Izqda: David Marchant (NATIONAL SCIENCE FOUNDATION); Drcha: Tierra de Victoria (Francisco Ardini / ©PNRA - Wikimedia)

Izqda: David Marchant (NATIONAL SCIENCE FOUNDATION); Drcha: Tierra de Victoria (Francisco Ardini / ©PNRA - Wikimedia)

Investigación Geología

Feministas logran cambiar el nombre a un glaciar porque honraba a un acosador

18 septiembre, 2018 13:11

La Junta de Nombres Geográficos de los Estados Unidos optó por rebautizar discretamente la semana pasada el hasta conocido como glaciar Marchant en Tierra de Victoria, Antártida, que pasa ahora a llamarse Matataua, informa Gizmodo. La formación había recibido su nombre en homenaje al geólogo David Marchant de la Universidad de Boston, inmerso desde el año pasado en una investigación por acoso sexual y vejaciones a estudiantes.

El caso contra Marchant salió a la luz el pasado octubre en un artículo de Science. Una antigua estudiante, Jane Willenbring, inspirada por el movimiento colectivo #MeToo contra los abusos machistas cuyas repercusiones han alcanzado también al mundo académico, denunciaba el trato vejatorio y sexista a la que le había sometido su profesor en una expedición a la Antártida en 1999.

Según la ahora profesora en el departamento de Oceanografía de la Universidad de California, Marchant se dirigía a ella tratándola de "puta" y "zorra", y la instaba a acostarse con otro miembro de la expedición, que no era otro que Jeffrey, el propio hermano del investigador. El geólogo insistía en que Willenbring debía de estarle agradecida porque esta persona tenía un "pene tamaño porno".

Otras humillaciones en el ámbito laboral incluían hostigar a la estudiante "arrojándole piedras" mientras orinaba. Según la denuncia, recortó la ración de agua de Willenbring al considerar que se tomaba demasiadas pausas para ir al servicio, y cuando contrajo una infección de vejiga, le impidió abandonar el campamento para recibir atención médica. Marchant comenzaba los días prometiéndole "hacerla llorar", la agarraba y empujaba, y llegó a tirarle polvo volcánico a los ojos.

Localización del glaciar.

Localización del glaciar.

Otras dos antiguas estudiantes de Marchant corroboraron comportamientos similares en expediciones de aquella época: insultos, comentarios sexistas y amenazas de represalias académicas. A raíz de la denuncia, el centro lanzó una investigación que duró varios meses, involucró a 30 testigos y produjo un millar de folios. Concluyó que aunque había evidencias "incuestionables" de lenguaje y trato discriminatorio por parte del profesor, no se podían probar las acusaciones de agresión. Marchant está desde entonces suspendido con sueldo, pero conserva su cátedra.

Victoria feminista sobre el glaciar

La denuncia contra Marchant supuso un poderoso revulsivo para el activismo feminista en el mundo académico y contra la desigualdad y la discriminación en la carrera investigadora. Willenbring contaba un año después que su escrito de acusación le había granjeado tantas críticas como apoyos, pero que entre estos últimos había decenas de científicas que relataban haber sido víctimas de abusos similares y haber callado como ella en su momento para evitar perjudicarse a sí mismas. "Nadie me ha reprochado nunca no haber denunciado veinte años atrás".

Una de estas iniciativas cristalizó la pasada primavera en una propuesta para rebautizar la formación que desde 1994 llevaba el nombre de Marchant. La petición fue elevada al Comité Consultivo sobre Nomenclatura Antártica, que dictaminó que -efectivamente- el bautismo contravenía sus políticas actualizadas. En un sutil guiño al cambio de mentalidad, el Comité aclaraba que ahora se conceden nombres conmemorativos a investigadores que han llegado al final de su carrera, de modo a ponderar sus méritos con la perspectiva adecuada.

Louis Yost, representante del Comité, admite al medio especializado que las acusaciones contra Marchant fueron tenidas en cuenta a la hora de decidir. El glaciar pasa a llamarse Matataua por su cercanía al pico Matataua, y activistas se han apresurado a hacer efectivos los cambios en Wikipedia. "Creo que la antigua nomenclatura refleja el hecho de que antiguamente se otorgaban nombres demasiado temprano en la carrera de un investigador, cuando no sabíamos qué iba a salir a la luz o qué ocurriría después"- subraya Yost.