Sequía en el embalse de La Viñuela, ubicado en La Axarquía.

Sequía en el embalse de La Viñuela, ubicado en La Axarquía. Álex Zea / Europa Press

Meteorología

2024, el año en el que 'El Niño' se saldrá de la tabla: del invierno cálido a las DANAs más potentes

Aunque se trata de un fenómeno natural, el calentamiento anómalo que ha sufrido el agua del mar en 2023 presenta consecuencias imprevisibles.

31 diciembre, 2023 02:14

2023 ha supuesto un antes y un después en el calentamiento global, batiendo todos los récords de temperaturas y coronándose como el año más cálido de la historia. Las previsiones para 2024 auguran que la tendencia continuará, incentivada por un fenómeno cíclico que afecta a todo el planeta y que lleva meses en curso.

Se trata del calentamiento anómalo de las aguas en el Pacífico a la altura del Ecuador, un hecho al que los pescadores peruanos dieron el nombre de 'El Niño' porque tendía a coincidir con la Navidad. 

"El Niño es la fase caliente del ENSO (El Niño-Southern Oscillation). Puede darse aproximadamente de cada tres a siete años, y no tiene una periodicidad regular, pero normalmente dura entre 12 y 18 meses", explica Samuel Biener, climatólogo de Meteored.

Este fenómeno se caracteriza por un gran calentamiento del agua en el centro y este del Pacífico ecuatorial "por el debilitamiento de los vientos alisios". Y sus principales efectos se dejan sentir a miles de kilómetros, aunque a la larga afectan al clima de todo el planeta. "Sudamérica se lleva la peor parte", explica Biener.

"Perú y Ecuador tienen temperaturas muy altas, y puede sufrir grandes inundaciones. Las sequías pueden ser catastróficas en Australia o el sur de África". Pero si los ciclos del ENSO son naturales, el calentamiento oceánico ya se va a encontrar con una temperatura del agua insólita, fruto del calentamiento inaudito experimentado a lo largo de 2023. En palabras del climatólogo, "los últimos 'Niños' se están viendo 'dopados' por los efectos de calentamiento global".

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Al encontrarse las aguas tan cálidas, los fenómenos "se retroalimentan" y redundan tanto en un aumento de la temperatura del agua como en la virulencia de los fenómenos meteorológicos extremos que se están produciendo en todas partes del mundo. Todo sumado, "es bastante probable" que "2024 sea el año más cálido desde que hay registros", adelanta Biener.

Sería el año, además, en el que alcanzaríamos "puntualmente" el umbral del grado y medio que marca como límite al calentamiento el Acuerdo de París. "No se esperaba hasta dentro de unas décadas", valora el climatólogo. "Lo que está sucediendo este año nos sorprende a todos".

¿Cómo afecta a España?

Al producirse al otro lado del globo, la señal del Niño llega "muy debilitada" a España y al resto de Europa. Sin embargo, cuando coincide con los meses frío, "se suelen asociar con inviernos cálidos y húmedos" en nuestra región, apunta Biener. Eso se traduciría en el desplazamiento del anticiclón de bloqueo que domina en estos momentos sobre nuestro país y al descenso de "un chorro polar muy fuerte " que permitiría la circulación de borrascas desde el Atlántico.

A pesar de tener un nombre "tan espectacular", matiza Biener, el chorro polar implica que predominen los vientos del oeste, húmedos y templados. De ahí que la siguiente fase del Niño, prevista hasta primavera, pueda dejar abundantes lluvias especialmente en la vertiente atlántica, acompañadas de temperaturas moderadas.

Los efectos en el Mediterráneo, finalmente, serían demasiado débiles como para alterar la situación en comparación con otros factores más cercanos como el WeMO (Oscilación del Mediterráneo Occidental).

No es una buena noticia para las regiones más afectadas por la sequía en España, especialmente Cataluña, el Levante o el Sureste. "Todo lo contrario: lo que tendríamos son temporales de Poniente", lamenta Biener, que no alcanzarán zonas como Málaga, puntos de la Comunidad Valenciana o Murcia. "El otoño ha sido nefasto para la costa mediterránea por la desaparición de los temporales de Levante", valora el experto.

Pero, sorprendentemente, las precipitaciones en zonas prelitorales y costeras de esas mismas provincias aumentan. "En algunas zonas ya no podemos hablar de una sequía de larga duración desde hace ya casi 10 años. Es bastante significativo teniendo en cuenta que aquí la sequía es bastante habitual".

Sin embargo, que las precipitaciones se mantengan o aumenten en esos puntos responde a otro fenómeno: las DANAs más frecuentes y extremas que provocan las mismas precipitaciones para todo un año en pocos días. "Es una tendencia que se está observando en toda España", confirma el climatólogo.

Hay una "contrapartida" a estas lluvias torrenciales: son mucho más destructivas. "Provocan una erosión brutal, arrasan con la superficie del suelo y suponen un riesgo para los seres humanos".  La temperatura del agua del mar es la 'gasolina' que potencia estos temporales extremos, por lo que la fase cálida del Niño será un factor que las favorecerá.

"Con una fase del niño y con los océanos todavía bastante calientes en todo el globo, la atmósfera está más caliente y hay más energía disponible para que los fenómenos atmosféricos sean extremos y potentes", concluye Biener. "Y van a tender a volverse más frecuentes y extremos en nuestro país. No estamos ante un problema que se vaya a apagar con el cambio climático. Lo único que queda es la educación y la prevención para tratar de mitigar sus efectos".