• 1 de 5

    Un auxilio para la cuarentena

    En tiempos de coronavirus, las latas y botes de alimentos en conserva emergen como la salvación de muchos ciudadanos, que se han visto obligados a recluirse en sus casas por la pandemia declarada por la OMS. Las conservas son, sin exagerar, una obra magna de la ingeniería alimentaria que, desde hace años, nos hacen la vida mucho más fácil al alargar la vida útil de todo tipo de productos perecederos: desde el pescado a las lentejas, pasando por las judías, los melocotones o la mermelada.

  • 2 de 5

    Son sanas (si el alimento es saludable)

    Los garbanzos de bote, o el atún de lata al natural, o unos pimientos envasadas son alimentos saludables cuya composición no se ve alterada por el hecho de estar metidos en un recipiente y envasados al vacío. Aquellos que defienden que no lo son suelen señalar siempre la presencia del ácido etilendioaminotetraacético o EDTA (E-385), un aditivo que se utiliza en la industria para que no se oxiden los alimentos y se contaminen. La realidad es que habría que consumir una cantidad ingente de conservas (más de 30 kilos de legumbres de bote al día) para que esta sustancia pudiera causarnos algún tipo de problema. Lo recomendable, eso sí, es vigilar que no tengan una cantidad excesiva de sal.

  • 3 de 5

    Cuánto dura realmente una lata

    Una lata de atún en conserva puede durar la friolera de seis años almacenada a temperatura ambiente, tal y como explica el tecnólogo de los alimentos y divulgador Mario Sánchez. Esto es debido a que estos productos se esterilizan para alargar su vida útil y se les aplica un tratamiento térmico de hasta 150 grados. Sin embargo, el hecho de que duren tanto tiempo y que puedan comerse hasta cinco o seis años después, no significa que sus propiedades mejoren como ocurre con el vino en todos los casos. Una vez abiertas, eso sí, han de guardarse dentro de la nevera y consumirse en un plazo de 24 horas máximo.

  • 4 de 5

    Cuándo están en mal estado

    Si una conserva de lata está abollada, oxidada o al presionar la tapa no vuelve a su posición inicial, sospecha. Es más que posible que se encuentre en mal estado y que la seguridad alimentaria del producto se vea comprometida. Así, otra señal habitual en los botes de legumbres puede ser que no hagan su clásico ruido al desenroscar la tapadera. Tal y como explicamos en este artículo, esto podría decir que el aire está pasando al interior y, por lo tanto, puede haberse contaminado. De la misma forma, si una conserva en lata está hinchada, desconfía: puede haber sido colonizada por la bacteria Clostridium botulinum o toxina botulínica.

  • 5 de 5

    Y el liquidito, qué

    El común de los mortales piensa que el líquido de las conservas, que realmente se llama líquido de gobierno, puede ser perjudicial para la salud y que hay que escurrirlo. No es necesario y es totalmente seguro. De hecho, si lo eliminamos, es probable que estemos perdiendo algunos micronutrientes a la par que eliminaríamos la sal que contiene. En cualquier caso, ya sea en unos berberechos, en unos mejillones, o en un bote de alubias, el líquido de gobierno es totalmente seguro.