en torno al 30%, de todas ellas, una bajísima cantidad son ácidos grasos omega-3 —140 miligramos por cada 100 gramos de cortezas de bacalao—. Buena parte de la grasa procedería, como en las patatas, de la fritura. Por lo que sí destacan estas cortezas de bacalao es por su contenido de proteínas que ronda el 50% de la composición. Pero ¡ojo! porque la proteína más habitual en la piel del pescado es el colágeno y el cuerpo no la absorbe tan bien como otros tipos de proteína.